'Me gustan los personajes apocal¨ªpticos'

Elena Poniatowska lleva casi cincuenta a?os compaginando el periodismo y la literatura en todas sus facetas. Hasta ahora, las mujeres siempre hab¨ªan protagonizado sus novelas. La piel del cielo, su nueva obra, propone, por primera vez en la carrera de esta narradora, a un hombre fascinado por la astronom¨ªa como personaje central. 'No fue dif¨ªcil ponerse en ese papel', asegur¨® ayer la escritora. 'Ellos tienen mayor capacidad de s¨ªntesis, precisi¨®n y eficacia, pero las mujeres no somos tan distintas'.
Como documentaci¨®n para su novela, de m¨¢s de 400 p¨¢ginas, empez¨® a leer todos los libros sobre temas cient¨ªficos que ca¨ªan en sus manos. 'Quer¨ªa retratar un campo del que se ha hablado muy poco en M¨¦xico y confrontar una disciplina que se basa en el rigor y en el ejercicio de la raz¨®n con un pa¨ªs donde todo es escapismo'. En parte se inspir¨® tambi¨¦n en uno de sus tres hijos, f¨ªsico de profesi¨®n, y en su marido, un astr¨®nomo al que no le hubiera gustado nada leer La piel del cielo. 'Tiene algo que ver con su biograf¨ªa, sobre todo en lo que se refiere a los aspectos cient¨ªficos, pero le cuelgo muchos milagros y le invento muchos amores', cont¨® ayer en Madrid, donde hoy recoger¨¢ el galard¨®n literario, dotado con 25 millones de pesetas.
A sus 68 a?os, Poniatowska, madre de tres hijos y abuela de cinco nietos y un sexto en camino, no parece la mujer d¨®cil que dice ser. 'Nada que ver' con los personajes rebeldes e inconformistas que pueblan sus novelas. 'Eso es todo ficci¨®n', dijo, como quit¨¢ndose importancia, al poco de aterrizar en la capital procedente de Barcelona y Los ?ngeles, donde ha impartido unas conferencias literarias.
Ataviada con un vestido negro, que resalta su melena blanca, y unos zapatos de tac¨®n a juego, la escritora cuenta que desde ni?a le fascinan los personajes con vocaci¨®n de fracaso: 'Tipos apocal¨ªpticos que te transportan al infierno y te torturan, pero tambi¨¦n me interesan aquellos seres capaces de descubrir un mundo nuevo e inesperado. Me gusta el riesgo y el precipicio y todo lo que uno emprende por primera vez, ya sea en una relaci¨®n de pareja o un nuevo empleo'.
En M¨¦xico, donde vive desde que ten¨ªa 10 a?os, se 'presta poca atenci¨®n a la cultura y a la educaci¨®n, lo que motiva que muchos talentos se queden en el camino por falta de apoyo'. La piel del cielo es, en palabras del jurado que la premi¨®, presidido por Antonio Mu?oz Molina, la novela de un personaje que busca en las posibilidades de la ciencia la explicaci¨®n del mundo y de la vida, y que haya, en ese proceso de b¨²squeda, el desaf¨ªo del amor.
La biograf¨ªa de Lorenzo de Tena, el mayor de cinco hermanos cuya vida cambia radicalmente cuando muere su madre y se trasladan a la colonia Ju¨¢rez del Distrito Federal, donde viven su padre y sus hermanas solteras, protagoniza La piel del cielo. La vida del mayor de los Tena, un chico inteligente y sensible al que obsesionan el misterio del universo y los fen¨®menos naturales, est¨¢ plagada de relaciones fallidas, y es que su creadora no tiene excesiva 'fe en el amor'. Las aventuras de este personaje acaban confundi¨¦ndose con la historia contempor¨¢nea de M¨¦xico.
La piel del cielo, como no podr¨ªa ser de otro modo, est¨¢ plagada de mexicanismos. Los personajes de Poniatowska se sientan a tardear, se enchamarran, jalan las cosas, se llaman familiarmente cuate o guacalean. Es el lenguaje que la periodista escucha en la calle y el que utiliza para expresarse en sus entrevistas y en sus libros.
No le gusta que la califiquen como la escritora que ha puesto voz a los que carecen de ella. '?se es un clich¨¦ que no responde a la realidad. Todos tienen voz, aunque sea desgarradora. Lo ¨²nico que he hecho es poner un cauce para que se oiga a los m¨¢s desfavorecidos'.
