No habr¨¢ debate

No habr¨¢ debate entre Ibarretxe y Mayor: ni con presencia de Redondo ni sin ella. No lo habr¨¢ porque PP y PSOE sospechan que la propuesta de debatir exclusivamente con Mayor, marginando al candidato socialista, es un intento de Ibarretxe de meter una cu?a entre ellos. La celeridad con que PNV-EA dio ayer por zanjado el asunto, ignorando las contrapropuestas de Mayor, m¨¢s bien confirma el sentido puramente instrumental del emplazamiento de Ibarretxe.

Los nacionalistas han apostado desde hace meses por la imposibilidad de un acuerdo entre dos fuerzas tan enfrentadas en otros terrenos como el PP y el PSOE. 'Ya veremos qui¨¦n se desgasta antes', dijo Arzalluz cuando PP y PSOE preparaban sus mociones de censura contra Ibarretxe. Efectivamente, ya se ha visto, y de ah¨ª la convocatoria adelantada de elecciones por parte de Ibarretxe y el deslizamiento de su partido desde la hip¨®tesis de repetici¨®n de Gobierno nacionalista (con el refuerzo de Madrazo) a la de vuelta al pacto con el PSOE que ahora defiende el lehendakari en funciones. El afianzamiento de la hip¨®tesis alternativa (PP-PSOE), tan poderosamente puesta de manifiesto el s¨¢bado en el mitin de ?Basta Ya!, explica seguramente la propuesta de Ibarretxe: s¨ª al debate, pero con exclusi¨®n de Redondo.

Es decir, una f¨®rmula que aspira a polarizar la elecci¨®n entre PNV y PP, algo que Ibarretxe piensa que le favorece, y a sembrar la ciza?a entre populares y socialistas: forzar a Mayor a elegir entre lo que podr¨ªa convenir a su partido (a costa del PSE) y lo que ser¨ªa mejor para el constitucionalismo en su conjunto. Ese c¨¢lculo coincide con el de sectores socialistas que sostienen que el PP ya se ha asegurado todo el voto de centro-derecha posible y en adelante s¨®lo puede crecer a costa de ellos. Lo cual, se supone, perjudicar¨ªa la alternativa, cuyo ¨¦xito depende de que cada partido optimice resultados en sus electorados naturales respectivos.

Ser¨¢ como dicen, pero es una pena que no haya debate, porque habr¨ªa resultado muy clarificador que el lehendakari en funciones tuviera ocasi¨®n de confrontar su discurso para convencidos con los de otros candidatos que podr¨ªan plantearle las preguntas que sistem¨¢ticamente elude. Por ejemplo, si estar¨ªa dispuesto, llegado el caso, a pactar con el brazo pol¨ªtico de ETA para impedir la investidura de un candidato constitucionalista. O tambi¨¦n: si cuando se present¨® en las anteriores elecciones conoc¨ªa en todos sus t¨¦rminos el pacto que su partido hab¨ªa negociado con ETA.