La polic¨ªa acordona una plaza para impedir que toquen m¨²sicos callejeros
PSOE e IU tachan el operativo de 'facha' y los vecinos del barrio se muestran divididos
Los vecinos del barrio est¨¢n divididos en torno a la presencia, cada domingo, de decenas de j¨®venes que pasan el d¨ªa haciendo sonar sus instrumentos en esta plaza del Madrid de los Austrias. Unos los apoyan, otros protestan porque el sonido de tambor no les deja descansar. Ayer, ese enfrentamiento entre residentes fue patente cuando la Polic¨ªa Municipal hizo acto de presencia en la plaza de los Carros.
La misi¨®n de los agentes era impedir que un grupo de m¨²sicos y percusionistas ofreciera, como cada domingo, su particular concierto en la plaza. Para ello instalaron vallas alrededor de la fuente y en las escalinatas, en un intento de evitar que los m¨²sicos tomaran asiento y acomodo. Los agentes ten¨ªan ¨®rdenes expresas de controlar a quien accediera hasta la plaza por las calles adyacentes y no dejar penetrar en ella al que portase alg¨²n instrumento m¨²sical. Sin embargo, ayer ning¨²n m¨²sico acudi¨® a la cita.
Los vecinos observaban asombrados, hasta que un mando explic¨® el motivo de su visita. 'Hemos venido a evitar un conflicto de convivencia vecinal', afirm¨®. En efecto, unos vecinos estaban a favor de la magnitud del despliegue y otros en contra. Los que apuestan por el descanso afirman que 'no hay quien pare en las casas'. Los m¨²sicos comienzan a tocar a las doce del mediod¨ªa 'y no paran hasta la medianoche', aseguraba ?lex, que reside en un bloque cercano desde hace seis meses.
Frente a ¨¦stos, los residentes m¨¢s tolerantes piensan que la calle debe ser 'un lugar de expresi¨®n sin barreras' y califican la presencia policial de ayer de 'vuelta a las im¨¢genes preconstitucionales'. '?Por qu¨¦ no vienen por las noches, cuando los aparcacoches de los restaurantes invaden las aceras con los veh¨ªculos de los clientes?', preguntan. 'La polic¨ªa tambi¨¦n lo sabe, ?por qu¨¦ no vienen entonces?', a?aden.
Y por ¨²ltimo est¨¢n los bares y restaurantes de la zona, para los que la presencia policial de ayer signific¨® 'p¨¦rdidas de hasta un 50% con respecto a otros domingos', seg¨²n la due?a de la taberna Casa Brij¨¢n. Algunos de ellos culpan de la operaci¨®n policial al p¨¢rroco de la iglesia de San Andr¨¦s, Lorenzo Rodr¨ªguez. Le acusan de ser 'anterior al Concilio de Trento' por anunciar, hace unos d¨ªas, que suspender¨ªa las misas 'porque el templo hace de caja de resonancia y con el ruido de la m¨²sica en la iglesia no hay quien pare'.
'As¨ª no se puede vivir'
Alrededor de los m¨²sicos se agolpa un buen n¨²mero de j¨®venes que, despu¨¦s de escuchar un rato, aprovecha para tomarse el aperitivo en los bares de tapas de la plaza. Algunos vecinos afirman que en un fin de semana pueden pasar por all¨ª cerca de 10.000 personas, y que 'as¨ª no se puede vivir'. Hay quien piensa, incluso, que los concertistas reciben dinero de bares y restaurantes 'a cambio de congregar al p¨²blico cerca de los locales'.
La operaci¨®n policial tambi¨¦n obtuvo contestaci¨®n por parte de la oposici¨®n municipal. Eugenio Morales, responsable de Protecci¨®n Civil del grupo socialista en el Ayuntamiento, calific¨® la presencia policial de 'desmedida', y opin¨® que la situaci¨®n deber¨ªa haberse solucionado con 'campa?as disuasorias en lugar de entrar como un elefante en una cacharrer¨ªa'.
'Al campo no se le pueden poner barreras ni muros, hay que ser tolerantes. Hace tiempo que proponemos a Mar¨ªa Tard¨®n [concejal de Polic¨ªa Municipal y Protecci¨®n Civil] regular ese tipo de actuaciones, pero no ha sido posible. El PP tiene una posici¨®n muy cerrada', agrega el concejal Julio Misiego, de IU. Este peri¨®dico trat¨® ayer, sin ¨¦xito, de hablar con Mar¨ªa Tard¨®n.
Aunque reconoce las molestias que para los vecinos supone la concentraci¨®n de j¨®venes con instrumentos musicales, Misiego considera que la actuaci¨®n de la polic¨ªa se enmarca en una actitud del gobierno del PP que retrotrae la vida ciudadana a los ¨²ltimos a?os del franquismo: 'Es un exceso: la entrada de la polic¨ªa en un aula de la Complutense, el cierre de la sala Caracol y ahora impedir el acceso a la plaza de los Carros'.
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