Tambores en la plaza

Quisiera realizar una serie de aclaraciones sobre sus art¨ªculos de fecha 30 de abril y 7 de mayo. La historia es la siguiente: hace aproximadamente dos a?os que los vecinos colindantes a esta plaza venimos padeciendo la tortura de tener que soportar no s¨®lo los domingos, sino tambi¨¦n d¨ªas de fiesta, algunos s¨¢bados y d¨ªas entre semana todas las molestias que se indican en sus art¨ªculos.

La tamborrada, como ustedes la denominan en el art¨ªculo, es un suceso, por llamarle de alguna forma, que suele comenzar a las doce del mediod¨ªa y que dura sin cesar hasta al menos las once de la noche los domingos, llegando a prolongarse hasta las tres de la madrugada en alguna ocasi¨®n, repito, sin parar.

La gente que all¨ª acude a pasar un rato tiene la opci¨®n de marcharse cuando est¨¢ cansada; nosotros, no. Cuando cae la noche, la plaza parece un basurero: montones de litronas, botes, bolsas, papeles y todo tipo de desperdicios quedan tirados por el suelo.

Qu¨¦ bonito resulta clamar por la libertad de expresi¨®n, decir que la polic¨ªa toma medidas represoras y fascistas y que las autoridades tienen que entrar en raz¨®n; pero ?qu¨¦ libertad tenemos nosotros? ?Ninguno de los que all¨ª acude los domingos piensa en la libertad de los que vivimos con ese problema; tal vez, si lo pensaran, no se hubiera llegado a esta situaci¨®n.

He contemplado c¨®mo dos polic¨ªas han intentado que estos 'm¨²sicos' dejaran de tocar y han recibido todo tipo de insultos, teni¨¦ndose que marchar sin conseguir su prop¨®sito. En referencia a lo que escriben ustedes en sus art¨ªculos sobre que los vecinos del barrio se encuentran divididos, desde luego, no lo estamos entre los que vivimos en zonas colindantes a los hechos.

Evidentemente, si vives a una o dos manzanas de la plaza el ruido o no llega o casi no se percibe. El pasado domingo, los de los tambores estuvieron tocando en la plaza situada en la espalda del mercado de la Cebada; pregunten a esos vecinos si les molestaban antes y les molestan ahora, creo que las contestaciones ser¨¢n totalmente opuestas. Si no se vive junto a ello no se aprecia en toda su magnitud. M¨¢s mal que bien, tenemos que aguantar por vivir all¨ª el tener muy dif¨ªcil aparcar a partir del jueves y casi imposible los fines de semana, el que pongan los coches all¨ª estacionados llenos de porquer¨ªa, porque la gente sale con sus consumiciones a la calle (hecho que, seg¨²n ley, est¨¢ prohibido); el que al lugar donde est¨¢ toda esta gente acuda todo tipo de m¨²sicos a pedir, con el ruido que esto ocasiona..., pero que no podamos descansar porque los tambores no dejen de sonar durante horas... No deber¨ªa ser as¨ª.

Probablemente, la ¨²nica soluci¨®n ser¨ªa legislar todo lo referente a este asunto, ya que si los vamos a sacar de un sitio y los vamos a llevar a otro, el problema habr¨ªa terminado para m¨ª, pero habr¨ªa comenzado para otras personas. Creo que existen muchos sitios donde estos m¨²sicos podr¨ªan realizar esta actividad sin molestar a nadie.

?stos son los hechos que suceden en la plaza de los Carros. Hay que haberlos vivido desde dentro para saber de lo que se habla, porque hay mucha gente que no conoce la situaci¨®n, incluyendo pol¨ªticos oportunistas que aprovechan la situaci¨®n para criticar, y desde luego, pido a todos esos j¨®venes que all¨ª acuden reclamando libertad que piensen en la de los vecinos que vivimos all¨ª soport¨¢ndolo continuamente y no s¨®lo unas horas, como ellos.