"La burgues¨ªa valenciana no tiene personalidad"
Acaba de reeditar el libro 'Pa¨ªs perplex', con el que gan¨® en 1973 el premio Joan Fuster de ensayo. Casi tres d¨¦cadas despu¨¦s este heterodoxo casi piensa lo mismo.
Pregunta. En estos 28 a?os, ?qui¨¦n ha cambiado m¨¢s el pa¨ªs o usted?
Respuesta. Soy un hombre de pocas seguridades y pocas fidelidades, aunque bastante fuertes. Ha cambiado m¨¢s el pa¨ªs. El libro est¨¢ escrito en un momento en el que hay una f¨®rmula burguesa absolutamente anacr¨®nica, que se muere con Franco, y en el que se produce el mayor crecimiento de la combatividad obrera. Pienso lo mismo que en ese momento, excepto dos cosas: la crisis ecol¨®gica, que ya constato en 1979, y la crisis econ¨®mica, que explotada h¨¢bilmente por el capital hace que baje la combatividad obrera y se inicie un proceso de p¨¦rdida de condiciones de trabajo. Contin¨²o con una fuerte fidelidad a la clase obrera y a los grupos sociales que la hayan sustituido, ampliado o complementado, pero no puedo pensar que una alternativa a la situaci¨®n del Pa¨ªs Valenciano vaya a ser encarnada en la clase obrera, como quiz¨¢ pod¨ªa creer en aquel momento.
P. ?Es marxista todav¨ªa?
R. Lo poco que lo he sido, y lo nada dogm¨¢tico que lo he sido, no he tenido que corregirlo. Incluso en la declaraci¨®n de principios de Germania Socialista, con un cierto sentido del humor, dec¨ªamos que ten¨ªamos un abuelo que era Marx y una t¨ªa que era Rosa Luxemburg, pero que no nos cas¨¢bamos con nadie. No he sido ni leninista, ni tan s¨®lo trotskista, que me resultaban m¨¢s simp¨¢ticos.
P. ?A usted se le apareci¨® Camb¨® alguna noche o estaba demasiado pendiente de la lucha de clases?
R. Hombre, pendiente, pendiente... tampoco exagere. Intentaba averiguar d¨®nde estaba la lucha de clases para colaborar en un bando. Por otra parte, mi padre trabajaba para una persona excepcional y nobil¨ªsima de la burgues¨ªa, que es Joaqu¨ªn Maldonado. Y yo ya sab¨ªa que si Maldonado no fue el Camb¨® de la burgues¨ªa valenciana, no pod¨ªa serlo nadie.
P. ?Todav¨ªa cree en la emancipaci¨®n nacional?
R. Eduardo Galeano dice que la utop¨ªa siempre est¨¢ tres pasos m¨¢s lejos. Muchas veces hay que luchar por lo m¨¢ximo para conseguir lo m¨ªnimo. Estoy a favor de la emancipaci¨®n en general, y para m¨ª la nacional es la de la libertad de las personas y de los pueblos, en el sentido no tremendista. Lo que no ser¨ªa nunca es patriota. A la ma?ana siguiente de que el Pa¨ªs Valenciano haya ejercido su derecho a la autodeterminaci¨®n, yo empezar¨¦ a desconfiar del nacionalismo.
P. ?Ha tenido m¨¢s ¨¦xito el t¨ªtulo que el libro?
R. En un cierto sentido, s¨ª. Alguna vez he dicho que daba la sensaci¨®n de que la gente s¨®lo hab¨ªa le¨ªdo el t¨ªtulo. Ahora me consuela pensar que no es que la gente leyera este libro menos que otros, sino que lo recuerda m¨¢s. Lo que me resulta entre entra?able y terrible es la cantidad de gente que me hace bromas respecto al t¨ªtulo.
P. ?Lo escribi¨® como contrapunto a Nosaltres els valencians?
R. No, lo que ocurre es que yo soy de otra familia. Soy amigo y saludado de Fuster, y ten¨ªa un gran afecto por ¨¦l. Pero como yo ten¨ªa novia, acompa?¨¦ menos a los amigos del nacionalismo fusteriano a Catalu?a. Adem¨¢s, yo era de Valencia y entend¨ªa m¨¢s la sensibilidad difusa de la ciudad, medio localista-medio resentida, que luego derivar¨ªa hacia el seminacionalismo tricolor, que es la forma educada de decir blaverismo. B¨¢sicamente, veo que ¨¦ste es un pa¨ªs sin terminar de hacer, que todav¨ªa tiene que decidirse. Para m¨ª el problema era muy distinto al de Fuster, que parte de la base de la nacionalidad catalana. Para m¨ª se trataba de c¨®mo probar que este pa¨ªs, que es tan poca cosa nacionalmente, es algo.
