El PP, el Plan Hidrol¨®gico Nacional y el medio ambiente
Sostienen los autores que los populares han acometido una 'cruzada' para rebatir el plan alternativo de los socialistas bajo supuestos criterios ambientales
Ahora que el Proyecto de Ley del Plan Hidrol¨®gico Nacional ha cubierto la primera etapa de su previsto paseo militar -la aprobaci¨®n por el Congreso-, conviene llamar la atenci¨®n sobre un hecho, que, como m¨ªnimo, es digno de curiosidad. Consiste en que a lo largo de las ¨²ltimas semanas y en un intento de desacreditar cualquier posicionamiento cr¨ªtico en relaci¨®n al PHN, cualificados representantes del PP se han embarcado en una particular cruzada medioam-biental (la verdad es que, a estas alturas del s. XXI, ya estamos un tanto hartos de cruzadas idol¨¢tricas, como la acontecida con las ¨²ltimas multitudinarias beatificaciones de nuestra Guerra Civil). Objeto de la peculiar cruzada ecol¨®gica a la que nos referimos ha sido propagar a los cuatro vientos las cat¨¢strofes que para el medio ambiente de este pa¨ªs supondr¨ªa la materializaci¨®n de las propuestas hidrol¨®gicas hechas por la oposici¨®n pol¨ªtica; en concreto, por los socialistas valencianos. Y, de rebote, contribuir a ensalzar las bondades ecol¨®gicas que comporta el PHN del Gobierno de Madrid para la Comunidad Valenciana. Todo lo cual ha supuesto una aut¨¦ntica novedad en el discurso del Partido Popular, habitualmente ciego y sordo a cuanto se refiera al medio ambiente.
'Lo que el r¨ªo Segura precisa son en¨¦rgicas (y urgentes) actuaciones anticontaminaci¨®n'
Primero fueron las desaladoras contempladas por el PSPV (las mismas que recog¨ªa el PHN alternativo del PSOE presentado en el Congreso de los Diputados), a las que se atribuy¨® un 'enorme impacto ambiental', en palabras del Portavoz Popular en las Cortes Valencianas, Alejandro Font de Mora. 'Perjudicar¨ªan seriamente al medio ambiente por la emisi¨®n de CO2', como se apresur¨® a remarcar el Conseller d'Obres P¨²bliques, Jos¨¦ Ram¨®n Garc¨ªa Ant¨®n; adem¨¢s de 'consumir mucha energ¨ªa el¨¦ctrica', seg¨²n las declaraciones hechas por el Ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, a mediados de este mes de abril. Tan s¨²bita preocupaci¨®n respecto a las emisiones de CO2 y al consumo energ¨¦tico por tan reputadas voces del PP, deber¨ªa reconfortarnos: nunca es tarde para una conversi¨®n al buen camino; en el caso que nos ocupa, a la defensa decidida del medio ambiente frente a sus potenciales agresores, los socialistas.
Sin embargo y como puede f¨¢cilmente comprobarse consultando el documento-base de los socialistas valencianos (www.pspv-psoe.org, secci¨®n materiales), los 80 hect¨®metros c¨²bicos anuales m¨¢ximos de agua obtenibles por desalaci¨®n y desalobraci¨®n se lograr¨ªan a partir de energ¨ªas renovables -e¨®lica y solar-, no produci¨¦ndose, consecuentemente, ninguna emisi¨®n de di¨®xido de carbono a la atm¨®sfera. En cuanto a la energ¨ªa precisada por las instalaciones proyectadas de desalaci¨®n (cuatro en total, a radicar entre la Marina Baixa y el Bajo Segura), conviene se?alar que suponiendo que todas fueran de ¨®smosis inversa y utilizaran consiguientemente electricidad, ya fuera e¨®lica o solar, el incremento de demanda el¨¦ctrica que conllevar¨ªan no superar¨ªa el 2% del actual consumo el¨¦ctrico valenciano y se situar¨ªa por debajo del 0,5% del empleo de energ¨ªa final. Sin ser porcentajes insignificantes, son perfectamente asumibles; teniendo en cuenta, por otro lado, su origen renovable. M¨¢xime cuando en los ¨²ltimos a?os la utilizaci¨®n de electricidad y el uso de energ¨ªa en general (abrumadoramente de car¨¢cter no renovable) han experimentado, respectivamente, incrementos en la Comunidad Valenciana hasta del 7% y del 9% anual, jubilosamente celebrados por el PP local como indicadores de la buena marcha de la econom¨ªa regional.
