Madres
La resurrecci¨®n de una cierta m¨ªstica de la maternidad no puede enga?ar a nadie: nos piden hijos que habr¨¢n de trabajar para nosotros ( de ah¨ª el famoso '¨ªndice de sustituci¨®n' establecido en dos reto?os por pareja); y nos exhortan a reproducirnos tambi¨¦n para poderles vender, en la semana fant¨¢stica de las madrecitas-del-alma-queridas, perfumes y pa?uelos de seda. Pero al tiempo que reclaman prole escatiman ayudas, y no garantizan el bienestar futuro de la crianza, ni el puesto de trabajo o la salud laboral de las pre?adas y sus fetos. No debe extra?ar que las espa?olas, y las valencianas menos que nadie, ya no 'traguemos' (m¨¢s de la mitad no quiere embarazos).
A otras ni tan siquiera se les da opci¨®n. Una de las primeras cosas que ha decidido Bush junior ha sido retirar las ayudas a la planificaci¨®n familiar fuera del imperio y estigmatizar el aborto dentro.
En muchos pa¨ªses de ?frica la jornada diaria de las mujeres suma 16 y 18 horas. Por cada 100.000 nacimientos mueren unas 1.200 madres. Un total de 160.000 se dejan la vida anualmente en todo el continente, o bien durante el parto o por abortos carniceros. En el mundo son 600.000, y buena parte de las bajas se deben a la falta de cuidados previos y durante el alumbramiento, a la ausencia de recursos. La fatiga engendrada por el ritmo de trabajo y las carencias nutricionales aumentan tambi¨¦n el peligro de que los ni?os nazcan muertos. Un mal tan 'grave e incurable' como la anemia ha sido se?alada como responsable del 20% de los fallecimientos durante el parto. Y por cada uno de ellos se producen entre 30 y 100 complicaciones agudas y cr¨®nicas.
La mitad de las africanas da a luz durante la adolescencia (antes de los 15 a?os, el 10%) y sobre ellas y sus hijos planea la amenaza del Sida. S¨®lo las m¨¢s alfabetizadas logran un control de la natalidad, al tiempo que cierta disminuci¨®n de la mortalidad infantil.
As¨ª est¨¢ el mundo hoy, primer domingo de mayo de 2001, 'd¨ªa de las madres'. Tu amor es oro.
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