Humores vascos
En algunos salones progresistas de Madrid y Barcelona es de buen tono, a la hora de los licores y el caf¨¦, proclamar la absoluta necesidad de un di¨¢logo sin l¨ªmites con los terroristas de ETA, lamentando a la vez lo intransigente y furibundo que se ha vuelto ese Savater, antes tan libertario y finamente ir¨®nico. Las personas que as¨ª reaccionan son inteligentes, cultas, y se muestran horrorizadas como el que m¨¢s cada vez que los asesinos dejan sobre la acera o el monte el cad¨¢ver de un espa?olista. Suele ser gente que lee, aunque no todo, porque eso ser¨ªa imposible,con los millones de p¨¢ginas que se imprimen constantemente en el mundo. ?La tele? Apenas la ven, y s¨®lo cuando hay una buena pel¨ªcula cl¨¢sica o un documental de la BBC.
Ni ellos ni yo, ni seguramente usted, lector de Andaluc¨ªa, Valencia o Extremadura, podemos seguir al d¨ªa los peri¨®dicos Deia y Gara, y tampoco la se?al de Euskal Telebista llega a nuestros aparatos. Para remediar esas carencias del resto del Estado espa?ol, el colectivo vasco ?Basta Ya! (formado por ciudadanos tan estent¨®reos,tan airados y tan amenazados de muerte como Savater) ha difundido un informe con recortes period¨ªsticos y un v¨ªdeo que deber¨ªan ser de lectura y visi¨®n recomendadas en todos los hogares y colegios, y fundamentalmente en las sobremesas de esos dialogantes de guante blanco y conciencia no-perturbada por el antiest¨¦tico grito de socorro de los col¨¦ricos como Savater.
Nunca he visto, ni en los tiempos de franquismo que me correspondi¨® vivir, una intoxicaci¨®n informativa tan funesta, tan -dig¨¢moslo con la palabra justa- criminal. En las p¨¢ginas del diario Gara, al fin y al cabo correa de trasmisi¨®n de los violentos, no sorprende encontrarla. Lo escalofriante es descubrir con tus propios ojos el grado de incitaci¨®n al odio y consigna discriminatoria en espacios de apariencia inocente (recreativos, culturales) habituales en el peri¨®dico portavoz de un partido (PNV) que gobierna y se dice democr¨¢tico, y en una televisi¨®n p¨²blica sufragada por unos y otros vascos.
Los ejemplos escritos abundan, y van de lo grotesco a lo repugnante. As¨ª, en Deia, Antonio ?lvarez Sol¨ªs, un columnista revenido (que sin duda cobrar¨¢ sus numerosas colaboraciones), acusa de espa?olistas y de vendidos 'a tanto universitario que ha renunciado al arriesgado oficio del saber para asegurar la paga mensual'. Cierto Xabier Lapitz se burla de los intelectuales que sufren la terrible prueba de tener que salir a la calle con escolta; 'en Madrid, si eres vasco y no est¨¢s amenazado, no eres nadie'. Y hay un dibujante, Ripa, que d¨ªa a d¨ªa deshonra el independiente y noble arte del humor sat¨ªrico con unas vi?etas como la que muestra a una chica que le reprocha a otra salir con un ladr¨®n de coches y violador, a lo que la amiga en cuesti¨®n responde: 'O sea, pues s¨ª, pero como es del Partido Popular, ¨¦l mismo, en un acto de gallard¨ªa y nobleza, se entreg¨® a la polic¨ªa reconociendo su culpabilidad. Otro en su lugar se lo habr¨ªa callado. ?A que es un t¨ªo guay?'.
Respecto a la televisi¨®n, no bastan las tendenciosas manipulaciones en los informativos, por desgracia igual de frecuentes en las dos cadenas de ¨¢mbito estatal controladas por el Gobierno de Aznar. En un concurso de rap para escolares presentado por Edurne Ormazabal, una canci¨®n llevaba como estribillo ?C¨®ctel molotov, c¨®ctel molotov!, y otra cantaba la incomodidad de tener que vivir entre espa?oles. Todo debidamente retrasmitido por el primer canal de Euskal Telebista.
Y todo, naturalmente, en nombre de la patria,que hay que salvar de los que vienen de fuera y encima tienen voto dentro. ?C¨®mo saldr¨¢n esos ni?os patri¨®ticamente vascos? No todos tendr¨¢n la clarividencia de Garc¨ªa Lorca, que en un escrito adolescente hasta hace poco in¨¦dito ya desconfiaba del patriotismo como sentimiento 'que tiene por esp¨ªritu a un trapo de colores, por voz una corneta desafinada'. Detr¨¢s de toda madre patria, sigue Lorca, hay unos tipos tiesos y campanudos tratando de hacer besar a los j¨®venes 'una cruz infame formada por la bandera y una espada; es decir, la cruz de las tinieblas y de la fuerza'.
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