Veinticinco a?itos
Hace 25 a?os, el primer n¨²mero de este peri¨®dico me sorprendi¨®: volv¨ªa al clasicismo, con nombre antiguo y estaba mal impreso: ten¨ªa morbo. La impresi¨®n salt¨® hacia bien, el estilo novecientos comenz¨® a llevar siglo XX vivo: el ¨²ltimo cuarto. Los a?os que se interrumpieron en 1939: la ¨²nica reanudaci¨®n con unas libertades. Relativas, siempre. Muchos fundadores inertes salieron despedidos por esta velocidad. Hoy ser¨ªa mi peri¨®dico. Lo es, pero estar dentro, o en tangente, me hace sospechoso de parcialidad. Aqu¨ª descubr¨ª a Juan Luis Cebri¨¢n: duro, antip¨¢tico, dictador (me dicen que le tienen miedo) y un gran director: el mejor que he conocido, con V¨ªctor de la Serna. Reencontr¨¦ a Polanco, al que dej¨¦ de casi ni?o, cuando hac¨ªamos la revista Teatro, con su hermano Manolo, y editaban la colecci¨®n Alfil, de obras de teatro. Es simp¨¢tico, cordial, cari?oso: m¨¢s bien avaro para los sueldos.
La vieja amistad se renov¨® (no nos vemos jam¨¢s: la tangencia tambi¨¦n existe) cuando vi de cerca la conspiraci¨®n, el grupo de los envidiosos que preparaban la trampa, los que convencieron al PP de que tardaba tanto en ganar las elecciones por la existencia de este peri¨®dico, los que enga?aron a un juez; y vi de lleno la forma democr¨¢tica del asalto a la prensa de oposici¨®n, como vi la resistencia al poder culpable en Polanco, en Juan Luis y en los que trabajan dentro; como el 23 de febrero vi su resistencia al franquismo, y en ello est¨¢.
Me pregunt¨® hace poco uno de los alt¨ªsimos si estaba a gusto en el peri¨®dico. No, no lo estoy. Quiero decir que noto que el peri¨®dico no est¨¢ a gusto conmigo, y se me va reduciendo a la tangente, donde el punto de encuentro es cada vez m¨¢s fino. Va siendo mayor la distancia en edad. Yo ser¨ªa lector del peri¨®dico aunque no estuviera dentro, ellos no ser¨ªan lectores m¨ªos si yo estuviera fuera. Es l¨®gico: los tiempos cambian mucho, yo muy poco. En los discos, en los libros, se adhieren etiquetas que dicen '?Novedad!': a m¨ª no me la van a colocar. Ni lo intentan. En todo caso, no voy a hacer el n¨²mero de Muerte de un viajante. Dentro de 25 a?os, cuando tenga 102 y el peri¨®dico 50, la tangente estar¨¢ m¨¢s apretada. Yo no me voy de aqu¨ª hasta que reaparezca El Mot¨ªn. O si me empujan mucho, claro.
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