?Cu¨¢l es la cabeza del rey?
Los investigadores descubren en Poblet dos cr¨¢neos en la tumba de Jaime I
La historia ha conocido monarqu¨ªas bic¨¦falas, pero eran otra cosa. Las minuciosas investigaciones que se realizan en las tumbas reales de Poblet (Tarragona) para identificar los restos del pr¨ªncipe de Viana, han arrojado la sorprendente noticia de que en el sepulcro del rey Jaime I el Conquistador, monarca de Arag¨®n y Catalu?a, tomador de Valencia y Mallorca a los moros, hay dos cabezas. Lo que, se han apresurado a se?alar los miembros del equipo de estudiosos, significa con toda seguridad que al menos una no es la del emprendedor rey.
La causa del l¨ªo que trae de cabeza - valga la expresi¨®n- a los investigadores proviene seguramente de la ¨¦poca de la desamortizaci¨®n de Mendiz¨¢bal. En el a?o 1837 se produjo en el monasterio de Poblet la profanaci¨®n de las tumbas y la dispersi¨®n por los suelos de los restos de los monarcas y de los nobles all¨ª sepultados, con lo que, al volverlos a reunir, se produjeron varios errores que ponen en duda la autenticidad de varios de los supuestos restos reales.
El p¨¢rroco de l'Espluga de Francol¨ª recogi¨® en sacos los restos dispersos de las tumbas y en un loable acto de piedad los puso a resguardo en la sacrist¨ªa. En 1844 se trat¨® de recuperar los restos de los monarcas, muy mezclados. Se los extrajo de los sacos y se los coloc¨® en una gran caja que fue enviada a la catedral de Tarragona. El arque¨®logo Hern¨¢ndez Sanahuja identific¨® a Jaime I en uno de los cuerpos por sus grandes dimensiones, pues seg¨²n el cronista de la ¨¦poca Desclot, el rey era un palmo m¨¢s alto que los m¨¢s altos de su tiempo. Adem¨¢s esos restos humanos estaban envueltos en un manto del C¨ªster, y el rey era monje de Poblet en el momento de su ¨®bito. La atribuci¨®n, pues, de los restos no fue objetada por nadie.
En cambio, fue m¨¢s dif¨ªcil atribuirle una cabeza concreta al muerto, pues, carec¨ªa de cr¨¢neo adjunto. Dado que hab¨ªa varias posibilidades de elecci¨®n, Sanahuja opt¨® por un cr¨¢neo que presentaba una gran cicatriz en la frente, recordando que, seg¨²n las antiguas cr¨®nicas, el rey result¨® herido por una flecha en la cabeza en el asalto a Valencia. As¨ª, ni corto ni perezoso, el arque¨®logo puso el cr¨¢neo del agujero junto al cuerpo del individuo alto, dentro de la capucha cisterciense. El ahora completo cuerpo del rey fue instalado en un sepulcro al efecto en el interior de la catedral de Tarragona. All¨ª incluso pudo verlo durante una visita otro rey, Alfonso XIII, que coment¨® precisamente la cicatriz de la frente.
Cuando Poblet fue reconstruido y en ¨¦l ya habitaban los monjes se decidi¨® volver a trasladar all¨ª los restos reales. Ante los de Jaime I, los expertos decidieron que una cicatriz tan grande como la que presentaba no pod¨ªa ser resultado de una flecha, con lo que volvieron a buscar entre los cr¨¢neos sobrantes y seleccionaron otro m¨¢s plausible. Eso s¨ª, no se atrevieron a cambiarlo por el primero, por si acaso, y decidieron dejarlos los dos. Y as¨ª han estado medio siglo. Ahora, gracias a la t¨¦cnicas modernas, especialmente la del ADN, se conf¨ªa en determinar cu¨¢l es la verdadera cabeza del rey.
El objetivo primero del equipo de expertos es investigar la procedencia y autenticidad de los restos que, atribuidos a Carlos de Arag¨®n, pr¨ªncipe de Viana (1421-1461), se encuentran depositados en Poblet. El estudio, que se inici¨® en 1992 y que ha ido avanzando con lentitud dependiendo de los recursos econ¨®micos, se extiende asimismo a la comprobaci¨®n de otra treintena de restos reales.
Por el momento las investigaciones realizadas al cuerpo atribuido al pr¨ªncipe son negativas porque su ADN no se corresponde con el de su madre, Blanca de Navarra, localizada en Segovia. El t¨®rax de la momia, adem¨¢s, no es el de un hombre de 40 a?os, edad a la que muri¨® Carlos de Arag¨®n. En total, los supuestos restos del pr¨ªncipe corresponden a tres personas diferentes. Lo que, sin duda, tambi¨¦n es un l¨ªo para los especialistas.
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