El Deportivo no se engancha
Los gallegos s¨®lo empatan en Vallecas y desaprovechan el tropez¨®n del Madrid
Falto de fe y sin asumir m¨¢s riesgos de los necesarios, el Deportivo desaprovech¨® una gran oportunidad de engancharse a la lucha por el t¨ªtulo. Pill¨® un empate en Vallecas que apenas retuerce la clasificaci¨®n y minimiza el patinazo del Madrid en Vigo. En un escenario encogido y con un ¨¢rbitro un poco pasado de rosca -por ejemplo, pit¨® el final del primer tiempo cuando el bal¨®n volaba hacia el ¨¢rea de Molina-, el partido result¨® mejor de lo esperado, repleto de muy buenos detalles t¨¦cnicos. Consecuencia directa de que fueran jugadores como Cembranos y Valer¨®n quienes coparan los sobresalientes. Sin embargo, al Deportivo no le alcanz¨® para hacer cosquillas al Madrid y el Rayo a¨²n debe tragar saliva antes de celebrar la permanencia.
RAYO 1|DEPORTIVO 1
Rayo: Keller; Alc¨¢zar, Ballesteros, De Quintana, Mingo; Mauro, Helder, Quevedo, Iv¨¢n Iglesias; Luis Cembranos; y Bolo (Bolic, m.70). Deportivo: Molina; Manuel Pablo, C¨¦sar, Helder, Romero; Emerson (Pandiani, m.60), Mauro Silva; V¨ªctor (Scaloni, m.64), Valer¨®n, Fran; y Makaay (Diego Trist¨¢n, m.88). Goles: 1-0. M. 56. Alc¨¢zar pasa desde su propio campo a Bolo, que ante la pasividad de los centrales del Depor supera a Molina con un gran toque. 1-1. M. 64. Magn¨ªfica pared entre Makaay y Valer¨®n que resuelve ¨¦ste ante Keller. ?rbitro: L¨®pez Nieto. Amonest¨® a Alc¨¢zar, Helder (Depor), Makaay, Emerson, C¨¦sar e Iv¨¢n Iglesias. Unos 10.000 espectadores en Vallecas.
Era una noche id¨®nea para que el Depor diera vuelo a la Liga, pero al equipo, como ya es habitual fuera de Riazor, le falt¨® cierto remango para tumbar a un enemigo que lleva tiempo aturdido. Un tanto remol¨®n, el equipo de Irureta dio vida al Rayo con sus numerosos errores en la defensa. La flojera de C¨¦sar y Helder, dos centrales repescados por las bajas de Naybet y Donato, tuvieron mucha culpa. Desatentos por alto y descoordinados al achicar, uno y otro dejaron sin amparo a Molina, que sufri¨® de lo lindo. Por arriba y a ras de suelo, con los enlaces entre Cembranos e Iv¨¢n, que pared a pared desnudaron a la defensa rival en varios momentos.
Ante la palidez de la defensa gallega, al Rayo le val¨ªa cualquier cosa para amedrentar a Molina. Cuando no conectaban Luis e Ivan, que suman todo el talento rayista, al equipo le bastaba exprimir toda su sencillez. De esa guisa lleg¨® el incre¨ªble gol de Bolo. Desde su propio campo, Alc¨¢zar larg¨® un zapatazo hacia su delantero. Aparentemente, Bolo estaba emparedado por C¨¦sar y Helder, pero se dio un paseo entre los dos mirones y, eso s¨ª, con un toque sutil super¨® a Molina.
Al f¨²tbol directo del Rayo el Deportivo opuso un juego m¨¢s trenzado, pero de escasa pegada. Con Makaay como ¨²nica referencia en el ataque, los deportivistas se dejaron caer por las orillas, donde Fran y V¨ªctor se vieron demasiado exigidos porque ninguno de los dos se distingue por tener una relaci¨®n fluida con el gol. La inclinaci¨®n de Makaay a descolgarse del ¨¢rea y cierta alergia de Valer¨®n a pisarla, dej¨® hu¨¦rfanos a los dos interiores. Sus galopadas no encontraban quien dinamitara a Keller y, casi sin querer, uno y otro se toparon con las mejores ocasiones de su equipo cuando el marcador a¨²n estaba tieso. Fran fall¨® lo imposible sobre la raya de porter¨ªa y V¨ªctor se estrell¨® contra el estadounidense en un mano a mano.
Con el gol en contra, Irureta decidi¨® atornillar mejor al equipo en el ataque y dio el testigo a Pandiani, lo que complic¨® la vida a la zaga vallecana. El uruguayo se ancl¨® en el ¨¢rea, sujet¨® a los centrales del Rayo y Makaay y Valer¨®n, tan descolgados como al principio, entonces s¨ª se convirtieron en un dolor de muelas. Mejor perfilado y con un ataque de p¨¢nico ante la adversidad del marcador, el Deportivo carg¨® con todo. Sobre todo, por el costado derecho, donde Manuel Pablo, un lateral interesant¨ªsimo, tan sobrado de combustible que Vallecas es como el pasillo de su casa, puso contra las cuerdas al Rayo. Sin embargo, gui?os del f¨²tbol, el empate se fabric¨® por la banda contraria. Romero advirti¨® el desenganche de Makaay en el balc¨®n del ¨¢rea y el holand¨¦s interpret¨® magn¨ªficamente el movimiento de Valer¨®n hacia Keller. Con un toque delicado, dej¨® solo al canario frente al estadounidense, al que ¨¦vit¨® con mucha clase. Al Depor le quedaba tiempo, pero cuando el Rayo pone el candado... Adem¨¢s, hoy por hoy el campe¨®n es poco atrevido, hace tiempo que ha perdido la fe. No importa que pinche el Madrid, es el propio Depor quien no se concede la esperanza.
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