Los subalternos y gracias
Los detalles que pudieron verse en el famoso albero de la hist¨®rica Maestranza se debieron a los subalternos y a¨²n pod¨ªamos darnos con un canto en los dientes. Hubo asimismo unas ver¨®nicas mes¨ªas de Fernando Cepeda pero no fueron como para lanzar cohetes.
Todo el protagonismo para los subalternos, inclu¨ªdo el lado negativo pues uno de ellos se llev¨® una cornada. Ocurri¨® en el segundo toro de la tarde. Lo bregaba Ignacio Parra en el tercio de banderillas cuando el animal se le col¨® y le tir¨® un derrote certero al muslo.
Los toros de El Ventorrillo tuvieron tambi¨¦n su protagonismo en el aspecto malo de la fiesta pues ni luc¨ªan trap¨ªo ni sacaron casta y varios hasta se permitieron el lujo de berrear, escarbar y mansear escandalosamente.
El que abri¨® plaza, lo primero que hizo al verse en el famoso albero del hist¨®rico coso fue brincar al callej¨®n y abandonarlo raudo con otro brinco para salvar la hoja de la puerta que se hab¨ªa quedado abierta cuando debi¨® estar cerrada. El sexto derrib¨® con estr¨¦pito en un puyazo y a continuaci¨®n se larg¨® al refugio de los chiqueros, que se encontraban en la parte opuesta del redondel. Luego, durante la faena de muleta, recorri¨® vez y media el c¨ªrculo entero al hilo de las tablas, siguiedno la ¨¢rida senda del tercio angosto. O sea, como si la corrida la hubiese dise?ado Adefesio, ente repulsivo.
Con los precios aut¨¦nticamente disparatados que ha puesto la empresa, dar a cambio una corrida dise?ada por Adefesio constituye un abuso rayano en la estafa. Estamos hablando de tendidos a diez mil y pico pesetas, de palcos a 14.000, de localidades bajas a 17.000. Por esos precios tendr¨ªan que sacar redivivos a Joselito el verdadero y Belmonte, lidiar al legendario Jaquet¨®n, y a¨²n parecer¨ªa caro.
Los diestros no mejorareon el panorama. El nuevo matador, Luis Vilches, no pas¨® de voluntarioso; Pepe Luis V¨¢zquez estuvo precavido hasta lindar el rid¨ªculo; a Fernando Cepeda se le quitan las ver¨®nicas aludidas y ser¨ªa dificil hacer el recuento de su actuaci¨®n.
Las ver¨®nicas, en efecto, estuvieron bien mes¨ªas, que es derivado po¨¦tico de mecer. Nada del otro jueves, habida cuenta de la dulc¨ªsima embestida del especimen veroniqueado y de que muchos -incluido el artista- las han dado mejores. Lo que pasa es que actualmente se veroniquea tan mal que cuando se veroniquea bien da la sensaci¨®n de que se est¨¢ produciendo un acontecimniento memorable. Y a los cronistas, los comentaristas y los articulistas les da ocasi¨®n de decir que la Giralda se puso de puntillas para contemplar esa obra de arte por encima de los tejadillos; o que las palomas de la plaza de Espa?a se llegaron gozosas a contemplar la magia de la vaina; o de que se metyamorfose¨® en j¨²bilo el m¨¢gico silencio de la Real Maestranza....
Le pasa a la Maestranza, realmente plaza de historia y leyenda, que la tienen secuestrada unos cuantos cursis y se han inventado unas solemnidades y unos ritos cuya ¨²nica significaci¨®n pr¨¢ctica es impedir que nadie proteste, que nadie reclame sus derechos, que nadie exija toros y toreo y que la empresa pueda meter lo que le de la gana a unos precios abusivos, desde la m¨¢s absoluta impunidad.
Y as¨ª fue tirando la corrida. Luis Vilches, voluntarioso y valent¨®n, sin demostrar la madurez necesaria para la alternativa que tom¨®. Pepe Luis V¨¢zquez inh¨¢bil en la lidia, desarmado en la brega, precavido al citar, temeroso al embarcar. Fernando Cepeda sin aguantar ni reunir en sus turnos de muleta.
Tuvieron que dar la cara los subalterno para que llegaran ovaciones, y m¨²sica. Se la tocaron a Joaqu¨ªn Jim¨¦nesz por dos valerosos pares que prendi¨® al sexto toro, un cobarde reserv¨®n que se arrancaba de s¨²bito con las del beri. Pero uno se quedar¨ªa mejor con el segundo de los dos pares oleados y musicados - seg¨²n expresaban gr¨¢ficamentelos honrados gacetilleros de pasadas ¨¦pocas- que prendi¨® Jos¨¦ Manuel Romo al cuarto toro, reuniendo en la cuna, asom¨¢ndose al balc¨®n. Tronaron las ovaciones, el p¨²blico en pie, los compases de la banda del maestro Tejera celebrando la gloria de los toreros buenos.
Eso es lo que hubo, y gracias.
Ventorrilo / V¨¢zquez, Cepeda, Vilches
Toros de El Ventorrillo, discretos de presencia, la mayor¨ªa inv¨¢lidos, 6? con poder; mansos, media casta. Pepe Luis V¨¢zquez: media ladeada y dos descabellos (silencio);media atravesada a paso banderillas, pinchazo y estocada ca¨ªda(protestas), Fernando Cepeda: pinchazo, estocada ladeada, cuatro descabellos y se echa el toro (silencio); pinchazo hondo, ruedas insistentes de peones, estocada corta perpendicular, rueda de peones y descabello (silencio). Luis Vilches, que tom¨® la alternativa: estocada (ovaci¨®n y salida al tercio); pinchazo y otro hondo bajo (aplausos). Enfermer¨ªa: Asistido el pe¨®n Ignacio Parra de cornada de 15 cent¨ªmetros menos grave en un muslo. Plaza de la Maestranza, 21 de abril. 2? corrida de feria. Tres cuartos de entrada.
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