Tras el 'enorme impacto ambiental' de los proyectos de desalaci¨®n incluidos en las posiciones alternativas del PSPV, toc¨® la hora de ridiculizar los planteamientos de ahorro h¨ªdrico contenidos en las mismas. As¨ª, en uno de los momentos ¨¢lgidos de su defensa del PHN en el Congreso, el 22 de marzo pasado, el ministro Matas se encar¨® con la oposici¨®n socialista para que respondiera 'si con las medidas de ahorro, propon¨ªa sencillamente la desecaci¨®n de la Albufera y de otros humedales'. Declaraciones que fueron secundadas por la secretaria general de su departamento, Carmen Martorell, que en su visita a Valencia a comienzos de abril y en referencia tambi¨¦n a la Albufera, asever¨® que 'si se siguieran las directrices de los socialistas, en algunos a?os no existir¨ªa o estar¨ªa en un estado muy lamentable'. Unas afirmaciones apoyadas, ya entre nosotros, por el consejero de Medio Ambiente, Fernando Modrego, para quien, de llevarse a cabo, las propuestas de los socialistas valencianos 'pondr¨ªan en peligro la supervivencia de la Albufera'.
Si todas estas cr¨ªticas tuvieran suficiente base, los planteamientos del PSPV podr¨ªan, efectivamente, quedar heridos de muerte. Porque a diferencia de la desalaci¨®n -que aportar¨ªa menos de la d¨¦cima parte de los recursos adicionales contemplados por la oposici¨®n-, el ahorro y el aumento de la eficiencia h¨ªdrica, s¨ª son parte fundamental de aquellas propuestas. Pero esto no es as¨ª. Conviene antes de nada decir que si bien, en ocasiones, puede resultar positivo hacer de la necesidad virtud, siempre es negativo convertir la ineficacia en motivo de orgullo. La alimentaci¨®n de la Albufera con los sobrantes y retornos de riego es un efecto colateral; no representa ning¨²n objetivo expl¨ªcito buscado por el regad¨ªo hist¨®rico valenciano. Regad¨ªo hist¨®rico que funciona con dotaciones de agua muy altas, porque as¨ª fue dise?ado hace siglos: para agotar los caudales de r¨ªos como el X¨²quer o el T¨²ria, fueran estos los que fueren. En su momento, era lo que cab¨ªa hacer con las posibilidades entonces existentes; hoy, ni puede, ni debe ser as¨ª.
Atacar el ahorro y la eficiencia h¨ªdrica en aras del mantenimiento de humedales como la Albufera, es ponerse a actuar como aquel cl¨¦rigo que recriminaba a un aguador por haber reparado su voluminoso recipiente -que antes del remiendo perd¨ªa un reguero de agua por los caminos-, con el argumento de que con esa acci¨®n despreciaba a las avecillas del Se?or, pues ¨¦stas beb¨ªan en los peque?os charcos que ocasionalmente formaba el agua vertida. Hab¨ªa, claro est¨¢, otras formas de que el aguador mostrara su aprecio por los p¨¢jaros del campo (y la Creaci¨®n en general) que la ruina de su oficio -por ejemplo, llenando algunos peque?os bebederos a la sombra de los ¨¢rboles pr¨®ximos a los caminos-, pero esas cuestiones pr¨¢cticas poco interesaban al cl¨¦rigo, que al fin y al cabo viv¨ªa de la ret¨®rica de los sermones, tuvieran ¨¦stos sentido o no en la vida de sus feligreses.
Los expertos han calculado en unos 600 hm3/a?o las demandas h¨ªdricas de la Albufera y humedales adyacentes, como el Estany de Cullera. Sin duda, se trata de una cantidad de agua muy elevada: viene a ser equivalente a toda la demanda urbana e industrial de la Comunidad Valenciana, cuantificada en 560 hm3/a?o. Pero las propuestas del PSPV no representan una amenaza para la Albufera, ni mucho menos su sentencia de muerte. Las medidas de ahorro y modernizaci¨®n de los regad¨ªos hist¨®ricos del X¨²quer, excluyen la intervenci¨®n en los recursos h¨ªdricos actualmente asignados al arrozal; o sea, en una parte de las aguas de la Acequia Real y de los riegos de Quatre Pobles, en la mayor parte de los riegos de Cullera y en la pr¨¢ctica totalidad de los de Sueca. Quedan as¨ª garantizados m¨¢s de 300 hm3/a?o correspondientes a las demandas ligadas al cultivo del arroz, cantidad a la que habr¨ªa que a?adir algunas decenas de hect¨®metros c¨²bicos m¨¢s procedentes de sobrantes y escorrent¨ªas de los riegos tradicionales del T¨²ria, que hoy surten a los arrozales del norte de la Albufera.
