6 CLAVES
Se inicia la campa?a electoral en el Pa¨ªs Vasco en una semana de sombras para la pol¨ªtica exterior. 'The Economist' propina un varapalo a Berlusconi
1. Campa?a vasca
La precampa?a electoral vasca empez¨® con todos tir¨¢ndose los trastos a la cabeza. Pero acab¨® en tonos moderados: el PNV haciendo gui?os a los socialistas, el PP prometiendo consejer¨ªas a nacionalistas moderados de base y el PSOE abriendo juego a un tripartito si el PNV renuncia al lizarrismo.2. El Rey
Cuando un diplom¨¢tico de Felipe Gonz¨¢lez cometi¨® el error de forma de incorporar a un discurso del Rey un p¨¢rrafo de un art¨ªculo publicado por Gonz¨¢lez, dimiti¨®. El Gobierno fue discreto.
El redactor del discurso del 23 de abril introdujo una falsedad hist¨®rica de fondo al escribir que 'nunca fue la nuestra una lengua de imposici¨®n, sino de encuentro; a nadie se le oblig¨® nunca a hablar en castellano'. El tipo no ha dimitido. Al contrario, el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar -tambi¨¦n el imprudente portavoz socialista, Jes¨²s Caldera-, ha remachado su error.
La responsabilidad del jefe del Estado queda a salvo: tanto porque la Casa del Rey hizo un intento -manifiestamente mejorable- de aclaraci¨®n cuanto porque la trayectoria de Juan Carlos I en punto a la asunci¨®n del pluriling¨¹ismo es inobjetable. Ha sido, entre otras cosas, el primer Monarca en utilizar p¨²blicamente el catal¨¢n desde que Carlos I lo hiciera ante las Cortes catalanas.3. Lenguas europeas
La historia es la que es, no vale edulcorarla, aunque sea con la sana intenci¨®n de subrayar que actualmente a una gran mayor¨ªa le satisface disponer de una rica koin¨¦ de uso e implantaci¨®n internacional. Y aunque, a?adamos, la realidad espa?ola revela una notable convivencia ling¨¹¨ªstica -v¨¦ase, si no, el contraejemplo de B¨¦lgica-, as¨ª como un sentimiento mayoritario de que la pluralidad ling¨¹¨ªstica denota riqueza cultural.
Ahora bien, el precepto constitucional seg¨²n el cual 'todos los espa?oles tienen el deber' de conocer el castellano (art¨ªculo 3.1) ?es liberal y actualmente necesario, dada la aceptaci¨®n social del idioma com¨²n?, ?o tiene una coloraci¨®n impositiva que deber¨ªa reformarse?
Algunos nacionalistas sue?an con que sus estatutos impongan tambi¨¦n la obligaci¨®n de conocimiento de su lengua auton¨®mica. La soluci¨®n m¨¢s liberal y menos intervencionista ser¨ªa triple: menos deberes personales / ciudadanos, remisi¨®n a los usos oficiales y fomento de toda la riqueza idiom¨¢tica disponible.
La Constituci¨®n francesa s¨®lo reza: 'La lengua de la Rep¨²blica es el franc¨¦s' (art¨ªculo 2). La alemana s¨®lo proclama que 'nadie podr¨¢ ser perjudicado ni privilegiado en consideraci¨®n a su (...) idioma' (art¨ªculo 3). La italiana -como la espa?ola en el 3.3- establece protecci¨®n oficial a las lenguas minoritarias (art¨ªculo 6). Ninguna de ellas impone deberes de conocimiento.
M¨¢s all¨¢ de la historia y de los textos constitucionales, la realidad espa?ola es muy equilibrada. En Francia ha habido que esperar a esta semana para que el Gobierno, por boca del ministro de Educaci¨®n, Jack Lang, lanzase un plan para favorecer la ense?anza 'de y en' las distintas lenguas regionales, tras siglos de perseguirlas o relegarlas.4. Las Am¨¦ricas
La Cumbre de Quebec proyect¨® un ?rea de Libre Comercio de las Am¨¦ricas (ALCA) para 2005. La ausencia de Cuba, las reticencias de Brasil y Venezuela y lo apretado del calendario constituyen contrapuntos de realismo al entusiasmo de Washington.
La experiencia pasada aconseja cierto grado de relativismo ante esos grandilocuentes 'efectos anuncio'. Sobre todo si se trata de proyectos de regiones mundiales articuladas al estilo anglosaj¨®n, solamente en torno al libre cambio sin complementos financiero-fiscales de solidaridad o 'cohesi¨®n'. Ah¨ª est¨¢ la EFTA, definitivamente fenecida desde que los escandinavos se incorporaron a la Uni¨®n Europea, que es comercio libre, pero algo m¨¢s, bastante m¨¢s.
