Multinacionales, gobiernos, j¨®venes
Danone, Marks & Spencer, Siemens, Moulinex, Ericsson, Nestl¨¦, Philips-Miniwatt, Nissan... El goteo de cierres totales o parciales, de despidos y de regulaciones, no cesa. ?Es l¨®gico ante los primeros n¨²meros rojos o cuando los beneficios tienen crecimientos inferiores a los esperados? ?C¨®mo reaccionan los gobiernos? ?Qu¨¦ perspectivas se dibujan para los j¨®venes?
Parec¨ªa que la l¨®gica hab¨ªa conseguido penetrar en el sentido com¨²n econ¨®mico. La evidencia, la l¨®gica aplicada al an¨¢lisis de la econom¨ªa, hab¨ªa propiciado que, a partir de 1945, la mayor¨ªa de los pa¨ªses democr¨¢ticos europeos optaran por un crecimiento sostenido y equilibrado frente al crecimiento sometido a fuertes movimientos c¨ªclicos y desequilibrado predominante hasta entonces. Tres ideas fundamentales se incorporan en la elaboraci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica.
Primera idea. Existen contradicciones entre los intereses individuales, entre los intereses individuales y los colectivos, y entre los intereses a corto y a medio plazo. Para alcanzar un crecimiento sostenido y equilibrado hay que establecer acuerdos respecto de los intereses contrapuestos. Gobiernos, sindicatos de trabajadores, patronales, asociaciones de consumidores, etc¨¦tera, son los responsables de conseguir consensos.
Segunda idea. Los desequilibrios econ¨®micos se manifiestan por medio de recesiones y desigualdades en la distribuci¨®n de la riqueza y en las oportunidades de las personas. Pueden ser compensados mediante la intervenci¨®n de los gobiernos, si ¨¦stos act¨²an con el consenso de la mayor¨ªa.
Tercera idea. Las expectativas sobre la evoluci¨®n de la econom¨ªa influyen de forma sensible en las decisiones relativas a la inversi¨®n y al consumo y, por tanto, en el crecimiento econ¨®mico. Las expectativas positivas estimulan la demanda y el crecimiento econ¨®mico; las negativas retraen la inversi¨®n y el consumo, generan recesiones y, tal vez, crisis econ¨®micas.
La incorporaci¨®n de estas ideas en la pol¨ªtica econ¨®mica a partir de 1945 ha permitido, durante d¨¦cadas, suavizar las tendencias recesionistas y evitar que las recesiones se conviertan en crisis importantes, perjudiciales para casi todos. Ha permitido un crecimiento m¨¢s equilibrado y aumentar, a la vez, competitividad y bienestar.
Quiz¨¢, la aceptaci¨®n generalizada de la importancia de la educaci¨®n sea uno de los logros m¨¢s destacables alcanzados por este modelo. Casi todo el mundo considera positiva la universalizaci¨®n de la educaci¨®n. Individuos, familias, analistas, pol¨ªticos, consideran beneficioso a medio plazo el esfuerzo personal, familiar y colectivo que supone dicha opci¨®n. La educaci¨®n permite a los j¨®venes obtener trabajo y vida de m¨¢s calidad y, a la sociedad, disponer de personas m¨¢s capacitadas. Es uno de los eslabones indispensables para conseguir competitividad y bienestar.
Las oportunidades reales de los j¨®venes dependen, no obstante, de las decisiones de quienes ejercen el poder econ¨®mico: empresas y gobiernos. Dependen de que las empresas admitan o toleren la intervenci¨®n y el contrapoder de gobiernos que persigan crecimiento econ¨®mico sostenido y equilibrado, es decir, crecimiento y bienestar social.
Pero las oportunidades de que los j¨®venes obtengan educaci¨®n y tambi¨¦n trabajo y vida de calidad tienden a decrecer en varios pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. En Espa?a, la insuficiencia de recursos destinados por los gobiernos (Gobierno central y Generalitat, por lo que se refiere a Catalu?a) a la oferta p¨²blica de ense?anza y a la creaci¨®n de empleo, la tolerancia de altas tasas de paro juvenil (17% en Catalu?a, 28% en Espa?a en el cuarto trimestre del a?o 2000) y de empleos temporales (25,7% de puestos de trabajo temporales en Catalu?a, el 38,8% de los cuales son ocupados por j¨®venes), la escasez de oferta de viviendas accesibles (s¨®lo el 7,3% de las viviendas construidas en Catalu?a durante el a?o 2000 son viviendas protegidas), no est¨¢ permitiendoavanzar en la mejora e igualdad de oportunidades. ?Es que los gobiernos europeos est¨¢n abandonando la opci¨®n por un crecimiento sostenido y equilibrado? ?Es que se est¨¢ confundiendo crecimiento equilibrado con equilibrio presupuestario? ?Es que est¨¢ fallando el consenso?
Las actitudes ultraliberales de algunas grandes empresas y la paulatina adopci¨®n de pol¨ªticas desinterventoras por algunos gobiernos europeos (entre ellos, en Espa?a, el central y los aut¨®nomos) influyen negativamente en la mejora de las oportunidades y refuerzan las tendencias recesionistas sobre las que se est¨¢ especulando desde hace unos meses.
Si contin¨²an todas estas tendencias, la disminuci¨®n en el crecimiento de la inversi¨®n y el consumo privados y p¨²blicos (v¨¦anse las previsiones del Gobierno espa?ol en EL PA?S del 25 de abril) reducir¨¢ el crecimiento de la econom¨ªa y del empleo y lograr¨¢ que la recesi¨®n se apodere de nuestras econom¨ªas. En este contexto, las oportunidades s¨®lo pueden empeorar, y la competitividad basada en la innovaci¨®n, la modernizaci¨®n y el bienestar disminuir¨¢.
Parece, pues, l¨®gico y urgente un cambio de actitud de empresas y gobiernos. Que los gobiernos act¨²en de contrapoder ante las actitudes individualistas de las empresas que buscan maximizar sus beneficios a corto plazo y prescinden del impacto negativo de tales actitudes en las expectativas econ¨®micas, en los resultados de las empresas proveedoras, en los ingresos de la poblaci¨®n trabajadora, en la creaci¨®n de empleo para los j¨®venes, en la formaci¨®n en el lugar de trabajo, en la conformaci¨®n de actitudes innovadoras.
Europa no debe dejar de ser el modelo humanista de crecimiento econ¨®mico, no debe permitir que el poder econ¨®mico-pol¨ªtico recaiga cada vez m¨¢s en las grandes empresas. Y nosotros somos tambi¨¦n Europa.
es profesora de Pol¨ªtica Econ¨®mica en la UB.
Carme Massana
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.