El origen de mi trabajo es tratar de explicarle a la gente educada en catellano y de izquierdas que aunque no haya nacionalismo s¨ª que existen razones para un nacionalismo. Es decir, que la falta de un nacionalismo produce un tipo de deformaciones de la mentalidad, como el folclorismo, que muestran que hay un problema nacional. Si fu¨¦ramos parte de la nacionalidad espa?ola tranquilamente, no dir¨ªamos tantas tonter¨ªas. Mi libro es un intento de ordenar un material para afirmar que la prueba de que somos un pueblo y una colectividad oprimida son esas tonter¨ªas que decimos, as¨ª como el hecho de que no se explique un entusiasmo espa?olista tan fuerte en un pa¨ªs que no tuviese ese problema. En Valladolid, por ejemplo, deben ser tan exagerados como nosotros, pero no intentan ser m¨¢s espa?oles que nadie, como ocurre aqu¨ª.
P. ?Joan Fuster desenred¨® o li¨® m¨¢s la madeja con sus propuestas pancatalanistas?
R. En el libro ya se apuntaba que ten¨ªamos que plantearnos alguna vez la hip¨®tesis de si ¨¦ramos solamente valencianos. Es decir, si lo de Catalu?a era s¨®lo un background, un antecedente, con lo cual podr¨ªa haber una cierta cr¨ªtica a las posiciones muy catalanistas. Pero tambi¨¦n se apuntaba que la referencia a Barcelona era siempre la tentaci¨®n, por lo que el referente catal¨¢n aparece como necesario, en el sentido de movimiento pol¨ªtico laico y serio, para convencernos de que esto no era una diversi¨®n llorentina. En ese sentido, la intervenci¨®n de Fuster era una subida de nivel de la reflexi¨®n, se estuviera o no de acuerdo con ella.
P. ?No se puede ser simult¨¢neamente valenciano y espa?ol?
R. El tiempo que he vivido en Madrid me he vuelto m¨¢s antiespa?olista, que no ser¨ªa lo mismo que antiespa?ol. Desde Castilla, Galicia no existe, el Pa¨ªs Vasco se percibe como conflictividad dram¨¢tica y Catalu?a como competencia y recelo. Yo recordar¨ªa una frase muy bonita de Vicente Gonz¨¢lez Lizondo cuando sali¨® con la naranja en las Cortes asesorado por una empresa madrile?a y dijo: 'Me siento tan espa?ol como Espa?a me deja sentirme valenciano'. Si vamos a hablar de una entidad superior a la castellanoparlante, entonces cabe la posibilidad de sentirse espa?ol, pero si s¨®lo se puede hablar como subordinaci¨®n o como excepci¨®n a la regla que ser¨ªa el castellano, entonces no sirve.
P. Visto en perspectiva, ?es un pa¨ªs perplejo o un pa¨ªs complejo?
R. Dir¨ªa que es m¨¢s dif¨ªcil que complejo, porque complejo es lo que acaban diciendo los soci¨®logos cuando no saben explicar una cosa. ?ste es un pa¨ªs que tiene dos problemas principales antes de empezar a discutir. Uno, la enorme extensi¨®n de norte a sur. En Euskadi todo est¨¢ a 70 kil¨®metros, pero aqu¨ª hay 300 de punta a punta y todo se acumula en la costa. Eso condiciona cualquier tipo de cohesi¨®n social y nacional. Y dos, ¨¦sta es la ¨²nica comunidad que tiene el mismo nombre de la capital, de la ciudad y del tinglado pa¨ªs, comunidad o reino. Eso marca un tipo de localismo en el que el foll¨®n se hace inevitable. El problema es c¨®mo con elementos tan relativos ha habido posiciones tan fuertes, y eso es lo que no acabo de entender.