Ah¨ª est¨¢ la NAFTA, el Tratado de Libre Comercio entre EE UU, Canad¨¢ y M¨¦xico, que ya funciona, pero con una historia tortuosa. Firmada en 1992, entr¨® en vigor en 1994. Enseguida -?consecuencia del desequilibrio entre los socios?- lleg¨® la crisis mexicana del tequilazo, que provoc¨® un severo plan de ajuste, la devaluaci¨®n del peso y un brutal empobrecimiento de la poblaci¨®n. El dinero que Washington nunca pens¨® aportar para la 'cohesi¨®n' (d¨¦ficit financiero-fiscal como contrapartida del super¨¢vit comercial, el esquema de toda relaci¨®n equilibrada entre ricos y pobres) lo tuvo que poner a toda prisa, y en cantidades notables -20.000 millones de d¨®lares- para estabilizar la divisa mexicana.
Luego se quiso ampliar el TLC a Chile y otros pa¨ªses. Republicanos proteccionistas y dem¨®cratas proteccionistas negaron a Bill Clinton el fast track o procedimiento r¨¢pido para esa ampliaci¨®n. Todo qued¨® a medio camino.
?C¨®mo afectar¨ªa un ALCA a las relaciones UE-Am¨¦rica Latina y especialmente con Mercosur? Unos subrayan que entre sus dise?adores late el designio de competir con Europa por la hegemon¨ªa econ¨®mica en la zona. Otros, que si eliminan obst¨¢culos comerciales y se genera mayor crecimiento, tambi¨¦n las beneficiar¨¢.5. Politica exterior
Semana de sombras para las pol¨ªticas exterior y europea de Espa?a, o c¨®mo ganar el m¨¢ximo n¨²mero de amigos en el m¨ªnimo plazo posible.
Una: el ministro de Exteriores, Josep Piqu¨¦, compara en filigrana durante su viaje a Oriente Pr¨®ximo el terrorismo vasco con la violencia palestina, algo que aun sin quererlo ayuda a los etarras porque les atribuye una (?inexistente?) brizna de moralidad. Aznar le matiza. El ministro 'lamenta' el asunto, atribuy¨¦ndolo a malas interpretaciones ajenas. Para arreglarlo, lo compensa con ¨¢cidas cr¨ªticas a Israel.
Dos, Madrid reacciona con veladas amenazas y retorsiones sin velo a Rabat por su (extremista) actitud ante el pacto pesquero con Bruselas. En vez de reconducir el litigio, lo pone al rojo vivo.
Tres, las buenas palabras de Bruselas apoyando que la ampliaci¨®n de la UE al Este no debe hacerse a costa de las ayudas a las regiones pobres espa?olas, han acabado de momento en humo. El presidente de la Comisi¨®n, Romano Prodi, se ha negado a adelantar la discusi¨®n de este asunto, contra lo que propuso Aznar.
Cuatro, el influyente semanario liberal The Economist propina a Silvio Berlusconi un dur¨ªsimo golpe: 'Ser¨ªa impensable en cualquier democracia que se respete' la elecci¨®n de un hombre que ha sido investigado judicialmente 'por blanqueo de dinero, complicidad en homicidio, relaciones con la Mafia, evasi¨®n fiscal, corrupci¨®n de pol¨ªticos, jueces y Guardia de Finanzas', escribe. Pues bien, Espa?a retrasa la concesi¨®n del suplicatorio para someter a juicio por presunto delito fiscal a este honorable ciudadano, cuyo partido entr¨® en el grupo parlamentario del Partido Popular Europeo gracias a los buenos oficios del PP espa?ol.6. Obispos
El cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco, presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola, se queja de las 'informaciones y opiniones desorbitadas y no pocas veces malevolentes e hip¨®critas' sobre los 'contados casos de abusos sexuales' a cargo de cl¨¦rigos.
El secreto del doble rasero -dureza para el pecador de base y ¨¢rnica para el funcionario de la corporaci¨®n- est¨¢ en la palabra 'contados'. Aunque fuera un solo caso, ser¨ªa grave. As¨ª parecen entenderlo gentes con m¨¢s luces, como las de la Iglesia cat¨®lica brit¨¢nica, dispuestas a emplear mano dura con quienes predican lo contrario de lo que hacen, para lo que contar¨¢n con el auxilio de la polic¨ªa. De la luz y los taqu¨ªgrafos, no del ominoso silencio.
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