Mazazo al quebrantahuesos
Investigan el envenenamiento de 'Muskilda', el ejemplar m¨¢s emblem¨¢tico del Pirineo
La mano del hombre est¨¢ detr¨¢s del envenenamiento de Muskilda, el ejemplar de quebrantahuesos (gypaetus barbatus) m¨¢s emblem¨¢tico de Navarra y probablemente, de todo el Pirineo. Muskilda muri¨® junto a uno de sus polluelos. La desaparici¨®n de este hermos¨ªsimo animal de 12 a?os, viejo conocido de los conservacionistas, ha sido un aut¨¦ntico mazazo al trabajo de protecci¨®n de las especies m¨¢s amenazadas realizado durante a?os por muchos organismos medioambientales.
El quebrantahuesos, la ¨²nica ave oste¨®faga o comedora de huesos del planeta, est¨¢ en serio peligro de extinci¨®n. Apenas quedan en Navarra entre cinco y siete unidades reproductoras. Verlos volar -con sus m¨¢s de dos metros de envergadura- y alimentarse dejando caer desde el aire los huesos de animales muertos que previamente han limpiado otras aves carro?eras es un espect¨¢culo ya muy dif¨ªcil de contemplar.
Los t¨¦cnicos del Gobierno navarro investigan las causas del envenenamiento de Muskilda y de su polluelo, hallados muertos en su propio nido en una inspecci¨®n del control anual de la ¨¦poca de cr¨ªa. Junto a sus cuerpos hab¨ªa restos de mirlo y de cordero. Lo m¨¢s probable, dada la ausencia de signos externos de violencia, es que ingirieran carro?a envenenada expresamente por el hombre para matar alima?as. Quienes colocaron los cebos envenenados en el valle de Urra¨²l Alto pueden ser condenados a pagar hasta 54 millones de pesetas de multa por vulnerar gravemente la normativa medioambiental.
Los venenos son la causa m¨¢s com¨²n de muerte de esta especie. En 1999 eran ya siete los ejemplares con radiotransmisor que hab¨ªan muerto al ingerir estricnina, empleada para el control de los depredadores en fincas cineg¨¦ticas. Por eso, un sentimiento de pesadumbre ha recorrido estos d¨ªas a t¨¦cnicos y voluntarios que conoc¨ªan a Muskilda desde su nacimiento en la zona de Ochagav¨ªa. De hecho, ya en 1997 Muskilda fue recogida en el valle de Bazt¨¢n con s¨ªntomas de intoxicaci¨®n y heridas en los ojos. Fue tratada por la asociaci¨®n Gurelur y se recuper¨®. Antes de devolverla a su medio natural, se le instal¨® una anilla met¨¢lica de control, bandas alares e incluso un peque?o transmisor. Los responsables recuerdan que nada m¨¢s soltarla, apareci¨® el macho y realizaron una parada nupcial. Los quebrantahuesos comienzan a reproducirse muy tarde, a partir de los ocho o diez a?os. Y en 2000 Muskilda -una de las pocas hembras que se reproduc¨ªa en Navarra- fue madre por vez primera y este era su segunda nidificaci¨®n exitosa.
Los expertos del Gobierno navarro -que en 1995 aprob¨® el II Plan de Recuperaci¨®n del Quebrantahuesos- han expresado su temor por la creciente aparici¨®n de cebos envenenados. Han dado la alarma a la Polic¨ªa foral y al Seprona de la Guardia Civil. Todos investigan.Los t¨¦cnicos han pedido al Gobierno m¨¢s rigor en las sanciones y Gurelur ha responsabilizado al propio departamento de Medio Ambiente 'por su desidia en el control de los venenos'. La asociaci¨®n afirma estar cansada de 'enviar decenas de cad¨¢veres al Instituto Carlos III de Madrid para su an¨¢lisis, mientras los autores se siguen sintiendo impunes'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.