P. ?Usted escribi¨® que la realidad valenciana era contradictoria. ?Por qu¨¦ lo era? ?Todav¨ªa lo es?
R. En ese momento estaba muy reciente el descubrimiento de que el Pa¨ªs Valenciano se hab¨ªa industrializado sin enterarse los mismos economistas. Es un pa¨ªs que est¨¢ pensando que es agr¨ªcola y ya no lo es, y a la vez le llega la IV Planta y parece que va a ser una potencia industrial, en un momento de desvar¨ªo que culmina con que todos los alcaldes quieren un pol¨ªgono industrial en su pueblo. Despu¨¦s hemos pasado a una situaci¨®n en la que el ¨²nico desarrollo es el hiperdesarrollo devastador tur¨ªstico. Entonces, ?ahora qu¨¦ somos? Un pa¨ªs que tiene una agricultura, que podr¨ªa tener una agricultura biol¨®gica, que se hab¨ªa estado especializando en la industria, pero que est¨¢ tendiendo a ser explotado como el sitio donde toman el sol los europeos.
P. ?Nuestro problema es el narcisismo o el autoodio?
R. El narcisismo en un sentido creciente de mala consciencia. Del tipo de: 'si no hubiese sido por la naranja no se hubiese podido vivir aqu¨ª'. Ahora, con el PP, el narcisismo se ha desbocado. Por ejemplo, el poder valenciano, que es el colmo del cinismo o el colmo de tratar de que la gente sea completamente tonta.
P. ?Este pa¨ªs tiene m¨¢s teor¨ªa que pr¨¢ctica?
R. No, cualquier pa¨ªs tiene muchos m¨¢s libros sobre su supuesta o real esencia nacional. Y los espa?olistas, de libros sobre el problema de Espa?a o el acierto de Espa?a, han hecho muchos.
P. ?La identidad de los valencianos es la ausencia de cualquier tipo de identidad?
R. Creo que la identidad de los valencianos es la exageraci¨®n, compensada c¨ªclicamente por el pasar de todo. Si la gente es muy valenciana o muy espa?ola, llega un momento en que no quiere ser nada para descansar de la exaltaci¨®n.
P. ?Hubo alguna vez burgues¨ªa valenciana?
R. S¨ª, s¨ª. Lo que pasa es que era una porquer¨ªa, impresentable. Tuvimos una burgues¨ªa cutre y muy pasiva, pero no hay ninguna obligaci¨®n de que la burgues¨ªa sea esplendorosa. Su obligaci¨®n es ganar dinero, y a veces para ganarlo hace cultura o se mete en pol¨ªtica con una cierta brillantez, o construye la ¨®pera o se lo gasta todo en Vega Sicilia con gaseosa. Aqu¨ª fue relativamente f¨¢cil primero ser rentistas porque el campo era pr¨®spero y c¨®modo. Luego se gan¨® dinero en la construcci¨®n y la especulaci¨®n, tambi¨¦n gracias a la inmigraci¨®n. La burgues¨ªa no tuvo que hacer grandes cosas para ganar dinero y por tanto no ha dejado una huella de esplendor. Y ahora tiene una cierta dependencia del capital financiero espa?ol y de las multinacionales. No es una clase dirigente con personalidad.
P. Si Zaplana ha unificado a la burgues¨ªa, como usted constata en el ep¨ªlogo, ?es nuestro Prat de La Riba?
R. No, porque su forma de unificar ha sido como dependiente del capital financiero y en funci¨®n de lo que se pueda vender. Porque en este momento el pa¨ªs est¨¢ en venta: nada m¨¢s terminar Terra M¨ªtica ya se est¨¢ intentando vender. Estamos ante una burgues¨ªa de contratistas. A algunos l¨ªderes empresariales se les nota un sospechoso inter¨¦s en el AVE porque muchos de ellos son contratistas. Es lo que podr¨ªamos llamar capital monopolista de provincia, porque lo que se est¨¢ jugando en el Plan Hidrol¨®gico Nacional son fastuosos contratos de obras p¨²blicas. El principal negocio es conseguir contratos.
P. ?A qu¨¦ atribuye el fracaso insistente en las urnas del nacionalismo valenciano?
R. ?Y a qu¨¦ no? ?Son tantas cosas! ?Me puede decir qu¨¦ diez puntos b¨¢sicos de programa mantienen los valencianistas? ?Usted lo sabe? Yo, tampoco.
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