Bicefalia

Ahora que por fin el Consell Valenci¨¤ de Cultura hab¨ªa logrado despejar una duda tan crucial para la identidad de los valencianos como qu¨¦ es la paella y qu¨¦ el paellero, ha tenido que reaparecer la noticia de que la caja que lleg¨® en 1952 al monasterio de Poblet con los restos del rey Jaime I conten¨ªa dos cr¨¢neos. Dos calaveras con dos orificios de flechas sarracenas para extender nuestra esquizofrenia m¨¢s all¨¢ de los d¨ªas de la Transici¨®n, en los que tuvimos dos banderas, dos lenguas y dos pa¨ªses que en realidad eran lo mismo duplicado por el ruido de los ideales. Alrededor de las mesas camillas de las tertulias siempre quedar¨¢ un ortodoxo irreductible que interprete que hay alg¨²n despacho siniestro del Estado conspirando para que la incertidumbre que envuelve a nuestra identidad no pare de dar vueltas de tuerca sobre s¨ª misma. Sin embargo, es probable que s¨®lo se trate de una met¨¢fora mineral sobre la bicefalia de nuestro pa¨ªs, que fue la gran chapuza de ese pelirrojo bifronte llamado Jaime I, y cuyo resultado re¨²ne lo mejor y lo peor de las presiones mantenidas entre los catalanes y los aragoneses sobre el territorio. El historiador Percy Schramm consign¨® no pocos paralelismos entre el conflicto que vivieron aragoneses y catalanes en Valencia y el que protagonizaron flamencos y valones en la disputa de Bruselas. Para evitar la expansi¨®n de la nobleza aragonesa, que resultaba inc¨®moda para todo tirano, Jaime I decidi¨® dar al nuevo reino un fuero propio, restrictivo con el feudalismo e independiente de Arag¨®n y Catalu?a. Sin embargo la tierra fue repoblada con las semillas del mismo conflicto entre el feudalismo de interior y la burges¨ªa litoral, quiz¨¢ trasladando esa misma presi¨®n, absolutamente pervertida en el camino, hasta nuestros d¨ªas. Los dos cr¨¢neos de Jaime I acaso constituyan un s¨ªntoma. Por no hacer sangre con los resultados de la encuesta Posmodernidad y autonom¨ªa. Los valores de los valencianos 2000, un trabajo de los profesores Antonio Ari?o y Manuel Garc¨ªa Ferrando, que, entre otros arroja el suspicaz dato de que el 40,7% de los valencianoparlantes votan al PP, mientras que s¨®lo el 18,8% prefieren al PSPV y apenas un 4,2% se decanta por Esquerra Unida.