La literatura y el periodismo siempre han caminado de la mano en la vida de esta escritora. La inmediatez con la que redacta cr¨®nicas y entrevistas le ha ayudado a escribir de una manera m¨¢s ¨¢gil, aunque luego haga infinitas correcciones y cambie p¨¢ginas, y hasta cap¨ªtulos de sitio. El ejercicio del periodismo le ha aportado tambi¨¦n muchas historias y apuntes de la vida de la gente que luego ha utilizado en su literatura. Pese al tiempo y los premios que ha recibido, entre otros el Nacional de Periodismo (1979), se sigue considerando periodista. Su ¨²ltimo trabajo fue la cobertura de la llegada del subcomandante Marcos a la capital mexicana, donde coincidi¨® en una conferencia con V¨¢zquez Montalb¨¢n y Jos¨¦ Saramago. Fue cronista tambi¨¦n de la matanza de Tlatelolco en 1968, del terremoto de su pa¨ªs en 1985 y del levantamiento de Chiapas, pero no todo han sido grandes titulares en su carrera. Ha pasado por todas las secciones de un peri¨®dico y conoce a fondo el trabajo de mesa.
En 1953, cuando debut¨® como periodista, quiso firmar sus art¨ªculos con el seud¨®nimo de Dumbo, 'el elefantito que vuela', pero sus jefes se lo impidieron. No quer¨ªa firmar con su nombre de pila para que no la tomaran por 'una condesa polaca'. Utiliz¨® tambi¨¦n el nombre del personaje de Disney para firmar su novela cuando la present¨® al Premio Alfaguara de Novela, el primero al que se presenta en su vida.
La vida de Poniatowska bien podr¨ªa servir como argumento para una novela. Naci¨® en Par¨ªs, hija de una mexicana, Paula Amor, y un noble polaco, Jean Poniatowska. El estallido de la II Guerra Mundial hizo que su madre tomara una decisi¨®n que cambi¨® sus vidas. Madre e hija partieron para M¨¦xico mientas su padre luchaba con el Ej¨¦rcito franc¨¦s y participaba en en el desembarco de Normand¨ªa. La guerra los separ¨® durante cinco largos a?os, pero cuando su padre regres¨® a casa, la ni?a que fue Poniatowska lo recuerda cargado de 'corcholatas'.
Fue francesa hasta que cas¨® y su marido la nacionaliz¨® mexicana, y as¨ª sigue. Hasta entonces no hab¨ªa tenido conciencia de ser ciudadana de otro pa¨ªs. En M¨¦xico conoci¨® a muchos espa?oles, exiliados tras la guerra civil. Le¨®n Felipe, Mar¨ªa Zambrano y Max Aub se contaban, en ese tiempo, entre sus autores de referencia. Fue amiga personal de Luis Bu?uel, al que 'acompa?aba a la prisi¨®n de Lecumberri a visitar a un preso colombiano llamado ?lvaro Mutis', recuerda.
Es de los pocos creadores que puede presumir de haberse permitido el lujo de rechazar un premio literario. Su novela La noche de Tlatelolco, en la que recreaba la matanza de estudiantes en la plaza de Las Tres Culturas, obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia, que concede el Gobierno de su pa¨ªs, pero ella se neg¨® a recogerlo porque no 'pod¨ªa devolver la vida a las v¨ªctimas'.
Tras La piel del cielo, Poniatowska volver¨¢ a ponerse en la piel de un hombre. Le gust¨® mucho que el jurado del Premio Alfaguara pensara, al leer su manuscrito, que estaba escrito por un hombre. Ya tiene bastante avanzada una nueva novela sobre 'un ferrocarrilero'. Su intenci¨®n esta vez es 'recuperar un mundo que ha desaparecido en su pa¨ªs, donde ya no funcionan los trenes de pasajeros'.
Nada m¨¢s llegar a Espa?a, la autora de Hasta no verte, Jes¨²s m¨ªo se ha encontrado con la pol¨¦mica levantada por el discurso del Rey en la entrega del Premio Cervantes a Umbral. 'Los mexicanos vivieron la conquista como una injuria. Fueron aplastados todos sus valores y, en vez de los dioses del agua o de la guerra, a los que ellos adoraban, se les dio un Dios que muri¨® en la cruz y se les oblig¨® a hablar espa?ol'.
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