Bush no cambiar¨¢ su pol¨ªtica pese a perder el control del Senado
La Casa Blanca desoye la llamada de republicanos y dem¨®cratas moderados para que gire al centro tras el transfuguismo de Jeffords
'No hay raz¨®n para el cambio; la agenda pol¨ªtica del presidente es la deseada por la mayor¨ªa de los norteamericanos', dijo Hughes.No lo ven as¨ª los dem¨®cratas, que a partir de ahora decidir¨¢n qu¨¦ proyectos de ley enviados por la Casa Blanca son o no tramitados por el Senado. Con el transfuguismo de Jeffords, el Senado de EE UU queda compuesto por 50 dem¨®cratas, 49 republicanos y un independiente, pero Jeffords, muy enfadado por el derechismo de la presidencia de Bush, ha adelantado que se aliar¨¢ con los correligionarios de Bill Clinton y Al Gore. ?stos ostentar¨¢n a partir de la pr¨®xima semana el liderazgo de la muy poderosa C¨¢mara alta y la presidencia de sus comisiones.
Con Tom Daschle al frente del Senado y progresistas como Edward Kennedy mandando en las comisiones, los dem¨®cratas, seg¨²n informaron ayer, presentar¨¢n sus propias propuestas, como una subida del salario m¨ªnimo, y bloquear¨¢n las del presidente, en particular las m¨¢s irritantes, como la apertura a la explotaci¨®n por parte de empresas mineras, petroleras y madereras de muchos bosques protegidos y el santuario natural de Alaska. Tambi¨¦n combatir¨¢n las ideas de Bush para privatizar parcialmente el sistema de pensiones de jubilaci¨®n o entregar cheques escolares a los padres de alumnos de escuelas p¨²blicas de mala calidad. Los dem¨®cratas vetar¨¢n a jueces nombrados por Bush que vean como una amenaza al derecho al aborto y le regatear¨¢n al presidente sus planes para dotar a EE UU de un escudo antimisiles y gastarse una fortuna en la adaptaci¨®n de las Fuerzas Armadas a los ¨²ltimos gritos de la alta tecnolog¨ªa.
Los dem¨®cratas se preparan para dar la batalla al presidente en medio ambiente, defensa y justicia
El terremoto pol¨ªtico de la deserci¨®n de Jeffords, que ayer segu¨ªa conmocionando a Washington, ha permitido tambi¨¦n levantar cabeza a los parlamentarios republicanos menos derechistas. Se calcula que tanto dem¨®cratas como republicanos tienen una decena de senadores moderados, gente que se sit¨²a en el centro-derecha o en el centro-izquierda, no sigue la disciplina de partido y es partidaria de negociar consensos. Jeffords era uno de ellos, pero no pudo soportar m¨¢s la etiqueta de republicano, dado el conservadurismo de la pol¨ªtica del presidente.
Bush prometi¨® durante su campa?a electoral aplicar un conservadurismo templado, 'con compasi¨®n', seg¨²n su f¨®rmula, y luego, tras su p¨ªrrica victoria frente a Al Gore, asegur¨® que iba a gobernar con esp¨ªritu bipartidista. Pero sus cuatro primeros meses han sido los m¨¢s derechistas en la Casa Blanca desde los tiempos de Ronald Reagan. El ex gobernador de Tejas est¨¢ dando plena satisfacci¨®n al n¨²cleo duro del Partido Republicano, el que tiene sus feudos entre la muy conservadora poblaci¨®n blanca del sur y las grandes llanuras occidentales de EE UU, los partidarios de penalizar el aborto, reducir los impuestos, mantener el derecho de los particulares a la posesi¨®n de armas e incrementar tan s¨®lo una partida de los presupuestos p¨²blicos: la de Defensa.
Si Bush ha irritado a los aliados europeos por la arrogancia y el unilateralismo de su pol¨ªtica exterior en asuntos como el tratado clim¨¢tico de Kioto y el escudo antimisiles, en el frente dom¨¦stico ha asustado a mucha gente con decisiones como el nombramiento del ultra John Ashcroft como titular de Justicia o la financiaci¨®n p¨²blica de organizaciones religiosas. Y piensa seguir as¨ª. Cheney dijo ayer que la Casa Blanca no va a cambiar de programa ni de t¨¢cticas, pese a haber perdido la mayor¨ªa en el Senado. Bush, Cheney y los suyos desoyen, pues, los llamamientos de sus correligionarios moderados para girar hacia el centro.
'Lo ocurrido con Jeffords deber¨ªa ser un despertar; estamos obligados a cambiar si queremos seguir manteniendo nuestra condici¨®n de partido nacional', dice Arlen Specter, un senador republicano moderado. Seg¨²n Specter, si el partido del elefante contin¨²a por la vereda derechista puede terminar desapareciendo en las grandes ciudades y los Estados del norte de la costa atl¨¢ntica. Esa angustia es compartida por John McCain, el muy independiente senador republicano que le disput¨® las primarias a Bush. Seg¨²n McCain, el Partido Republicano 'tiene que madurar y aceptar que sus miembros puedan disentir de la ortodoxia'.
El que un presidente se enfrente a un Congreso de otro signo pol¨ªtico es habitual en EE UU. Bush no est¨¢ en el peor de los casos, dado que los republicanos todav¨ªa mantienen una corta mayor¨ªa en la C¨¢mara de Representantes. Pero lo que ayer preocupaba en Washington es que, tras la sonora advertencia que supuso el empate de las presidenciales, el pol¨ªtico tejano parezca no entender que la derecha religiosa con la que ¨¦l se identifica no constituye la mayor¨ªa estadounidense.
Con el episodio del transfuguismo del senador por Vermont, Bush, seg¨²n The Washington Post, se aleja de su sue?o de ser un segundo Reagan para aproximarse a la situaci¨®n de su padre, la de un presidente de un solo mandato. S¨®lo podr¨ªa evitarlo si demuestra tener la capacidad de adaptaci¨®n de Clinton, que, tras la conquista de la mayor¨ªa en el Congreso por los republicanos en 1994, abandon¨® sus objetivos m¨¢s progresistas, gobern¨® desde el centro y consigui¨® la reelecci¨®n. 'Si Bush quiere sobrevivir, debe apoyarse en los dem¨®cratas y republicanos moderados, y no en el ala derecha de su partido', le aconsej¨® Matthew Frankel, del Consejo para el Liderazgo Dem¨®crata. ?sa es tambi¨¦n la opini¨®n de la mayor¨ªa de los norteamericanos, seg¨²n sondeos de CNN-USA Today-Gallup y Zogby difundidos ayer. Los estadounidenses, seg¨²n esas encuestas, creen que el Partido Republicano es demasiado conservador, consideran que la decisi¨®n de Jeffords es buena para el pa¨ªs y le piden a Bush que gobierne con esp¨ªritu bipartidista. Al pol¨ªtico tejano le quedan m¨¢s de tres a?os y medio para aprender la lecci¨®n.
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