El nuevo director civil del Cesid depender¨¢ del presidente del Gobierno

El nombramiento del primer civil al frente del Cesid desde su creaci¨®n en 1977 servir¨¢ para abordar una primera reestructuraci¨®n del servicio secreto. El centro seguir¨¢ adscrito org¨¢nicamente al Ministerio de Defensa -es decir, a efectos presupuestarios y de personal-, pero consolidar¨¢ la dependencia funcional que ya tiene legalmente del presidente. Ser¨¢ Aznar quien marque los objetivos del centro y a quien informe ¨¦ste de sus resultados.

Por ello, el nuevo director estar¨¢ adscrito a la Presidencia del Gobierno y a su actual cometido sumar¨¢ el de coordinador de los servicios de informaci¨®n de la Polic¨ªa, la Guardia Civil y las Fuerzas Armadas. Salvo cambio de ¨²ltima hora, se ha descartado la posibilidad de ubicar al nuevo jefe del Cesid en el Ministerio de la Presidencia, una opci¨®n que se estudi¨® para que cualquier esc¨¢ndalo no salpicara directamente del jefe del Ejecutivo, sino que un ministro le sirviera de parapeto.

En contrapartida, el nuevo director tendr¨¢ mayor rango. La f¨®rmula que se baraja es hacerlo secretario general, una categor¨ªa equivalente a subsecretario, homolog¨¢ndolo as¨ª a los directores de la Guardia Civil y de la Polic¨ªa. No se descarta, sin embargo, que finalmente se decida elevarlo un pelda?o m¨¢s, hasta secretario de Estado o viceministro.

La diferencia no es balad¨ª, pues dejarlo en secretario general elimina a algunos de los candidatos con mayores m¨¦ritos para ocupar este puesto, que ya son secretarios de Estado. Es el caso del secretario de Estado de Seguridad, Pedro Moren¨¦s, o del secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos (pese a la denominaci¨®n de su cargo).

La elecci¨®n del nuevo director corresponde en exclusiva al propio Aznar, lo que resta valor a las quinielas que circulan sobre la identidad del sucesor de Calder¨®n. Fuentes gubernamentales se?alan, no obstante, que la persona elegida no ser¨¢ s¨®lo un alto funcionario, sino que debe tener peso pol¨ªtico.

En primer lugar por el hecho hist¨®rico de convertirse en el primer civil al frente del Cesid; adem¨¢s, por la autoridad que requiere el encargo de coordinar a los servicios de informaci¨®n de las Fuerzas de Seguridad del Estado y el Ej¨¦rcito, un empe?o en el que han fracasado los intentos de los sucesivos Gobiernos democr¨¢ticos; y, finalmente, por la necesidad de que, llegado el caso, asuma las responsabilidades pol¨ªticas de eventuales errores.

El Gobierno ha hecho una interpretaci¨®n flexible del Estatuto del Cesid y ha mantenido a Calder¨®n a su frente, aunque ha cumplido ya los cinco a?os de mandato m¨¢ximo, por lo que podr¨ªa mantenerlo indefinidamente. Todas las fuentes consultadas coinciden, sin embargo, en que la interinidad en el servicio secreto no es buena y, ya que el relevo supondr¨¢ finalmente unos cambios normativos m¨ªnimos, no hay motivo para demorarlo.