Una dinast¨ªa que construy¨® un imperio

Arist¨®cratas mucho antes del nacimiento de Mahoma, los Omeyas fueron los forjadores de la m¨¢xima expansi¨®n y esplendor del imperio ¨¢rabe y su religi¨®n, el islam. Originarios de La Meca, los Banu Umeya siempre tuvieron y ejercieron influencia.

De los cuatro califas ortodoxos que sucedieron al profeta (632 a 661), el tercero, Utman, era un miembro de esta familia y alcanz¨® el poder por delante de Al¨ª, primo y yerno del propio Mahoma. Utman es el germen del estilo din¨¢stico de los Omeyas que se deja ver en su decisi¨®n de colocar a sus familiares en puestos de responsabilidad y poder en los territorios conquistados.

?se fue el caso de Muawiya, que desde su puesto de gobernador de Siria se enfrent¨® a Al¨ª, por entonces el cuarto califa ortodoxo, y provoc¨® el primer cisma del islam en 657. Muawiya fue proclamado califa en Jerusal¨¦n tras el asesinato de Al¨ª y traslad¨® el califato a Damasco en el nacimiento del esplendor de los Omeyas.

Esta dinast¨ªa trajo un cambio fundamental en la estructura del imperio ¨¢rabe, al que imprimieron un car¨¢cter de verdadero Estado, englobante de una gran comunidad religiosa, centralizado y din¨¢stico. El estilo pragm¨¢tico de los Omeyas les llev¨® a superar numerosas revueltas internas y a sentar las bases de una econom¨ªa s¨®lida y una expansi¨®n tolerante con los conquistados con una poderosa administraci¨®n y vigor cultural y cient¨ªfico que lleg¨® a extenderse de los confines de China hasta el sur de Francia.

La ca¨ªda de la dinast¨ªa en Damasco en 750 llev¨® al exilio hasta Al-Andalus a Abd al-Rahman, que, sin romper oficialmente con Damasco, intent¨® levantar en C¨®rdoba la capital de un nuevo imperio. Esta tarea la continuar¨ªa su sucesor, y la ¨¦poca de mayor vigor fue bajo Abd al-Rahman III, que construy¨® Madinat al-Zahra y proclam¨® el califato andalus¨ª en 929. Poco a poco, las revueltas internas contra el r¨ªgido poder de C¨®rdoba llevaron a la desintegraci¨®n en los reinos de Taifas, en 1031.