Metro y humo
Creo que todav¨ªa hay esperanza para Madrid cuando al menos dos madrile?os comparten totalmente mis sentimientos contra los fumadores en lugares p¨²blicos (Cena, Javier Mu?oz Coria). Soy un profesor universitario americano que disfruta de un a?o sab¨¢tico en Madrid. Todos mis conocidos de Estados Unidos expresaron celos y envidia por mi estancia en Espa?a, que ha cumplido con la mayor¨ªa de mis expectativas m¨¢s optimistas. Digo 'la mayor¨ªa' porque El Rey Cigarrillo empa?a el brillo de muchas experiencias.
Con esto me refiero especialmente al metro, una joya de orgullo bien justificado para esta gran ciudad. El metro ha hecho mi estancia todav¨ªa m¨¢s c¨®moda, especialmente teniendo en cuenta que no tengo que aguantar la batalla cotidiana de los conductores madrile?os (virtuosos del claxon, poetas del idioma y elocuentes con sus gestos de mano y cara). El metro es eficiente, f¨¢cil de entender, sano, limpio, fiable y barato. Es m¨¢s, proh¨ªbe fumar en vest¨ªbulos, escaleras, andenes, o sea, en todas sus dependencias. Una prohibici¨®n que es completamente ignorada salvo en el casi m¨ªtico vag¨®n.
?Acaso piensan los pasajeros que me hacen un favor compartiendo su humo conmigo sin cobrar? ?Hay una ley contra el maltrato a los cigarrillos, que exige que cada cigarrillo tenga que vivir todo el trayecto de su vida natural, brindando su humo por dondequiera que est¨¦ tirado (por lo com¨²n en las v¨ªas del metro, donde no lo puedo pisar)?
Hay otros aspectos surrealistas. ?C¨®mo brotan tan espont¨¢neamente los cigarrillos encendidos en los labios de los viajeros que me rodean? Me hago esta pregunta cada vez que estoy en una escalera, atravesando la nube de humo asfixiante que deja la persona que est¨¢ en frente de m¨ª.
Una m¨¦dica, joven e inteligente, intent¨® justificar, para mi pobre entendimiento, el fen¨®meno del metro-humo: 1. Es muy 'mono', una se?a simp¨¢tica de la actitud picaresca que tenemos los espa?oles ante la ley. 2. El escape de vapores de los coches tambi¨¦n es malo. 3. Tenemos cosas m¨¢s importantes para preocuparnos.
Pero, como profesional, ella tuvo que reconocer que el c¨¢ncer de pulm¨®n es un problema muy grave. Y yo me pregunto cu¨¢ntos de los muchos miles de millones de pesetas cosechados por el impuesto sobre el tabaco (y con todo es la tasa m¨¢s baja en la Uni¨®n Europea) van a la Seguridad Social para tratar enfermedades causadas por el mismo tabaco. Por favor, no dej¨¦is que una sociedad basada en la ley se desvanezca en unos miles de puntos de luz en el metro y en otros lugares.
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