Se puede contar, adem¨¢s, con cerca de 150 hm3/a?o de aguas de depuradora generadas en la zona (s¨®lo Pinedo-2, depurando aguas que mayoritariamente iban antes a la Albufera, suma m¨¢s de 60 hm3/a?o) y cuyo destino final, una vez conseguidos unos niveles de depuraci¨®n adecuados, debe ser el lago, antes que el mar. Si a todo lo anterior a?adimos las aguas superficiales drenadas por la propia cuenca de la Albufera (bien visibles, por ejemplo, tras los temporales invernales) y el afloramiento de aguas subterr¨¢neas a trav¨¦s de los ullals existentes en el ¨¢rea, la alimentaci¨®n h¨ªdrica de la Albufera y humedales pr¨®ximos seguir¨ªa estando garantizada, no obstante las medidas de ahorro. Y con aguas de mejor calidad que las que hoy recibe, adem¨¢s.
Por cierto, que conviene aclarar que el trasvase del Ebro incluido en el PHN del Partido Popular, no contempla ning¨²n aporte neto, ni para l'Horta, ni para la Ribera, ni por supuesto, para sus respectivos humedales (los 60 hect¨®metros c¨²bicos anuales que dejar¨ªa en Tous son una simple compensaci¨®n de los 60 hm3/a?o previamente extra¨ªdos en Albacete). Mal puede este agua -que primero se quita y luego se da- conseguir que el PHN del Gobierno sea 'el ¨²nico que garantiza la conservaci¨®n de los humedales', como el Conseller de Medi Ambient afirma sin ning¨²n tipo de rubor. Hay cosas que su departamento podr¨ªa hacer por las zonas h¨²medas valencianas mucho m¨¢s importantes que incondicionales defensas del Proyecto de Ley del Plan Hidrol¨®gico Nacional: aprobar el Cat¨¢logo de Zonas H¨²medas, por ejemplo, que lleva cinco a?os de retraso.
Y con esto llegamos a un tercer y ¨²ltimo ejemplo de la peculiar utilizaci¨®n, hecha por el PP, de argumentos medioambientales a favor del PHN: la contaminaci¨®n del r¨ªo Segura. Tras la masiva manifestaci¨®n en Murcia llevada a cabo el 24 de marzo en demanda de medidas urgentes para el saneamiento de este r¨ªo, el alcalde del PP de Orihuela, Jos¨¦ Manuel Medina, apunt¨® como soluci¨®n definitiva del problema 'm¨¢s aportaciones de agua al Segura, que tienen que venir a partir de esos trasvases previstos en el Plan Hidrol¨®gico Nacional'. Evidentemente, si los 425 hm3/a?o netos de agua del Ebro adjudicados a la Cuenca del Segura llegaran finalmente a la misma (?en ocho a?os? ?en diez?), contribuir¨ªan como retornos de riego y aguas de depuradora a incrementar en alguna medida los caudales del Segura, diluyendo, en esa misma medida, su grado de contaminaci¨®n.
Pero no nos enga?emos. El poder contaminante de los vertidos agrarios, urbanos e industriales descargados al r¨ªo es de tal magnitud, que se requerir¨ªa el equivalente de muchos trasvases del Ebro para diluir la contaminaci¨®n provocada hasta niveles aceptables. Hay cargas tan insoportables que la soluci¨®n para transportarlas no est¨¢ en repartirlas en m¨¢s espaldas, sino en aligerarlas en origen. Lo que el r¨ªo Segura precisa son en¨¦rgicas (y urgentes) actuaciones anticontaminaci¨®n: desde el redise?o de procesos industriales a fin de minimizar vertidos, hasta la utilizaci¨®n de las m¨¢s modernas t¨¦cnicas de depuraci¨®n, una vez aquellos se hayan producido.
Lo dem¨¢s, es una mera maniobra de distracci¨®n: presentar el futuro trasvase desde el Ebro como la soluci¨®n ¨²nica y definitiva de todos nuestros actuales problemas h¨ªdricos, incluidos aquellos considerados m¨¢s propiamente como medioambientales. He aqu¨ª un mensaje simple para una realidad compleja; un hipot¨¦tico mejor futuro, con el que justificar toda la inac-ci¨®n presente. El medio ambiente sigue vi¨¦ndose desde el PP, m¨¢s como un recurso ret¨®rico o como parte de una ¨²til operaci¨®n de marketing social, que como lo que es en realidad: una tem¨¢tica decisiva para el presente y el futuro de la sociedad valenciana. Y con ello, este partido hace un flaco servicio, tanto al pa¨ªs f¨ªsico y biol¨®gico, como a sus habitantes humanos, actuales y venideros.
Ricardo Almenar es titular de la c¨¢tedra Unesco 2000-200l de Estudios para el Desarrollo de la Universidad de Valencia, y Em¨¨rit Bono es catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Valencia.
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