Amapolas
He aqu¨ª que el taleb es bueno: la amapola ha desaparecido. La han arrancado entre rezos y c¨¢nticos. Los campos salpicados de rojo y de blanco donde se cultivaba un 75% de las plantas opi¨¢ceas del mundo est¨¢n ahora yermos. Lo mand¨® el imam: la fe mueve monta?as, y todos han arrancado las plantas y mueren de hambre. Pero ir¨¢n al para¨ªso, donde no s¨¦ si las hur¨ªes van encarceladas en ropa o coritas (desnudas; literalmente, en cueros; pero esa palabra es m¨¢s disimulada). Esas otras amapolas, como las compara tanta poes¨ªa y tanta canci¨®n, lo est¨¢n pasando mal en esa tierra y en muchas otras. Pero no importa: las Naciones Unidas han felicitado ya a Afganist¨¢n por esta buena acci¨®n, por esta devoci¨®n por la humanidad; y Estados Unidos va a enviar su ayuda al pa¨ªs miserable. EE UU dio una orden al mul¨¢ que explic¨® que el Cor¨¢n proh¨ªbe la droga y que el que no siga al libro ir¨¢ a la c¨¢rcel. No es necesario decir que prefiero un pa¨ªs con opio a un pa¨ªs con odio, y que no tengo ninguna seguridad de que ese 75% no se est¨¦ cubriendo ya en otros sitios; y de que las subidas de precio compensen o no a las mafias de la distribuci¨®n.
La cuesti¨®n es que la cabeza dirigente del mundo ha encontrado una justificaci¨®n para ayudar a sus talib¨¢n: han cumplido. Lo dem¨¢s, la cinta amarilla para se?alar a los obedientes a otras religiones, o la tortura de todas las mujeres desde el momento en que nacen -y tienen mala suerte con nacer y vivir as¨ª: en otros pa¨ªses se practican abortos selectivos de hembras-, el lavado de cerebros, la dictadura sublime que los individuos practican deteniendo al que hace lo prohibido -oigo en una radio que registran a las mujeres y las encarcelan si llevan un libro-; lo dem¨¢s, digo, no importa. No s¨®lo no importa, sino que es favorable: este fortalecimiento de la fe religiosa sirvi¨® para que se fueran los rusos cuando eran comunistas; estos talib¨¢n fueron armados y adiestrados y favorecidos para que nos prestaran este servicio, y para contener a Pakist¨¢n, y a quien sea. 'Nos', digo, porque estoy dentro de este mundo civilizado y ¨²nico que es Occidente: y me alegro. Como todos: estamos seguros de que preferimos esto a vivir en el centro de ?frica, o en los bordes; o en las estepas del Asia Central, o en algunas altiplanicies. Como prefer¨ªan los alemanes no ser jud¨ªos en otros tiempos.
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