Euskal Herritarrok, la llave para la inestabilidad
La direcci¨®n 'abertzale' espera mantener una posici¨®n de ¨¢rbitro para presionar a Ibarretxe y obligar al PNV a decantarse por el soberanismo
El dirigente de EH Jos¨¦ Mar¨ªa Olarra anunci¨® orgulloso ante los 3.000 j¨®venes radicales de Haika que celebraban reunidos en Oiartzun (Guip¨²zcoa) el primer aniversario de su organizaci¨®n, que Euskal Herritarrok se convertir¨¢ el 13-M en 'la llave' de la gobernabilidad entre un Gobierno nacionalista o uno estatalista; la llave para apoyar a Juan Jos¨¦ Ibarretxe en la presidencia vasca o dejar que salga elegido Jaime Mayor. Una posici¨®n de ¨¢rbitro -ya utilizada en esta corta legislatura- que la direcci¨®n abertzale espera seguir teniendo para presionar a Ibarretxe y obligar a PNV-EA a decantarse por un soberanismo firme, una vez que ya ha incluido en su programa la espinosa autodeterminaci¨®n.
Lejos de la ventaja electoral que hace dos a?os les proporcion¨® la tregua de ETA, los dirigentes abertzales se contentan en estas elecciones con seguir siendo 'la llave' de la estabilidad para ejercer una pol¨ªtica de inestabilidad, como en los ¨²ltimos meses de legislatura. La desestabilizaci¨®n ha sido precisamente uno de los ejes en los que la izquierda abertzale ha apoyado siempre su exigencia de negociaci¨®n hoy concretada en el proyecto de construcci¨®n nacional. Hace tiempo que su doctrina para consumo interno es: aunque seamos muchos menos, seguiremos siendo necesarios a la hora de definir la mayor¨ªa de poder. 'Y har¨¢n la pol¨ªtica que m¨¢s da?o haga a todos', reconoce un dirigente nacionalista.
La hip¨®tesis de que EH sea de nuevo el ¨¢rbitro de la situaci¨®n, si PP y PSE-EE no alcanzan la mayor¨ªa absoluta, planea como un negro presagio sobre esta campa?a en la que la hegemon¨ªa del nacionalismo est¨¢ cuestionada por vez primera. La decisi¨®n que adopte la izquierda abertzale se convierte as¨ª en una de las principales dudas a despejar despu¨¦s del 13-M, y una cuesti¨®n crucial para el futuro, no s¨®lo porque pueda estar en manos de EH definir qui¨¦n va a ser el pr¨®ximo lehendakari, sino por las consecuencias que su decisi¨®n pudiera acarrear en el fr¨¢gil equilibrio interno de la coalici¨®n, muy tocada por la irrupci¨®n de una ETA rejuvenecida tras la bonanza de la tregua.
Los dirigentes de EH pretenden as¨ª salvar los muebles y justifican con el conformista argumento de 'la llave' -para presionar a Ibarretxe- el fracaso de su proyecto de construcci¨®n nacional que fue el Pacto de Lizarra. Un fracaso que ha provocado el retroceso social del nacionalismo y una divisi¨®n todav¨ªa m¨¢s profunda en su seno. Frente al independentismo de EH, la autodeterminaci¨®n defendida por PNV-EA ha sido un gesto pol¨ªtico insuficiente, pese a superar el Estatuto de Gernika. Pero el balance de este fracaso es demoledor: se ha roto la unidad de acci¨®n entre los sindicatos ELA y LAB, la vanguardia del proyecto de unidad que hab¨ªa resistido todas las pruebas a las que le someti¨® ETA, y se ha producido una grave escisi¨®n en la asamblea de electos (Udalbiltza), la ¨²nica instituci¨®n creada para desarrollar el inviable proyecto nacional.
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