Una exposici¨®n de 120 im¨¢genes descubre el talento fotogr¨¢fico del Che Guevara
Camilo, hijo del dirigente revolucionario, abre hoy en Valencia una muestra in¨¦dita en Europa
'Yo fui fot¨®grafo antes que comandante'. Ernesto Che Guevara confesaba as¨ª su pasi¨®n por la fotograf¨ªa a unos periodistas de The New York Times que acudieron a finales de los cincuenta a entrevistar al dirigente guerrillero en Sierra Maestra. Faceta apenas conocida de uno de los mayores mitos del siglo XX, una exposici¨®n in¨¦dita en Europa de 120 im¨¢genes captadas por el l¨ªder revolucionario, que se abre hoy en la Biblioteca Valenciana, demuestra que el Che fue m¨¢s que un aficionado a la fotograf¨ªa. Su hijo Camilo, nacido en 1962, cont¨® ayer el entusiasmo de su padre por la c¨¢mara.
Desde sus tiempos de viajero estudiantil por varios pa¨ªses iberoamericanos hasta su etapa de ministro de Industria y visitante ilustre en los pa¨ªses socialistas, desde su trabajo como fot¨®grafo callejero en el M¨¦xico de 1955 hasta sus im¨¢genes de las f¨¢bricas cubanas de los a?os del fervor revolucionario, Ernesto Che Guevara (Rosario, Argentina, 1928-La Higuera, Bolivia, 1967) pas¨® por el mundo con un fusil en un hombro y una c¨¢mara en el otro. No fue por casualidad que entre las pertenencias que el Che llevaba en su mochila, cuando fue abatido a tiros por soldados bolivianos, se encontraran varios carretes de fotos.
'Mi padre se convirti¨® en fot¨®grafo por una sensibilidad art¨ªstica y por la posibilidad que esa profesi¨®n le brindaba de acercarse a la gente'. A pesar del pelo corto y del rostro afeitado, Camilo Guevara -que debe su nombre de pila a Camilo Cienfuegos- no puede ocultar que es uno de los cuatro hijos vivos del icono revolucionario m¨¢s famoso de las ¨²ltimas d¨¦cadas, fruto del matrimonio con Aleida March.
Lejos de la mitoman¨ªa
Nacido en Cuba en 1962, Camilo Guevara era apenas un ni?o cuando su padre muri¨®. Aunque suene a paradoja, no es mit¨®mano, y le disgusta posar para las fotos o firmar los cat¨¢logos de la exposici¨®n de su padre. 'Mi madre ten¨ªa una mentalidad campesina y nos educ¨® a los cuatro hermanos para que desarroll¨¢ramos nuestra personalidad y no vivi¨¦ramos bajo el influjo permanente de la figura de mi padre'. Sin embargo, este abogado grandote y risue?o, que ha trabajado en organismos pesqueros en Cuba y que ahora se dedica en exclusiva al Centro de Estudios Che Guevara, no puede evitar expresar emoci¨®n cuando se ve fotografiado como un ni?o. 'En la escuela me trataban como un alumno m¨¢s, pero era inevitable que me impresionara leer en el colegio cartas que mi padre me escribi¨® a m¨ª', comenta.
Desde su profundo rechazo del fetichismo, Camilo Guevara explica la pervivencia del mito del Che en la juventud de comienzos del siglo XXI, esa proliferaci¨®n imparable de tatuajes, carteles o anuncios que reproducen, una y mil veces, aquellos ojos penetrantes y aquellas cejas pobladas que enmarcaban una barba descuidada bajo un cabello oscuro y ondulado. En una palabra, una imagen que ha seducido a varias generaciones de rebeldes e inconformistas. 'La gente', comenta el hijo del Che, 'necesita reconocerse en figuras como la de mi padre, en trayectorias intachables a las que nadie ha podido encontrar manchas. Y vaya que han intentado ensuciar su memoria'.
El¨ªades Acosta, director de la Biblioteca Nacional Jos¨¦ Mart¨ª -la entidad que patrocina la exposici¨®n junto a la Generalitat valenciana y al Centro de Estudios Che Guevara-, ofrece una an¨¦cdota a guisa de categor¨ªa. Tras recorrer Jean Paul Sartre La Habana en compa?¨ªa de Fidel Castro en los primeros tiempos de la Revoluci¨®n e impresionado el intelectual franc¨¦s por el aluvi¨®n de peticiones de la multitud al l¨ªder cubano, pregunt¨®: '?Y si le piden la luna?'. 'Se?al de que la necesitan', respondi¨® Castro.
No elude Camilo Guevara las conversaciones pol¨ªticas, pese a que la exposici¨®n valenciana -compuesta por 120 fotograf¨ªas que abarcan desde comienzos delos cincuenta hasta su muerte en 1967- intenta descubrir el casi desconocido trabajo art¨ªstico del revolucionario y no su m¨¢s que estudiada y debatida faceta pol¨ªtica. 'Es m¨¢s dif¨ªcil construir una revoluci¨®n que hacerla. Ahora bien, las nuevas generaciones de cubanos somos conscientes de que las transformaciones se plasman d¨ªa a d¨ªa'. 'Por eso', a?ade Camilo Guevara en un rasgo de orgullo filial, 'resultan tan imprescindibles modelos como el de mi padre, personas que han sido fieles a sus ideales, que se han volcado en ayudar a los dem¨¢s hasta la muerte'.
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