El 47% de los barceloneses asegura que no bebe el agua corriente del grifo

A los ciudadanos del ?rea Metropolitana de Barcelona les disgusta el sabor del agua corriente que llega a sus hogares aunque conf¨ªan en sus condiciones sanitarias. Los clientes de Aig¨¹es de Barcelona punt¨²an bajo (5,3 sobre 10) el sabor del agua, lo que explica que un 47% de los usuarios encuestados por la compa?¨ªa afirme que no bebe del grifo. El dato de que s¨®lo un 2% del consumo de agua sea para beber ilustra tambi¨¦n sobre los modestos niveles de aceptaci¨®n que tiene este agua para el paladar humano. La compa?¨ªa reconoce que es muy dif¨ªcil mejorar el sabor, pero conf¨ªa en el resultado de los trabajos que se realizan en la planta piloto del Bes¨°s, donde se utilizan las t¨¦cnicas m¨¢s avanzadas de potabilizaci¨®n.

A partir de mayo pr¨®ximo los consumidores de Barcelona y de 22 localidades de la provincia recibir¨¢n un nuevo formato de factura del agua m¨¢s f¨¢cil de entender que el actual, implantado hace 10 a?os, en el que se hace hincapi¨¦ en el ciclo del agua y se informa personalmente sobre cualquier incidencia que tenga que ver con el consumo. La factura -adem¨¢s del sabor- centra las cr¨ªticas de los clientes que consideran que presenta 'excesivos impuestos extra?os' y demasiadas siglas que no entienden. En el nuevo recibo aparecen algo m¨¢s simplificados los tributos, que tambi¨¦n se diferencian del coste estricto del consumo.

Llu¨ªs Mart¨ªnez, subdirector de Aig¨¹es de Barcelona, puso el siguiente ejemplo para rebatir la apreciaci¨®n expresada ampliamente por los encuestados de que el agua es cara: 'El gasto real del agua es de 0,22 pesetas el litro, con los tributos incluidos. Al cliente le cuesta 220 pesetas el consumo de 1.000 litros. Una familia integrada por cuatro personas consume diariamente por valor de unas 90 pesetas menos del 1% del presupuesto familiar en el ?rea Metropolitana'.

La demanda de este bien escaso se ha estabilizado en la conurbaci¨®n de Barcelona, donde el consumo actual es muy parecido al de principios de la d¨¦cada de 1970. La compa?¨ªa constata una ca¨ªda considerable del agua facturada, que atribuye al descenso de la poblaci¨®n en esta zona de Catalu?a en la ¨²ltima d¨¦cada.

Los h¨¢bitos de los consumidores variaron algo en 1989 y 1990 a ra¨ªz de una fuerte sequ¨ªa que motiv¨® sucesivas campa?as de sensibilizaci¨®n tendentes a moderar el gasto. En la actualidad el consumo dom¨¦stico en el ?rea Metropolitana es de 135 litros por persona y d¨ªa de promedio, muy por debajo del del resto de Catalu?a, donde se gasta una media de 164 litros por persona y d¨ªa.