El f¨²tbol es azul
El Celta ha vuelto a alcanzar el t¨ªtulo literario de Campe¨®n sin Corona, ese galard¨®n que siempre distingui¨® al m¨¢s lustroso de los perdedores. En el boxeo lo ostentaron Harry Wills, Sam Langford, Kid Gavil¨¢n y otros soldados de fortuna que empezaron llenando el Madison Square Garden y terminaron barri¨¦ndolo. En el ciclismo todos nos mordimos el labio pedaleando con Poulidor, Pou-Pou, aquel terco segund¨®n de mirada lobuna que segu¨ªa imperturbable a Anquetil como el sabueso agotado sigue a la liebre, con un colgajo de espuma en la boca. En los mundiales de f¨²tbol, el campe¨®n moral siempre fue Holanda: la Holanda radiante de Krol, Cruyff y Keizer, la Holanda febril de los hermanos Van de Kerkhoff, o la Holanda exuberante de Gullit, Van Basten y Rijkaard.
Entre nosotros el eterno aspirante se llama Celta de Vigo, y es un equipo que se abre y se cierra con dos sonidos especiales, uno pulmonar y otro musical, como un fuelle de acorde¨®n. Sus admiradores sospechamos que la aventura empez¨® en Holanda cuando Stefan Kovacs y Rinus Michels patrocinaron lo que entonces se llam¨® f¨²tbol total. La nueva f¨®rmula era realmente una combinaci¨®n de antiguos principios estrat¨¦gicos: ocupaci¨®n de espacios, reparto de tareas y sistema de relevos; un conjunto de reglas que transmit¨ªa la reconfortante sensaci¨®n de que el Ajax, el Feyenoord y la selecci¨®n local, la llamada Naranja Mec¨¢nica, manten¨ªan un permanente estado de exaltaci¨®n y frescura. Su secreto era elemental: en cada momento interven¨ªa el hombre m¨¢s descansado y mejor dispuesto.
El caso es que V¨ªctor Fern¨¢ndez pudo haberse inspirado en alguno de esos sargentos de hierro que llegaban del extranjero vestidos de entrenadores y se limitaban a aplicar el cerrojo italiano, ya fuera en su versi¨®n latosa o en su variante ferruginosa. Sin embargo, ¨¦l decidi¨® interpretar a su manera la m¨²sica que tocaba Cruyff, lo que equival¨ªa a inventar de una sola vez el motor de agua y el movimiento continuo. Para ello busc¨® sucesivamente a su Guardiola en Mazinho, Makelele y Giovanella, gente acostumbrada a repartir cuero como quien reparte pan. Luego, las piezas de su maquinaria, pivotes, mostovois, karpines y resortes, se complementar¨ªan como un acabado mecanismo de relojer¨ªa.
Hoy vemos evolucionar a Catanha y compa?¨ªa, y volvemos a disfrutar de un perdido aroma de algas y tulipanes. Es el vapor del f¨²tbol que, inspirado por V¨ªctor, ha impregnado para siempre la camiseta del Celti?a.
Tiene un color azul claro. Es profundo y transparente, como el aire.
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