Un abogado locuaz

Fernando Lamikiz (Gernika, 42 a?os) es la viva expresi¨®n de la locuacidad, de la facundia para construir discursos apasionados o reflexivos, para soportar combates interminables cuerpo a cuerpo.

Abogado de profesi¨®n, tambi¨¦n ligado al ¨¦xito -como su oponente, Javier Ur¨ªa- y a los grandes eventos, por duros que sean, tom¨® la decisi¨®n de concurrir a las eleciones cuando Jos¨¦ Mar¨ªa Arrate anunci¨® sorpresivamente su decisi¨®n de renunciar a una posible reelecci¨®n.

Y lo hizo como un cicl¨®n, a su estilo propio, en la confianza de que el hartazgo de la afici¨®n reclamaba una terapia de choque. Aprovech¨® el desliz dial¨¦ctico de su adversario en la filosof¨ªa de la entidad para hurgar en la herida, pero demostr¨® una cierta candidez en los tiempos electorales que obligan, se quiera o no, a aportar los nombres propios del proyecto deportivo. Como Ur¨ªa, tent¨® a Zubizarreta, pero no logr¨® convencerle; busc¨® un entrenador y tante¨® a Man¨¦ y V¨ªctor Fern¨¢ndez, con contrato en vigor, perdiendo un tiempo precioso que al final ha querido recuperar con el desconocido Muslin, del Estrella Roja de Belgrado, a quien present¨® deprisa y corriendo para contrarrestar el efecto Heynckes en la afici¨®n.

Su insistencia en promover un debate con Ur¨ªa le ha colocado psicol¨®gicamente en posici¨®n de inferioridad, a sabiendas de que su oponente rechaza cualquier posibilidad de compartir mesa, micr¨®fono y camara con ¨¦l. Su locuacidad resulta siempre intimidatoria.

Lamikiz aparece ligado al sector del aparato del PNV, pero oficialmente este partido ha dado libertad de voto a sus afiliados.

Su proyecto te¨®rico esta lleno de referencias emotivas: el objetivo es ganar en todo aquello en que se participe; el adversario deportivo es el Real Madrid, no la Real Sociedad; el Athletic est¨¢ acomodado, sin objetivos; Lezama reclama una vuelta de tuerca, hasta el punto de sacar de all¨ª al primer equipo y llevarle a un Centro de Alto Rendimiento sin ubicaci¨®n conocida.

Su arranque de campa?a, sin embargo, tuvo algo de demagogia o de gui?o al sector cabreado de la afici¨®n. Su propuesta de someter al primer equipo a un horario laboral, de 9.00 a 17.00 horas, cautiv¨® a los m¨¢s escocidos por la mala trayectoria del Athletic, pero su efecto ha sido m¨¢s evanescente que pr¨¢ctico.

A su sombra ha planeado el nombre de Javier Clemente, presumiblemente su m¨¢nager general, al que ha rehusado presentar ante la duda de si le suma o le resta votos en estos momentos.

A Lamikiz, directivo con Arrate, le ha faltado planificaci¨®n y sobrado voluntad. Se dir¨ªa que busca el gol sin pasar por el centro del campo.