Para¨ªsos
Ad¨¢n y Eva fueron expulsados del Ed¨¦n y por eso todos so?amos con regresar alg¨²n d¨ªa al para¨ªso.
Hace dos semanas la catedral fue el escenario de un espect¨¢culo cada vez m¨¢s ins¨®lito en estos tiempos descre¨ªdos: el arzobispo de Valencia, Agust¨ªn Garc¨ªa Gasco, se hizo acompa?ar por m¨¢s de ciento veinte sacerdotes para una misa concelebrada en honor de los doscientos treinta y tres m¨¢rtires de la guerra civil recientemente beatificados por el Papa Juan Pablo II. Sin embargo, para m¨ª la aut¨¦ntica noticia no era ¨¦sa, sino m¨¢s bien que frente a una cuadrilla tan numerosa de curas, los fieles que se tomaron la molestia de asistir al acto no llegasen ni a dos mil. C¨®mo han cambiado las cosas, pens¨¦. Cuando yo era muy peque?o tuvo lugar en Granada un congreso eucar¨ªstico nacional, y el recuerdo que me ha quedado es que las calles parec¨ªan r¨ªos de gente. Quiz¨¢ esta diferencia abismal en los aspectos pr¨¢cticos de la fe se deba a que, entonces, a¨²n no hab¨ªamos puesto en duda las promesas de la religi¨®n. Qu¨¦ fraude, deben estar diciendo los m¨¢rtires desde alguna galaxia si de verdad sus almas creen todav¨ªa en la doctrina de Cristo. Tanto sufrir a manos de infieles y ahora resulta que el para¨ªso no es celestial, sino fiscal, y est¨¢ situado en unas islas diminutas.
En unas islas que Eduardo Zaplana conoce bien, seg¨²n ha denunciado Izquierda Unida, que acaba de exigir una comisi¨®n parlamentaria para que investigue a d¨®nde fueron a parar los cientos de millones de pesetas que la Generalitat le ha estado desembolsando a Julio Iglesias, embajador ambulante y propagandista de la valencian¨ªa por esos escenarios de Dios. ?Ser¨¢n las Islas Caim¨¢n, las Bahamas, las del Canal, o m¨¢s bien esos otros islotes en tierra firme -Gibraltar, M¨®naco, Andorra o Liechtenstein-, donde mafiosos, pol¨ªticos corruptos y gentes de orden ingresan a diario dinero sucio que en unos segundos sale limpio como los chorros del oro. Qu¨¦ fraude, deben estar diciendo los comunistas desde las Cortes valencianas si de verdad creen todav¨ªa en la doctrina de Marx. Tanto sufrir por la revoluci¨®n en el Tercer Mundo y ahora resulta que el para¨ªso est¨¢ situado en el Primero.
En el Primero del que forma parte la Uni¨®n Europea de la abundancia, que trata con malos modos a los extranjeros ilegales, como bien sabe esa empleada del Centro de Informaci¨®n para Trabajadores Inmigrantes del sindicato Comisiones Obreras, que a principios de mes se dio cuenta con sorpresa de que el ni?o que llevaba unas cuantas horas sentado en el pasillo de la sede sindical era un marroqu¨ª de doce a?os totalmente desvalido. Se llama Azzedine y hace siete meses que anda rondando como una alima?a por aqu¨ª. Vino en busca de un hermano al que imaginaba rico e instalado, pero no es f¨¢cil encontrar a quien huye de la polic¨ªa porque carece de papeles, de manera que Azzedine termin¨® por claudicar. 'Colegio, colegio', parece que repet¨ªa con insistencia al entregarse. Qu¨¦ fraude, debe estar diciendo ahora en el Centro de Acogida de Menores de Godella si de verdad cree todav¨ªa en la doctrina neoliberal. Tanto sufrir desde que cruz¨® el estrecho de Gibraltar en una patera y ahora resulta que cuando el Gobierno espa?ol lo expatr¨ªe a su pa¨ªs tendr¨¢ que seguir buscando el para¨ªso.
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