Pluralidad cultural: el nuevo v¨ªnculo de Espa?a con Estados Unidos
Hace ya tiempo que salt¨® la noticia de que Estados Unidos ha dejado de ser un pa¨ªs blanco y anglosaj¨®n: el grupo que crece m¨¢s r¨¢pidamente es el formado por los inmigrantes hispanohablantes, procedentes de la Rep¨²blica Dominicana, El Salvador, M¨¦xico, Cuba, etc¨¦tera, adem¨¢s de los portorrique?os, que ya son ciudadanos estadounidenses. A pesar de que este crecimiento repentino de la cultura espa?ola y la forma en que el idioma espa?ol est¨¢ cambiando el perfil del ingl¨¦s hablado en EE UU afecta de forma evidente a las relaciones culturales de Espa?a con EE UU, Espa?a no ha encontrado a¨²n una forma ¨²til de plantearse esta nueva pluralidad cultural estadounidense. Es importante que los intelectuales, escritores, acad¨¦micos, y aquellos que hacen la pol¨ªtica del Gobierno en Espa?a, aborden esta sorprendente transformaci¨®n social que est¨¢ motivada por el idioma espa?ol; si no, Espa?a se convertir¨¢ en un espectador en lugar de participar en ella.
Hay que desprenderse de todas las viejas ideas hist¨®ricas acerca de la vulnerabilidad de Espa?a ante el todopoderoso T¨ªo Sam y pensar por anticipado en este nuevo futuro: dentro de diez a?os, ?c¨®mo ser¨¢n las relaciones entre el Ahmed de la nueva Europa, la nueva Espa?a, y Juan P¨¦rez, el nuevo yanqui? Tradicionalmente, Espa?a ha tenido una conexi¨®n con EE UU mucho m¨¢s d¨¦bil que la de otros pa¨ªses europeos, como Francia, el Reino Unido e Italia. Ahora esa historia se ha dado la vuelta; mientras el idioma espa?ol florece aqu¨ª, Francia experimenta el problema opuesto: se reduce el inter¨¦s en la cultura francesa debido a que el franc¨¦s se usa cada vez menos. En Naciones Unidas, en realidad en todo el mundo, el ingl¨¦s, no el franc¨¦s, es el idioma diplom¨¢tico preferido. El espa?ol ocupa ahora el segundo lugar. Tanto es as¨ª que han surgido nuevos problemas: el espa?ol ha entrado en el ingl¨¦s americano con tanta fuerza que ahora hay que prestar atenci¨®n para asegurarse de que las traducciones de las obras espa?olas hechas en Inglaterra no confunden a los lectores norteamericanos porque suenan demasiado a Londres. A los europeos no se les acaba de meter en la cabeza que el idioma que se habla en Estados Unidos tiene escasa relaci¨®n con el ingl¨¦s brit¨¢nico. Si una novela que se supone que se desarrolla en Sevilla, por ejemplo, evoca Londres o Cambridge al lector estadounidense, y no Sevilla, la novela est¨¢ perdida.
A los europeos que ven a los nuevos emigrantes como una amenaza (hordas de almog¨¢vares en la frontera una vez m¨¢s, alterando su cultura homog¨¦nea) les resulta dif¨ªcil comprender del todo que los estadounidenses perciben estas llegadas como una saludable expansi¨®n econ¨®mica. M¨¢s trabajadores, m¨¢s crecimiento, m¨¢s gente a quien vender cosas. Adem¨¢s, dicho de forma m¨¢s directa, del mismo modo que el catedr¨¢tico de universidad de Barcelona o Madrid de visita en EE UU no quiere que se le confunda con una asistenta de la Rep¨²blica Dominicana o de M¨¦xico, hay una tendencia entre los visitantes espa?oles a apartarse con nerviosismo de la mezcolanza tumultuosa de la vida cultural estadounidense, para que los estadounidenses de ¨¦lite no les confundan con esos que llegan todas las semanas del sur de la frontera. Por tanto, los espa?oles que est¨¢n en Estados Unidos malgastan demasiadas energ¨ªas en definirse a s¨ª mismos como personas que no provienen de M¨¦xico ni de El Salvador.
