El Ej¨¦rcito tutsi hace fracasar un intento de golpe de Estado en Burundi
Un confuso intento de golpe de Estado dirigido por un grupo de j¨®venes oficiales, que ayer tom¨® Radio Burundi en Bujumbura y anunci¨® la destituci¨®n del Gobierno de Pierre Buyoya (tutsi), ha fracasado. La mayor¨ªa del Ej¨¦rcito, controlado por la etnia tutsi, se mantuvo leal al presidente Buyoya, quien se encontraba en Libreville (Gab¨®n), en conversaciones con los principales grupos armados hutus. Los golpistas -unos cuarenta, seg¨²n inform¨® el Ej¨¦rcito- depusieron las armas y se entregaron tras negociar su rendici¨®n.
Burundi, 27.834 kil¨®metros cuadrados, seis millones y medio de habitantes y 200.000 muertos en ocho a?os de guerra civil, es el pa¨ªs gemelo de Ruanda, con el que limita al norte. Una minor¨ªa (14%) de tutsis controla el poder y los destinos de una mayor¨ªa hutu (85%). En agosto de 2000, el presidente Buyoya firm¨® un ambicioso acuerdo de paz (en Arusha, Tanzania) con las milicias armadas hutus para compartir el poder. Este acuerdo, patrocinado por Nelson Mandela, mediador en el conflicto, y Bill Clinton, a¨²n no ha entrado en vigor. Los diez partidos pol¨ªticos tutsis negaron la firma.
Ayer, un teniente llamado Pasteur Ndakarutimana y que dec¨ªa hablar en nombre de un desconocido Frente de J¨®venes Patri¨®ticos, tom¨® a tiros Radio Burundi y proclam¨®: 'El Gobierno que est¨¢ matando al pueblo ha sido destituido. (...) Buyoya ya ha sido destituido'. ?sa fue la principal declaraci¨®n de los golpistas.
Buyoya, que se hallaba en ese momento en Gab¨®n, en una reuni¨®n con los grupos armados hutus, desminti¨® el triunfo del golpe. La realidad sobre el terreno parec¨ªa darle la raz¨®n, pues varios ministros del Gobierno segu¨ªan en sus puestos y las calles de Bujumbura estaban en calma y sin movimientos militares. Al caer la noche, tropas leales a Buyoya rodearon la emisora e iniciaron negociaciones para la rendici¨®n de los ocupantes. Poco despu¨¦s, los golpistas entregaron las armas.
El Ej¨¦rcito de Burundi, como el de Ruanda, est¨¢ dominado por los tutsis. De los golpistas se sabe que estaban adscritos a la base de Gakumbu, pr¨®xima al aeropuerto, y que son tutsis. Su declaraci¨®n en favor de acabar con las muertes provocadas por el Gobierno parece situarles en favor de los acuerdos de paz de Arusha y en contra de la l¨ªnea m¨¢s dura del Ej¨¦rcito, que se niega a compartir el poder.
Los tutsis de Burundi temen una repetici¨®n del genocidio cometido por los radicales hutus en Ruanda en la primavera-verano de 1994 (800.000 personas asesinadas) en caso de aceptar un gobierno que refleje la realidad demogr¨¢fica. La presi¨®n intenacional obliga a Buyoya a efectuar concesiones a una mayor¨ªa que se considera explotada. Las milicias armadas hutus tomaron hace un mes, y durante varios d¨ªas, algunos barrios del extrarradio de Bujumbura (50 muertos en los combates) en una demostraci¨®n de fuerza.
La guerra civil de Burundi comenz¨® en 1993, tras el asesinato del presidente hutu Melchor Ndadaye, un moderado elegido en las urnas. Su sustituto, Cypirien Ntaryamira, muri¨® el 6 de abril de 1994 en Kigali junto al presidente hutu de Ruanda, Juv¨¦nal Habyarimana. Desde entonces, Buyoya es el hombre fuerte de Burundi con el apoyo de las Fuerzas Armadas.
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