Voces desiguales
Unas 140 mujeres con cargos pol¨ªticos, asociativos y t¨¦cnicos participan en talleres sobre liderazgo del IAM
La antrop¨®loga mexicana Marcela Lagarde dedic¨® parte de la ma?ana a combatir la impotencia de g¨¦nero. 'Las mujeres nos quejamos de que no nos escuchan', dijo a modo de pre¨¢mbulo. Lagarde, que imparti¨® en el centro Taracea, en Sevilla, el primero de una serie de talleres sobre liderazgo e identidad feminista organizados por el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), espole¨® a su auditorio a combatir el 'ruido hostil' contra el discurso feminista. 'Necesitamos que las palabras de las mujeres equivalgan a las de los hombres', dijo.
Una de las asistentes, ?ngeles Mej¨ªas, que pertenece a ?cana, una asociaci¨®n de mujeres que afrontan solas la maternidad, corrobora el planteamiento de la antrop¨®loga. 'Incluso muchas mujeres que no tenemos dificultades serias no nos identificamos con las que no tienen recursos y piensas que no se lo ha trabajado'.
Entre las participantes en el taller -est¨¢ prevista la participaci¨®n de 140 personas entre la jornada de ayer y la de ma?ana- se citan pol¨ªticas como la viceconsejera de Turismo y Deporte, Ana Mar¨ªa Uru?uela, la ¨²nica mujer entre los siete altos cargos de la consejer¨ªa, que gestiona el PA. Hasta su despacho todav¨ªa llegan cartas dirigidas a la atenci¨®n del se?or viceconsejero Ana Mar¨ªa Uru?uela, una distorsi¨®n que asume como algo dif¨ªcil de evitar. Uru?uela, sin embargo, casi ha logrado desterrarlo en los escritos que salen de su departamento: 'Si no eran urgentes, devolv¨ªa las cartas que me daban a firmar como el viceconsejero'.
Una vez aclarado su reconocimiento a los dirigentes -hombres- de su partido por haberla 'impulsado', lamenta que 'd¨ªa a d¨ªa tienes que estar justificando que no eres una mujer-florero'. La viceconsejera, de 29 a?os, licenciada en Ciencias Empresariales y m¨¢ster internacional en Direcci¨®n de Empresas, cree que, en su caso, se enfrenta a una doble reticencia: la que suscita por ser mujer y por ser joven. 'No es verdad que no te escuchen, pero s¨ª es cierto que tu criterio no tiene tanto peso', arguye.
La socialista Pepa Polo se incorpor¨® a la gesti¨®n p¨²blica tras las elecciones locales de 1999, cuando asumi¨® la concejal¨ªa de la Mujer, Educaci¨®n, Deporte, Cooperaci¨®n y Juventud en el Ayuntamiento de Gerena (Sevilla): 'Me lo encontr¨¦ hecho, en el sentido de que lleg¨® la moda de meter mujeres y j¨®venes para ganar las elecciones'. En su agrupaci¨®n local del PSOE la recibieron con los brazos abiertos, pero Polo no pierde cierta visi¨®n cr¨ªtica: 'Nuestro trabajo es evitar que te manipulen y no te utilicen de mujer-florero para cubrir la cuota'. De 13 ediles de la corporaci¨®n local, s¨®lo cinco son mujeres. Polo, de 28 a?os, licenciada en Educaci¨®n F¨ªsica, es tambi¨¦n primera teniente de alcalde. No cree que sus palabras valgan menos, pero s¨ª que asume ciertos lastres por su condici¨®n femenina: 'Puedes conseguir la misma capacidad de atenci¨®n, pero tienes el list¨®n m¨¢s alto, como si estuvieras siempre en periodo de prueba'.
La experiencia de la sindicalista Laura Villafuerte, de 39 a?os, es distinta. Esta profesora de Filosof¨ªa con un largo historial de militancia feminista cree que en su organizaci¨®n -es responsable federal de la secretar¨ªa de la Mujer en Ustea- naci¨® con un ideario igualitario. 'No he notado trabas ni vetos a las mujeres, pero el sindicato reproduce el sexismo de la sociedad y nosotras no hemos sabido corregirlo para que sea paritario', expone. De las 10 secretar¨ªas federales de Ustea en Andaluc¨ªa, s¨®lo dos est¨¢n en manos de mujeres, a pesar de que representan m¨¢s del 65% de la afiliaci¨®n.
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