Pero lo que hay que aclarar es que la nueva influencia del idioma espa?ol no s¨®lo est¨¢ relacionada con nuestros nuevos inmigrantes; como los estadounidenses somos gente pragm¨¢tica, la mayor¨ªa de los estudiantes que provienen de ambientes no hispanos ahora eligen autom¨¢ticamente el espa?ol como segundo idioma, y cuando estudias un idioma estudias su cultura. A consecuencia de esto, hay un n¨²mero sin precedentes de estadounidenses con un legado no hispano que est¨¢n siendo expuestos a todos los aspectos de la cultura espa?ola.Tambi¨¦n es dif¨ªcil para los europeos hacerse una idea de la rapidez con la que los nuevos inmigrantes en EE UU -en este caso, la poblaci¨®n hispanohablante- pasan a formar parte de la clase media. En una sola generaci¨®n, los hijos e hijas del due?o de una tienda de ultramarinos de El Salvador pasan a formar parte de la clase profesional: llegan a ser m¨¦dicos, abogados, lo que sea. Dentro de una generaci¨®n, seg¨²n las estad¨ªsticas recientes, y debido a la alta tasa de matrimonios mixtos, la poblaci¨®n hispana absorber¨¢ y ser¨¢ absorbida por la no hispana. As¨ª, lo que comienza como la nueva sociedad de pluralidad cultural se transforma r¨¢pidamente en el tradicional crisol estadounidense. En el futuro inmediato, un porcentaje sustancial de la clase media estadounidense tendr¨¢ alguna herencia espa?ola, y el resto de la clase media tendr¨¢ la misma familiaridad con la cultura espa?ola que la que los estadounidenses cultos tuvieron una vez con la cultura francesa.
Es de destacar que la explosi¨®n de la cultura espa?ola en EE UU no se debe ¨²nicamente a los grandes cambios demogr¨¢ficos en la poblaci¨®n. Hay otras razones: la expansi¨®n de la poblaci¨®n americana de habla hispana se produjo en el mismo momento en que la mayor¨ªa de las instituciones estadounidenses -universidades, corporaciones, etc¨¦tera-, por razones m¨¢s o menos nobles, estaban impulsando la pluralidad cultural. Y as¨ª, el pluralismo cultural que para muchos ha sido 'lo bueno' (aunque tambi¨¦n ha tenido muchos detractores) pas¨® a representar a lo hisp¨¢nico, o la cultura espa?ola y la cultura negra unidas a la asi¨¢tica. Lo que no se dice nunca, pero que yo creo que tiene una tremenda importancia en la forma tan r¨¢pida en la que la identidad estadounidense ha cambiado sin angustia y de forma f¨¢cil su identidad fundamental, es que los estadounidenses se aburren con lo que ya conocen. Estamos aburridos de nuestra historia de blancos, anglosajones y protestantes, que asociamos vagamente a los a?os cincuenta, a los guantes blancos y a la ropa inc¨®moda. La imagen del arist¨®crata de Boston ha dejado de captar nuestra imaginaci¨®n, queremos m¨¢s gancho. Y es humano pensar que las oportunidades que importan, importan por el trabajo duro, no por una situaci¨®n demogr¨¢fica casual. Pero aqu¨ª est¨¢: una nueva oportunidad. Por primera vez Espa?a tendr¨¢ una relaci¨®n doble con EE UU. Como miembro de la Comunidad Europea (parece que la presidencia de Bush va a tener algunas temporadas glaciales con la UE), la pol¨ªtica de Espa?a ser¨¢ la de Europa. Su relaci¨®n cultural, tremendamente m¨¢s importante, est¨¢ a¨²n por definir.
Barbara Probst Solomon es periodista y escritora estadounidense.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.