La EMV alerta del peligro de derrumbe de 1.400 casas en San Crist¨®bal de los ?ngeles

La barriada de San Crist¨®bal de los ?ngeles se construy¨®, en su mayor parte, en la d¨¦cada de los 50. Las viviendas pertenecen a tres promociones distintas: una llevada a cabo por Poblados Dirigidos, del extinto Ministerio de Vivienda; otra por la inmobiliaria privada Norah, ya desaparecida, y una tercera realizada por Renfe. Las tres presentan el mismo problema: el terreno es particularmente arcilloso y las viviendas no se construyeron con la suficiente cimentaci¨®n.

Aunque los problemas y las grietas, seg¨²n explican los vecinos, han existido siempre, en los ¨²ltimos a?os los problemas se han intensificado: las puertas no abren debido a que la estructura de la casa se deforma; las paredes se agrietan de forma alarmante; los suelos se abomban y se deforman.

En octubre de 1999, el Ayuntamiento, el Ministerio de Fomento y el Gobierno regional firmaron un convenio por el que se compromet¨ªan a ayudar en la rehabilitaci¨®n del barrio a trav¨¦s de subvenciones. Se incluyeron en este convenio 158 bloques de edificios. De ¨¦stos, seg¨²n un informe elaborado el a?o pasado por la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV), 45 bloques (1.400 casas) necesitan obras estructurales para 'recalzar y rehabilitar' el inmueble. Es decir, necesitan una nueva cimentaci¨®n.

'En el caso de Rocafort, 44 [el edificio que se tuvo que desalojar urgentemente hace un mes], se dijo a los vecinos hace casi un a?o que hab¨ªa que recalzar y rehabilitar, pero, como no se ha hecho nada, pues al final se ha tenido que desalojar', explica ?ngel Rodr¨ªguez Herv¨¢s, gerente de la EMV. Los vecinos de este bloque de la calle de Rocafort ya han sido realojados, tras dos semanas de incertidumbre, una noche durmiendo en la calle y un desalojo policial de las tiendas de campa?a que montaron en la v¨ªa p¨²blica.

Polvo de ladrillos

Mientras se decide qu¨¦ hacer con estos edificios, la ruina avanza. 'Yo cada d¨ªa recojo polvo de ladrillos de las habitaciones, y las grietas cada vez son m¨¢s grandes', explicaba ayer Victoriana Yelmo, de 68 a?os, vecina de Rocafort, 32. Los residentes, para adelantarse a la declaraci¨®n de ruina y no ser desalojados de urgencia, tienen dos opciones: rehabilitar el edificio de forma integral, inyectando cemento en la base; o bien demoler el inmueble y reconstruirlo por entero.

En el primer caso, los habitantes tendr¨¢n que pagar unos cuatro millones de pesetas de media; en el segundo, el precio asciende a ocho millones. Las administraciones, por medio del convenio firmado en 1999, ponen un mill¨®n de pesetas por familia.

Seg¨²n explican algunos miembros de la Asociaci¨®n de Vecinos de San Crist¨®bal, los propietarios de 10 de estos 45 bloques ya han acordado demoler el edificio. Hay ocasiones en las que no s¨®lo es necesario el acuerdo de los vecinos del mismo bloque: como la barriada est¨¢ construida en forma de plazoletas, los inmuebles se apoyan unos en otros, de forma que para demoler uno de los edificios tienen que estar de acuerdo los habitantes del bloque contiguo. 'Esto es un laberinto', explica Paula S¨¢nchez, miembro de la asociaci¨®n de vecinos.

Rodr¨ªguez Herv¨¢s asegura que la EMV 'est¨¢ deseando' que los vecinos se pongan de acuerdo 'para empezar a rehabilitar o a demoler los bloques m¨¢s afectados'. Pero tienen que ser los vecinos los que, tras llegar a un acuerdo, encarguen los equipos de arquitectos y las obras. 'Porque, cuanto m¨¢s tiempo tarden los afectados, los edificios m¨¢s se deterioran y m¨¢s se corre peligro de que se derrumben', explica el gerente.

Pero el acuerdo es, en ocasiones, imposible. Se necesita una pr¨¢ctica unanimidad para acordar demoler el edificio. Y bien porque alguno de los vecinos no tiene recursos para hacer frente a las obras (el barrio est¨¢ poblado de familias de origen humilde), bien porque no quiere, muchos de los bloques se encuentran paralizados: al final no se decide ni rehabilitar ni demoler.

Venta de pisos

Otra circunstancia agrava la situaci¨®n. Incluso actualmente, en la zona se est¨¢n vendiendo muchos pisos. Hay personas que, a pesar de que la asociaci¨®n de vecinos les informa del estado de las casas, compra una vivienda. 'Y claro, ¨¦se luego no quiere demoler porque ya tiene una hipoteca de siete millones de pesetas, con lo que todo se para', explica un vecino.

Las administraciones se comprometieron en 1999 a destinar m¨¢s de 10.000 millones de pesetas para gastos de rehabilitaci¨®n de edificios. A fecha de hoy, y 'debido a la falta de acuerdo de los vecinos en decidirse', no se ha invertido ni una peseta en arreglar una sola casa. El ¨²nico dinero gastado ha sido destinado a estudios, informes y a pagar los realojos de algunas personas.

'No es culpa de los vecinos, sino de la complejidad del sistema', replica Isabel Pascual, de la Asociaci¨®n de Vecinos de San Crist¨®bal. 'Hay que encargar el estudio de los arquitectos, ver cu¨¢nto suelo se puede ocupar, calcular los costes, pedir las subvenciones. Todo tarda much¨ªsimo, y por eso est¨¢ empantanado', explica.