Sensibilidad y madurez art¨ªstica
Compareci¨® en Madrid, sonriente y elegante, la soprano Mar¨ªa Bayo, poniendo el punto final a una gira gracias a la cual, durante el mes de mayo, ha actuado en el Liceo de Barcelona, ?beda, Lleida, Valladolid y Salamanca con id¨¦ntico repertorio. En el Teatro Real se present¨®, al margen de la programaci¨®n oficial, en el marco de una iniciativa privada.
El recital ha puesto de manifiesto el feliz estado vocal en que se encuentra la cantante navarra y sobre todo el grado de madurez art¨ªstica. El sonido est¨¢ impecablemente articulado y regulado; el color es bello, sin agresividad pero con mordiente; el fraseo es preciso y po¨¦tico; el instinto mel¨®dico se decanta hacia la intimidad.
Fue una tarde apacible. Ten¨ªa todo lo que hac¨ªa Mar¨ªa Bayo un aire de mesa camilla. En justa complementariedad con su vena oper¨ªstica, la soprano sac¨® a la luz esta vez sus recursos m¨¢s l¨ªricos. Un lirismo, en cualquier caso, sosegado y hasta confidencial, alimentado de pilares barrocos y mozartianos y volcado en la b¨²squeda de una expresividad matizada.
Mar¨ªa Bayo
Mar¨ªa Bayo (soprano). Brian Zeger (piano). Arias italianas, Mozart, Montsalvatge, Ravel y Granados. 150? Aniversario del Canal de Isabel II. Teatro Real, 29 de mayo.
Cualidades
Brillaron especialmente sus cualidades en Voi avete un cor fidele, de Mozart, en la sensibilidad de las seis melod¨ªas populares griegas de Ravel o en la prodigiosa sencillez con que se enfrent¨® a las canciones amatorias de Granados, con una versi¨®n de Iban al pinar de antolog¨ªa en su combinaci¨®n de esp¨ªritu popular y refinamiento interpretativo.En las propinas, Mar¨ªa Bayo tendi¨® un puente a sus habilidades teatrales. O quiz¨¢s hizo un gui?o a los que esperaban un recital de m¨¢s bravura y se encontraron con una velada sin una concesi¨®n al exhibicionismo gratuito. El contraste salt¨® con una realizaci¨®n brillante y poderosa de 'Una voce poco fa', de El barbero de Sevilla, de Rossini, y con una torrencial La tar¨¢ntula, impregnada de escuela berganzista, aunque sin ese ¨²ltimo chispazo de casticismo.
El ¨¦xito fue creciendo conforme la tarde transcurr¨ªa. El pianista no sobrepas¨® los l¨ªmites de la correcci¨®n. Y al final Mar¨ªa Bayo desapareci¨® entre bambalinas con la misma elegancia y la misma sonrisa con que hab¨ªa venido. Est¨¢ en un momento dulce esta chica.
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