Cada uno en su sitio
La temporada regular est¨¢ a punto de echar el cerrojazo y casi todos los equipos de la Liga ACB se encuentran definitivamente ubicados en los vagones que les corresponden dentro del tren del baloncesto espa?ol.
El Barcelona, el Real Madrid, el Tau de Vitoria y el Unicaja de M¨¢laga representan la consolidada aristocracia del torneo, viajan en primera clase y entre ellos se encuentra el campe¨®n.
El Bar?a llega a la fase final con el factor campo a favor, pero con sus dudas existenciales. Encima, con Gasol, ahora le sigue una cohorte de ojeadores de la NBA. Este tema de los ojeadores me suena a veces como un poco al Bienvenido Mr. Marshall de Berlanga. '?Que vienen los americanos!...
El Tau es feliz y est¨¢ satisfecho por su maravillosa campa?a europea, armas de doble filo a las que seguro que encontrar¨¢ Ivanovic un ant¨ªdoto.
El Unicaja, al que la Copa Korac deber¨ªa saberle a poco, pide respeto.
Y El Madrid, que ha hecho cosas, pero que realmente no ha hecho nada, se presenta hu¨¦rfano de triunfos.
En el segundo vag¨®n, en el que viajan el Pamesa y el Estudiantes, se ha instalado el Jabones Pardo Fuenlabrada. Ya no se puede hablar de casualidades ni de una sorprendente temporada, sino de su consolidaci¨®n, basada en su humildad y la extraordinaria utilizaci¨®n del material humano con el que cuenta.
Restaba por otorgar una ¨²ltima plaza en la parte principal del tren y ha recaido sobre el F¨®rum, una digna recompensa aunque s¨®lo sea por su talante ofensivo.
Entre los seis que ya pueden preparar las vacaciones y so?ar con que el a?o que viene conseguir¨¢n mejores asientos sigue el Joventut, que ha ganado un partido de cada tres y del que lo peor que se puede decir es que ya no sorprende su posici¨®n. Cada temporada desciende un pelda?o y ya no le queda ninguno. El pr¨®ximo paso es el abismo.
Tambi¨¦n encontramos al Caja San Fernando, penando por todo el embrollo Imbroda, el nuevo seleccionador nacional.
El resto, contentos de evitar mayores desgracias.
Por ¨²ltimo, quedan los cuatro cl¨¢sicos sufridores, llevando como pueden las incomodidades de los peores vagones y que, a?o tras a?o, convierten su Liga en un puro suplicio con la amenaza constante de ser arrojados del tren.
El Ourense ya puede llorar y el Gij¨®n, el Proaguas o el Cantabria le acompa?ar¨¢n ma?ana mismo, despues de un tormento de 40 minutos que no se debe desear ni al peor de los enemigos de uno.
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