Felipe
Aunque los dos pol¨ªticos de m¨¢s envergadura de la segunda fase de la Transici¨®n vivan periodos de prejubilaci¨®n o de reina madre del partido, Pujol y Felipe Gonz¨¢lez est¨¢n ah¨ª, como la Puerta de Alcal¨¢ en la canci¨®n de Ana Bel¨¦n y V¨ªctor Manuel, y ha sido esta vez Felipe el que se ha reaparecido a los gentiles en el Pa¨ªs Vasco para tender un puente entre el PSOE y el PNV. La l¨®gica de la situaci¨®n, los socialistas asesinados por ETA y la estrategia del PP de cara al sorpasso antinacionalista en Euskadi hab¨ªan colocado al PSOE a la estela de la pol¨ªtica popular, con muy poca capacidad de maniobra propia, junto y revuelto con el aznarismo cuando se reclama un voto para los constitucionalistas que en realidad beneficia al partido de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Las palabras tienen due?o, sugiere un personaje de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas, y sin saber c¨®mo el PP se apoder¨® de la palabra constitucionalismo en Euskadi y ha lanzado su aplastante poder informativo, sin precedentes en la Espa?a democr¨¢tica, para mantener esa identificaci¨®n. Ni siquiera ha renunciado a instrumentos persuasivos indirectos para acu?ar qu¨¦ entiende Aznar por nacionalconstitucionalismo. Ah¨ª est¨¢ el discurso del Rey en la entrega del Cervantes y el acient¨ªfico y paniaguado coro del S¨ª, Se?or.
Algunos de los que fuimos cr¨ªticos constantes del felipato comprobamos los reflejos democr¨¢ticos de Gonz¨¢lez al prestarse al trato y la conversaci¨®n personal, al margen de las refriegas medi¨¢ticas. Es precisamente ese Felipe Gonz¨¢lez con cintura el que reaparece en Euskadi para ayudar al PSOE a perder la imagen de partido subalterno del PP y recuperar capacidad de maniobra postelectoral. Tras el final de la tregua, Euskadi volvi¨® donde estaba, y todos nosotros, tambi¨¦n. La expectativa creada por un a?o sin sangre fue casi general, y la evidencia, tambi¨¦n general, de que hemos vuelto otra vez a lo de siempre plantea que gane quien gane en las elecciones ser¨¢ una victoria relativizada por la persistencia casi inalterada del problema de fondo. ETA volvi¨® a matar ayer y este crimen brutal no cambia los t¨¦rminos en litigio, sino que los dramatiza a¨²n m¨¢s. As¨ª como Franco form¨® sin saberlo un m¨¦nage ¨¤ trois con Marat y Sade cuando se estren¨® esta obra en Espa?a, ETA como amenaza es consciente de aparecer en todos los tri¨¢ngulos postelectorales.
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