?Vente a mi casa, Pasqual!
Observo con alborozo que Pasqual Maragall vuelve a ejercer de okupa en domicilios particulares, vieja afici¨®n que cre¨ªamos ya olvidada. Ahora le ha tocado a los Medina, una familia trabajadora de Cornell¨¤, lo cual me parece muy bien porque nuestros socialistas, siendo todos de buena familia, catalanistas y ex alumnos del Virtelia, suelen hacer poco caso al obrero, que, por lo menos te¨®ricamente, deber¨ªa ser su votante natural (y luego el obrero se queda en casa cuando hay elecciones auton¨®micas porque nadie se ha tomado la molestia de explicarle que su voto es necesario para desalojar de su poltrona al se?or Pujol).
Una vez cumplido el tr¨¢mite con la clase obrera, creo que el se?or Maragall podr¨ªa fijarse en otro colectivo que tambi¨¦n necesita que le expliquen c¨®mo cambiar¨ªan las cosas en una Catalu?a socialista. Casi todos mis amigos y yo formamos parte de ese colectivo. Somos los que votaremos al PSC no porque creamos que ese partido es la monda, sino porque ya no podemos m¨¢s de pujolismo. Nos gustar¨ªa tener algo m¨¢s de ilusi¨®n, pero en la pr¨¢ctica somos como Julian Barnes, que votaba a los laboristas no porque esperara gran cosa de ellos, sino porque no pod¨ªa soportar a los conservadores. Tal vez esa falta de ilusi¨®n viene de que no entendemos muy bien las propuestas de Pasqual Maragall (puede que seamos algo zotes, no lo niego) o de que no encontramos en ellas todas las diferencias que esperamos con respecto de las del oponente (en cuyo caso, nuestro hombre habr¨ªa abrazado definitivamente el papel de hereu en vez del de adversario pol¨ªtico). Quiz¨¢ si el candidato nos explicara las cosas en directo y sin prisas tendr¨ªamos un poco m¨¢s de ilusi¨®n. Yo la necesito, pues ¨²ltimamente estoy cada vez m¨¢s fofo a nivel pol¨ªtico. Antes, me bastaba con leer un art¨ªculo del profesor Culla para crisparme hasta l¨ªmites insospechados; ahora, cuando llevo dos p¨¢rrafos y veo que me est¨¢ explicando por en¨¦sima vez lo bueno que es el nacionalismo catal¨¢n y lo malo que es el nacionalismo espa?ol, bostezo y me voy directamente a la cartelera.
Maragall ha vuelto a habitar entre los vecinos para explicar sus proyectos. El articulista se pide una visita para recobrar la ilusi¨®n
Es decir, Pasqual, amigo, que necesito ilusionarme pol¨ªticamente y te he elegido a ti para que te encargues de esa misi¨®n. Para ello, te invito a pasar unos d¨ªas en mi casa. No esperes lujos, pero s¨ª un trato humano y jovial. Pagar¨¦ todas las comidas y pondr¨¦ a tu disposici¨®n un sof¨¢ cama (?de Habitat!) bastante c¨®modo. Desayunaremos en el bar Apeadero a eso de las diez de la ma?ana, y a partir de ese momento me vas a dar conversaci¨®n. Mucha conversaci¨®n.
Compr¨¦ndeme, Pasqual, la ¨²nica vez que te he entrevistado abandon¨¦ la reuni¨®n sin haber comprendido muy bien qu¨¦ me hab¨ªas explicado. Te recuerdo como un tipo cordial y hasta simp¨¢tico al que se pod¨ªa tutear y con el que, a pesar de la diferencia de edad, hab¨ªa cierta proximidad: a fin de cuentas, t¨² tambi¨¦n eres amigo de Mariscal y yo compart¨ª p¨¢ginas contraculturales con tu difunto hermano Pau. Pero tu tendencia a responder cosas que no ten¨ªan nada que ver con lo que te preguntaba y esa actitud (?vas sobrao, Pasqual!) inconscientemente superior, de tipo que da por sentadas cosas que el com¨²n de los mortales desconoce, acababa sembrando el desconcierto en tu interlocutor.
Para salir de este impasse conceptual, amigo candidato, se impone tu permanencia en mi domicilio, de donde no te ser¨¢ tan f¨¢cil huir como de la clausurada sede de Ciutadans pel Canvi (no descarto retrasar las comidas hasta que me quede perfectamente claro lo que te haya preguntado). Para que te vayas preparando, te anticipo que me gustar¨ªa saber por qu¨¦ te callaste como un muerto cuando el d¨²o c¨®mico Ferrusola-Barrera dijo las burradas que dijo; por qu¨¦ te pasas la vida hablando bien de Pujol cuando deber¨ªas ponerle verde; qu¨¦ piensas hacer con TV-3 aparte de poner de director a Juan Tapia, que para eso lo tienes haciendo pr¨¢cticas en BTV; en qu¨¦ consiste exactamente el F¨°rum 2004: ?prohibido utilizar la expresi¨®n 'ilusi¨®n colectiva'!; cu¨¢l es exactamente tu idea de Catalu?a, aparte del rollo ese del federalismo que sueltas a la que me descuido...
Tenemos tanto de qu¨¦ hablar, Pasqual... ?C¨®mo? ?Que qu¨¦ sacas t¨² de las tabarras que te voy a soltar en esos tres d¨ªas de convivencia? Hombre, no es que yo me considere representativo de nada, pero te aseguro que hay mucha gente que quiere creer en ti e ilusionarse con el cambio que supuestamente preconizas. Y de momento no lo logramos. Ya s¨¦ que t¨² opinas que la ¨¦poca de los l¨ªderes carism¨¢ticos ha pasado a la historia, y debes de tener raz¨®n, pues ah¨ª tenemos a Aznar, que es bajito, aburrido y con voz de pito, pero arrasa en las urnas. Pero los miembros de mi colectivo nos resistimos a creer que el cambio pol¨ªtico en Catalu?a se reduzca a sustituir a un presidente de 70 a?os por uno de 60. Ya s¨¦ que como l¨ªder de opini¨®n dejo mucho que desear, pero piensa que si me convences a m¨ª puedo contagiar mi entusiasmo a mis 10 o 12 lectores. Cada uno de ellos puede ilusionar a sus cuatro o cinco amigos. Si seguimos una estructura piramidal, la cosa puede arrojar un saldo de unos cuantos miles de votos ilusionados.
Qui¨¦n sabe, igual hasta conseguimos que te ilusiones t¨² y dejes de esperar la inminente autodestrucci¨®n de CiU para ponerte a hablar de manera comprensible de esa Catalu?a que llevamos esperando desde hace 20 a?os.
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