El hombre que contaba con un ¨²nico sue?o

Dennis Tito puede estar a punto de cumplir el sue?o de toda su vida. Ten¨ªa 16 a?os cuando, en 1957, Rusia lanz¨® el primer sat¨¦lite artificial de la Tierra. La impresi¨®n que le caus¨® aquel hist¨®rico acontecimiento fue indeleble y lo marc¨® tan profundamente que decidi¨® estudiar una carrera que estuviera relacionada con el espacio.

Fue as¨ª como ingres¨® en el Instituto Polit¨¦cnico Renseelaer de Nueva York, del que sali¨® convertido en ingeniero de cohetes. Tito se fue a California y trabaj¨® para la NASA durante cinco a?os en un laboratorio de Pasadena, California, en programas espaciales no pilotados, concretamente en el de las naves aut¨®maticas a Marte y Venus.

Pero Tito ten¨ªa tambi¨¦n otras ambiciones y quiso probarse en la esfera de los negocios, para lo cual estudi¨® en la Universidad de California, en Los ?ngeles. Despu¨¦s cre¨® su propia compa?¨ªa que, entre otras cosas, se ocupaba de la aplicaci¨®n de las tecnolog¨ªas espaciales. Ahora Tito dirige Wilshire Associates, una importante firma inversora y consultora, que gestiona miles de millones de d¨®lares en acciones.

Cuando la URSS viv¨ªa sus ¨²ltimos d¨ªas, Tito decidi¨® viajar a Mosc¨² para ver las posibilidades de hacer negocios en esos tiempos de cambios. Las fechas que eligi¨® con sus colegas para visitar la capital rusa no podr¨ªan haber sido menos oportunas para ese tipo de actividades: coincidi¨® con el intento de golpe de agosto de 1991.

Tito se convirti¨® en testigo de aquellos dram¨¢ticos d¨ªas: vio los tanques en las calles moscovitas y las masas que salieron para intentar impedir el golpe. A pesar de los consejos que le dieron, Tito se neg¨® a abandonar Rusia y continu¨® con su agenda.

Los contactos hechos entonces le ayudaron despu¨¦s a firmar el contrato gracias al cual podr¨ªa realizar su gran sue?o: volar al espacio. El documento fue firmado en junio del a?o pasado para viajar a la Mir, lo que no pudo realizar debido a que Rusia finalmente la hundi¨®.

Tito, de 60 a?os, reconoce que hubiera sido imposible firmar un acuerdo como ¨¦se en EE UU: 'Los estadounidenses no necesitan dinero. Para la NASA 20 millones de d¨®lares (unos 3.760 millones de pesetas) no son m¨¢s que una gota de agua. Pero para los rusos es un mucho dinero'. El turista espacial tiene raz¨®n: esa suma representa cerca de una s¨¦ptima parte del presupuesto de este a?o para el programa c¨®smico de Rusia. La fortuna de Tito, que tiene un palacio de 2.787 metros cuadrados en lo alto de una colina desde la que goza de una magn¨ªfica vista de Los ?ngeles, se calcula en unos 37.000 millones de pesetas.