De azote de la SEC a presidente
George Bush coloca al implacable abogado Harvey Pitt al frente de la Comisi¨®n de Valores de EE UU
George Bush se ha acercado por primera vez a Wall Street para cubrir un cargo de alta trascendencia y ha elegido al abogado Harvey Pitt como presidente de la Securities and Exchange Comission (SEC), el equivalente a la espa?ola Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores. La elecci¨®n es una sorpresa por la trayectoria profesional de Pitt, quien desde 1978 ha brillado como implacable y feliz defensor de importantes clientes de Wall Street en contenciosos con la SEC. Los primeros comentarios de medios financieros avalan el nombramiento y aventuran que tan duro como fue en la defensa de sus clientes corporativos, Pitt ser¨¢ un azote a favor de los inversores.
Harvey Pitt, de 56 a?os, fue miembro de la SEC entre 1975 y 1978, cuando pas¨® a la actividad privada como abogado de un bufete neoyorquino entre cuyos colegas se encuentran Sargent Shriver, cu?ado del senador Edward Kennedy y suegro de Arnold Schwarzenegger, y Martin Ginsburg, marido de la juez del Supremo Ruth Bader Ginsburg. Sangre azul pol¨ªtica. Pitt es republicano, si bien sirvi¨® en la SEC con Jimmy Carter.
Desde su oficina en Washington, el abogado se ha encargado con ¨¦xito de la defensa de numerosos clientes, lo mismo individuos -como Ivan Boesky, quien en los a?os ochenta cay¨® en desgracia por informaci¨®n privilegiada- que sociedades, como la londinense Lloyd's, acusada de fraude. La propia Bolsa de Nueva York recurri¨® a Pitt durante una investigaci¨®n de la SEC sobre pr¨¢cticas ilegales de alguno de sus agentes.
Quien recientemente fue incluido en la lista de los 100 abogados m¨¢s influyentes de EE UU por la revista National Law Journal inspir¨® en 1995 cambios legislativos que han protegido a las compa?¨ªas contra potenciales demandas sectoriales.Sus ¨²ltimos grandes ¨¦xitos fueron rebajar la exigencia del anterior presidente de la SEC, Arthur Levitt, para que las corporaciones comunicaran de inmediato noticias financieras a sus inversores, en vez de hacerlo de modo restringido, y otras encaminadas a deslindar conflictos de intereses entre compa?¨ªas de auditor¨ªa y consultor¨ªa.
Se recuerda ahora c¨®mo en los fren¨¦ticos ochenta del dinero f¨¢cil y los tiburones financieros, Pitt defendi¨® a un banco de las Bahamas en un caso de informaci¨®n privilegiada dejando al descubierto las maquinaciones de Dennis Levine, entonces una rutilante estrella de Drexel Burnahm Lambert. Del hilo de Levine salieron prendidos, entre otros, Boesky y el Michael Milliken de los bonos basura y las grandes adquisiciones. Un abogado comentaba ayer que Pitt no ten¨ªa por qu¨¦ haber dejado en evidencia a Levine y pon¨ªa aquella actuaci¨®n como prueba de su aprecio ¨¦tico por la ley y su calidad como abogado.
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