Cuidar el Kursaal

Ahora que el edificio Kursaal comienza a cosechar galardones y reconocimiento p¨²blico creo que el Ayuntamiento donostiarra deber¨ªa poner todos los medios a su disposici¨®n para que Kutxa corrija a la mayor brevedad la decoraci¨®n de la puerta de acceso de materiales de su sala de exposiciones. En un edificio que tantas horas de estudio revela en su dise?o y en la atenci¨®n a los detalles, no parece l¨®gico que una gran puerta lateral pintada de azul oscuro, con unas grandes letras blancas y un logotipo amarillo ocupe el primer plano del Palacio de Congresos cuando se contempla desde el barrio de Gros. Ninguno de esos colores forma parte del conjunto, y debe recordarse que a ninguno de los comercios que se encuentran en el mismo edificio se le autoriz¨® a utilizar r¨®tulos o decoraciones que rompieran con el entorno de este edificio singular.

Pero hay m¨¢s. Si hay un elemento fundamental que distingue a esta obra de Moneo es su iluminaci¨®n. Los cubos y su entorno est¨¢n envueltos en una estudiada luz. Pues bien, de nuevo la ¨²nica nota discordante viene de tres improvisados y chillones focos hal¨®genos atornillados al muro que, por si no se ve¨ªa lo bastante, destacan por la noche la desafortunada y fea entrada de materiales. No parece tener ning¨²n sentido que se ilumine de noche algo que est¨¢ cerrado, y a¨²n menos en este fant¨¢stico edificio que debe ser el ¨²nico protagonista.

Anteriormente ya se corrigieron otros errores para respetar su personalidad. Ahora pienso que debe exigirse a Kutxa que est¨¦ a la altura de las circunstancias y elimine tanto la decoraci¨®n de la puerta como su iluminaci¨®n. De esta manera Kutxa se incorporar¨ªa al edificio, y no el edificio a Kutxa.