Pensar
Con la vida pol¨ªtica andaluza convertida en un parvulario, resulta imposible encontrar reflexiones de cierto inter¨¦s. Pero, afortunadamente, no se puede decir que aqu¨ª no piense nadie. A veces, desde el mundo acad¨¦mico surgen reflexiones que en condiciones normales deb¨ªan de brotar del mismo debate pol¨ªtico.
Reconozco que siento especial debilidad por las reflexiones del profesor Ruiz Robledo, a quien, por cierto, no tengo el gusto de conocer. Ruiz Robledo ha escrito ¨²ltimamente en este peri¨®dico sobre tres asuntos que ser¨ªan pol¨¦micos si aqu¨ª hubiera ganas de polemizar: la capitalidad, las diputaciones y la comarcalizaci¨®n de Andaluc¨ªa.
Estas dos ¨²ltimas son materias que quedaron pendientes tras la elaboraci¨®n del Estatuto. Ahora, con perspectiva, se puede ver que las diputaciones no sirven para otra cosa que no sea alimentar el clientelismo pol¨ªtico -el profesor Ruiz Robledo propone fusionarlas con las administraciones perif¨¦ricas de la Junta- y hay experiencia para trazar un mapa comarcal que atienda m¨¢s a la funcionalidad que al voluntarismo. Las propuestas de Ruiz Robledo en este aspecto son igualmente interesantes: crear comarcas en las que los ¨®rganos de gobierno sean directamente elegidos por los ciudadanos que vayan absorbiendo paulatinamente las funciones de los municipios.
Dentro de poco, como se sabe, el Estatuto cumple veinte a?os y ser¨ªa bueno que la efem¨¦ride no se agote en la celebraci¨®n de actos pomposos. Es una buena excusa para repensar Andaluc¨ªa, cosa que adem¨¢s vendr¨ªa bien para combatir la ola de localismo desatada por las peregrinas reivindicaciones del alcalde sevillano.
Desgraciadamente, no conozco m¨¢s iniciativa para debatir el Estatuto que la hecha a comienzos de este a?o por el presidente del Parlamento, Javier Torres Vela, a los diputados que lo redactaron. Les ha pedido que elaboren cada uno un documento en el que expresen qu¨¦ cosas creen que le sobran y cu¨¢les le faltan. La propuesta es interesante por lo que tiene de intento de abrir un debate sobre la articulaci¨®n territorial de Andaluc¨ªa, pero me temo que tiene poco futuro.
En los ¨²ltimos tiempos -si no recuerdo mal- s¨®lo IU ha tenido alguna iniciativa en este campo y sin excesiva convicci¨®n. Los andalucistas, que siempre han mostrado sensibilidad por estos asuntos, est¨¢n ahora a lo que est¨¢n.
El PP no est¨¢ para filigranas reflexivas: logr¨® alcanzar el Gobierno de la naci¨®n a base de un pu?ado de esl¨®ganes y unos cuantos chistes malos y debe de creer que todo lo dem¨¢s es una p¨¦rdida de tiempo.
Por lo que respecta al Gobierno de Chaves no se puede esperar m¨¢s que un cosm¨¦tico cambio de Gabinete que le permita desembarazarse de la consejera de Econom¨ªa, que ha tenido la absurda ocurrencia de tratar de tomarse en serio la fusi¨®n de cajas.
Para qu¨¦ cambiar, si todo va bien. Tan bien que hasta el director de la RTVA -seg¨²n se ha podido leer en estas p¨¢ginas- est¨¢ orgulloso de su ¨²nica aportaci¨®n al medio: el fichaje de Mar¨ªa del Monte y los hermanos Calatrava.
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