Mamas, nariz y liposucci¨®n por 10.000 al mes
M¨¢s de la mitad de las operaciones de cirug¨ªa est¨¦tica se pagan a plazos y uno de cada tres clientes son hombres
Aumento de mamas, liposucci¨®n y rinoplastia por 10.000 pesetas al mes. Reclamos como ¨¦ste en los centros especializados han convertido a la cirug¨ªa est¨¦tica en un producto de consumo m¨¢s. Como un coche o un eletrodom¨¦stico se puede pagar a plazos, lo que la ha acercado a las clases medias y trabajadoras, hoy su mayor clientela.
De no ser por el pago a plazos, Margarita Conde no hubiera realizado nunca su deseo m¨¢s oculto: tener un pecho robusto. No confiesa su edad -'y menos ahora que me han dejado como a una chica joven', dice-, pero su hijo mayor ya tiene 40. Dice que a ella le calculan, como mucho, 54 a?os. Con su pensi¨®n de 42.000 pesetas poco pod¨ªa conf¨ªar en ahorrar el medio mill¨®n largo que le ha costado la operaci¨®n. Pero s¨ª puede pagar 17.000 mensuales durante cinco a?os. 'Cuido a un familiar y salgo poco a la calle', dice. 'Lo hago por mi misma, por quitarme esta espina'.
Si no existe una n¨®mina, los maridos se aprestan a fiar con la suya. A veces no est¨¢n de acuerdo con la operaci¨®n, pero otras muchas son ellos quienes empujan a sus compa?eras, comenta Jos¨¦ Luis Vicente, uno de los gestores del centro de est¨¦tica madrile?o Esbeltic Model. Opt¨® por este negocio junto a un socio, abogado como ¨¦l, ante las perspectivas claras de mercado, admite.
Un mercado del que nadie aporta cifras globales y cuya clientela no suele hablar de los servicios prestados, aunque de un d¨ªa para otro aparezca en p¨²blico con tres tallas m¨¢s de sujetador, cuatro menos de pantalones o m¨¢s pelo en las entradas. La profusi¨®n de centros de est¨¦tica da una idea de la demanda. Algunas cl¨ªnicas especializadas en abortos ofrecen igualmente servicios de cirug¨ªa est¨¦tica.
Cirug¨ªa y fotodepilaci¨®n
Otro empresario, Jos¨¦ Mar¨ªa Suescun, es fundador y director general de una compa?¨ªa que tras crear una nutrida red en Espa?a se extiende hacia Portugal. En los 32 centros espa?oles de Corporaci¨®n Dermoest¨¦tica se realizaron el pasado a?o cerca de 250.000 tratamientos de medicina est¨¦tica, de los cuales la cirug¨ªa y la fotodepilaci¨®n fueron los m¨¢s frecuentes. Este a?o conf¨ªan en facturar cerca de 8.000 millones de pesetas.
Entre un 55% y un 60% de estas intervenciones se pagan con financiaci¨®n, calcula Suescun. Bien mediante cr¨¦ditos que ha solicitado el cliente a su banco o con ventas aplazadas a dos, tres o cinco a?os, tambi¨¦n concertadas con entidades bancarias.
El 70% de quienes acuden a la cirug¨ªa est¨¦tica son mujeres, pero ya el 30% son hombres que se incorporan a un servicio m¨¢s de consumo. En ellas, priman los aumentos de mamas, liposucciones o rinoplastias. Y en ellos, los implantes de pelo, la correcci¨®n de las orejas o las liposucciones de papada y abdomen. Tambi¨¦n se incorporan velozmente a los tratamientos de depilaci¨®n por l¨¢ser.
'Una vez cubiertas las necesidades b¨¢sicas, la segunda aspiraci¨®n de los espa?oles es encontrarse bien consigo mismos. Y sabemos como cambia su vida', asegura Suescun.
La inseguridad es un motor, coinciden los especialistas consultados, m¨¦dicos y empresarios. 'Hoy la imagen personal influye much¨ªsimo. No s¨®lo en las relaciones personales sino incluso para conseguir un trabajo', subraya Jos¨¦ Luis Vicente. Pero ?quien marca esa talla de bienestar?
Elena Arnedo, ginec¨®loga y autora de varios libros sobre la salud de la mujer, est¨¢ asombrada del fen¨®meno: 'Las mujeres se han incorporado con naturalidad a la sociedad, pero est¨¢n m¨¢s empe?adas que nunca en cuestiones de belleza. Supongo que tiene algo que ver con esa presencia p¨²blica. Al sentirse inseguras en un mundo muy competitivo, y ser m¨¢s visibles, insisten desesperadamente en los aspectos que se?alan lo femenino y se obligan a mantenerlos hasta l¨ªmites exagerados'.
La sociedad de consumo es su gran c¨®mplice, agrega Arnedo, y en ello coincide con la escritora Lourdes Ventura, que se?ala directamente con el dedo al gran mercado de las apariencias. 'Mueve cientos de miles de millones al a?o. Y esta claro que, mientras exista negocio, el fen¨®meno va a continuar. Hasta ahora las mujeres hemos sido las m¨¢s vulnerables, pero ya se incorporan los hombres. Estamos hablando de una especie de acoso psicol¨®gico publicitario', apunta la autora de La tiran¨ªa de la belleza.
Lo m¨¢s sorprendente para Ventura es que, en esta fren¨¦tica carrera por las apariencias, el espejo es lo que denomina bellezas inventadas. 'Las ni?as se miran en modelos que previamente han pasado por los quir¨®fanos. Sus propias madres tambi¨¦n han pasado por la cirug¨ªa y ellas simplemente siguen el ejemplo', recuerda.
No tienen miedo al quir¨®fano. El resultado deseado est¨¢ en las vallas publicitarias y al alcance de casi todos en pocas horas. Algunos casos son tal y como reflejan los anuncios. Con 28 a?os y a punto de casarse, a Cati s¨®lo la frenaba cierta sensaci¨®n de rid¨ªculo frente a sus amistades. Pero lo venci¨®. 'Entr¨¦ en el quir¨®fano dici¨¦ndome: si se opera todo el mundo, no debe de ser para tanto. Hoy estoy content¨ªsima y puedo comprarme ropa que antes no me quedaba bien', asegura Cati.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.