?ngel Gonz¨¢lez afirma que 'la proliferaci¨®n de artistas esconde la ausencia de arte'
El profesor imparte un seminario en Bilbao
El resto. Una historia invisible del arte re¨²ne textos escritos entre 1989 y 1999, y ha sido editado conjuntamente por el Museo de Bellas Artes de Bilbao y el Centro de Arte Reina Sof¨ªa de Madrid. Desde ayer, su autor imparte en el museo bilba¨ªno un seminario sobre el contenido de la obra.
Gonz¨¢lez considera que el arte del siglo XX pasar¨¢ a la historia con un car¨¢cter unitario. 'Al cabo del tiempo, la gente dir¨¢ que el arte del siglo XX ser¨¢ un dinamismo, que acabar¨¢ recogiendo los distintos ismos. La gran obsesi¨®n del siglo es que las cosas se mueven', explica.
El arte de los ¨²ltimos 100 a?os ha recopilado, en su opini¨®n, 'una secuencia de genios, no una secuencia espec¨ªficamente art¨ªstica'. 'El arte trasciende la categor¨ªa de genialidad', puntualiza. 'Los artistas tienen poco que ver con el arte; el arte es una tarea y un patrimonio com¨²n. Se ha hecho justicia al reconocer a los creadores, pero no al arte'.
?Y que arte se conservar¨¢ en el futuro? Gonz¨¢lez no muestra duda: 'Sobrevivir¨¢ lo que el Estado decida. El arte es una mercanc¨ªa subvencionada que no existir¨ªa sin fort¨ªsimas inversiones p¨²blicas. Y, desde el punto de vista mercantil, es un p¨¦simo negocio'.
Considera, por ejemplo, que la pintura es una actividad en extinci¨®n. 'El arte ha dejado de ser una empresa colectiva. Es una especie protegida, excepto el cine y la televisi¨®n que realmente funcionan y ganan dinero'.
En su opini¨®n, el rechazo del arte se est¨¢ resolviendo artificialmente. 'Falta, escandalosamente, una celebraci¨®n colectiva del arte. Es tan evidente que se ha convertido en algo superfluo que cada vez que hay una crisis econ¨®mica, el primer mercado que sufre es el art¨ªstico. En una sociedad que se recrea en lo art¨ªstico y se enorgullece de sus iniciativas monumentales, en cambio, el arte es lo primero'.
En el escenario que dibuja, Gonz¨¢lez se atreve a proponer la toma de medidas para que menos personas se dediquen a la actividad art¨ªstica. 'Hay demasiados artistas', afirma. 'Tenemos que evitar que tanta gente se vuelque en una actividad deficitaria, disuadir a los j¨®venes. Matisse dec¨ªa ya en los a?os 20 que pintores buenos hay pocos, y cuantos menos, mejor. La proliferaci¨®n de artistas esconde la ausencia de arte. Hablamos de ellos, para no hablar de lo que importa, del arte'.
Gonz¨¢lez atribuye buena parte de la responsabilidad a los historiadores del arte. 'El historiador es un ojeador de piezas para comerciantes, que est¨¢ ah¨ª para que las condiciones de venta sean m¨¢s conformes a la sociedad capitalista'. El cr¨ªtico, simplemente, 'pone el precio de la obra de arte'.
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