TVE-1 y precampa?a electoral vasca

Que los medios de comunicaci¨®n son el principal motor de conformaci¨®n del imaginario social, e incluso de la realidad misma, es cosa bastante sabida por todos. Que, precisamente por eso, el poder pol¨ªtico (del signo que sea) ha tratado, a lo largo de la historia, coartarlo, maniatarlo o controlarlo de una forma u otra es tambi¨¦n algo que, poco a poco, ha ido asumiendo la sociedad en crisis de la alta modernidad. Que dicho poder pol¨ªtico, contemplando de manera asombrada c¨®mo el poder de los media se erig¨ªa incluso por encima de los tres cl¨¢sicos poderes del Estado que concibiera Montesquieu, pasa de la censura a la intervenci¨®n directa en el mismo (para servirse con fines pol¨ªticos de su capacidad generadora de opini¨®n p¨²blica) es un extremo que, por com¨²n que se nos presente en la actualidad, no deja de causar indignaci¨®n por la flagrante vulneraci¨®n de las reglas del juego democr¨¢tico que conlleva.

Un ejemplo cercano lo podemos encontrar en la 'injerencia' del Gobierno del PP en los informativos del ente televisivo p¨²blico. El linchamiento que, desde las trincheras medi¨¢ticas afines a Aznar, se est¨¢ produciendo contra el nacionalismo democr¨¢tico vasco resulta pat¨¦tico. ?Es que no se proclama desde el Gobierno la no injerencia en los juegos sociales tan propia del liberalismo que tanto se empe?an en ensalzar? ?Es que con ello no se est¨¢ contribuyendo, con igual intensidad a la de aquellos que defienden la vigencia de un carn¨¦ vasco, a un frentismo nacionalista (entre vascos y espa?oles) cada vez m¨¢s irreconciliable? ?Es que no se incurre con estas pr¨¢cticas en un uso tan abusivo como el que de los medios auton¨®micos vascos hace el PNV para extender sus obsoletas consignas nacionalistas? La crispaci¨®n a la que contribuye la manera de dar la noticia, como la que el telediario de TVE-1 utiliz¨® el pasado fin de semana en la de los 'exiliados' vascos, es palmaria y convierte en responsables de la misma no s¨®lo al informativo, sino tambi¨¦n a los dirigentes pol¨ªticos que se empecinan en meternos por los ojos el mismo mensaje de siempre, de manera tan dogm¨¢tica y tan falta de autocr¨ªtica. Pero... ?todav¨ªa siguen pensando que as¨ª podr¨¢n torcer la voluntad popular convocada a las urnas, o acaso piensan que el pueblo es tonto?-