Teor¨ªa de la caseta
Teorema de S¨¢nchez: feria = traslaci¨®n + concentraci¨®n X tiempo concreto
Sucedi¨® ayer. Prensa del d¨ªa. Lleno en la Feria, a la que concurri¨® Rappel, a qui¨¦n veo cada d¨ªa, varias veces y con diferente mant¨®n -por lo visto se ha tra¨ªdo el ba¨²l de la Piquer-. A este paso, har¨¢ trizas el r¨¦cord de vueltas al Real, anteriormente en posesi¨®n de seis yeguas cartujas que tiraban de un faet¨®n GTI a cuyo lacayo se le olvid¨® desconectar el piloto autom¨¢tico. Estrellas del d¨ªa: Gonz¨¢lez de Caldas, expresi del Sevilla, que se pase¨®, me informan, con su novia, una se?orita tan voluptuosa que con su presencia en el Real seguramente impidi¨® la entrada de tres se?oritas m¨¢s. Teresa Campos se dej¨® ver en el recinto dando besos. Dentro de 3,1416 besos superar¨¢ la marca de Te¨®fila Mart¨ªnez y Villalobos juntas. Los diarios, por otra parte, reproducen muchas fotos de ni?os y carritos de beb¨¦ en el Real. Algo que cuesta ver en la Feria de Barcelona. Incluso en Barcelona, una ciudad donde la natalidad, o es baj¨ªsima, o es que los beb¨¦s nacen con la PSS hecha. La carencia/presencia de beb¨¦s ilustra dos sociedades distintas. Las casetas, pues tambi¨¦n.
- La caseta. Instrucciones de uso. Santiago S¨¢nchez Traver, gran ide¨®logo de la Asociaci¨®n de la Prensa, presi de la caseta hom¨®nima y matem¨¢tico, me define la Feria con este teorema -?el teorema de S¨¢nchez?-: Feria = traslaci¨®n + concentraci¨®n de la ciudad en un espacio reducido X tiempo concreto. De lo que se deduce que la Feria es una teor¨ªa de la segunda residencia, una disciplina que Barcelona practica de forma m¨¢s dispersa, en el Empord¨¤, la Cerdanya, Segur de Calafell, o en tu balc¨®n y con un botijo. Seg¨²n. Sea como sea, la caseta es una prolongaci¨®n del domicilio. Ergo, s¨®lo pueden entrar invitados. Todo el mundo lo sabe. Y, el que m¨¢s, el guardia jurado que hay en la puerta de E=Mc? casetas. Por lo general, una caseta la fundan diez asociados, que apechugan unas 60.000 por bigote, m¨¢s lo que se gasten en la barra en recibir invitados. Pueden ser 200.000. O 500.000. Unos asociados las pagan a pelo, sin inmutarse y por reflejo condicionado, y otros tiran de cr¨¦dito bancario. Hay m¨¢s solicitudes para una caseta que casetas. Algunas casetas permanecen cerradas o cierran antes de tiempo para ahorrar gastos, algo que solivianta al personal. Ante este respecto, Juan Ortega, Delegado de Cultura y Fiestas Mayores, ha declarado al respecto, inflexible, 'yo me cabreo much¨ªsimo cuando paso por una caseta y la veo vac¨ªa'. A parte del hecho de las casetas privadas hay otros fen¨®menos que llaman la atenci¨®n de un barcelon¨¦s medio. Como a) el final de la espalda de una se?orita con trajes de faralaes -gran tema, si bien, snif, nos desviar¨ªa de nuestro discurso- y b) casetas privadas, a menudo de entidades que en la Feria de Barcelona son tan ex¨®ticas como esos finales de espalda a los que alud¨ªa. Vaya, otra vez el tema ¨¦se.
- Joyas de la corona. Casetas como La Pineda, nombre del country club, club h¨ªpico y epicentro del fen¨®meno caracolillo en el pelo. Se trata de una mezcla de Tribuna del Bar?a, Tribuna del God¨®, Club de Polo, Gimnasio Iradier, Cercle del Liceu y Obra no Social de La Caixa. Un colectivo que en Barcelona no le gusta exhibirse -mucho menos en las p¨¢ginas de sucesos econ¨®micos-, pero que aqu¨ª le va la rumba. Las se?oritas que van por ah¨ª vestidas de flamenca llevan el ¨²ltimo modelo y con acabados de lujo, como frenos ABS y antinieblas. Por cierto, me dicen que un traje de flamenca va de las 50.000 hasta lo que quieras, con una gama media de 100.000. Hay, me dicen, una caseta que es pelu. Yo no la he encontrado. En todo caso, hay casetas con servicio de pelu y maqui, para las se?oras que se les queda el pelo para atr¨¢s tras el trayecto en el AVE, ese TAV que comunica Par¨ªs con M¨®naco. Hay una caseta de un fot¨®grafo del cuore donde los personajes que no han desmentido su ¨²ltima relaci¨®n en la estaci¨®n del Ave, pues van y la desmienten aqu¨ª. En mi particular hit-parade brilla con luz propia la caseta La Pareja, de la Guardia Civil, una de las m¨¢s grandes. Un colectivo que, entre la emigraci¨®n andaluza en Barcelona, a la que hablas, por lo general les recuerda una Andaluc¨ªa de la que salieron por piernas. La emigraci¨®n es hacer la maleta e irte. En una maleta hay cosas que no te caben y otras que no metes. Hasta ma?ana.
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