'Estamos decididos a transformar el Ej¨¦rcito pese a las incomprensiones'
La celebraci¨®n del D¨ªa de las Fuerzas Armadas, hoy en Alicante, ha venido precedida por la pol¨¦mica. La contrataci¨®n de vigilantes jurados en la Academia General Militar, que 'se compadece mal con el car¨¢cter emblem¨¢tico de dicha instituci¨®n', como admite el ministro Federico Trillo-Figueroa, la idea de recurrir al alquiler de los nuevos sistemas de armas o el alistamiento de extranjeros han abierto un debate sobre cu¨¢l es el Ej¨¦rcito que queda despu¨¦s de la mili.
La transici¨®n al Ej¨¦rcito profesional atraviesa un momento cr¨ªtico: los ¨²ltimos reclutas forzosos se licencian este a?o y los voluntarios s¨®lo llegan con cuentagotas. Las medidas anunciadas para intentar salvar la situaci¨®n, algunas de las cuales pueden resultar chocantes, seg¨²n reconoce Federico Trillo-Figueroa, le han valido un alud de cr¨ªticas, pero ¨¦l asegura que no hay otra v¨ªa para adaptarse al siglo que ahora comienza y se muestra dispuesto a seguir adelante, pese a las 'incomprensiones'.
Pregunta. ?Le han metido un gol con la vigilancia privada de la Academia de Zaragoza?
Respuesta. [Sonr¨ªe] Tengo que reconocer que no hemos sabido explicar adecuadamente la externalizaci¨®n de servicios, que lleva a?os funcionando, como en los ej¨¦rcitos m¨¢s modernos del mundo, pero que se compadece mal con el car¨¢cter emblem¨¢tico que tiene la Academia General Militar. El Ej¨¦rcito est¨¢ estudiando cu¨¢l debe ser la dimensi¨®n adecuada de ese proceso. Todos estamos de acuerdo en que nunca debe incluir la vigilancia de establecimientos militares o estrat¨¦gicos, que tienen que seguir custodiados por soldados.
'El general Gabeiras ha tenido una espl¨¦ndida ocasi¨®n para callarse o informarse mejor'
P. Subcontratar el catering o la limpieza no es lo mismo que hacerlo con la vigilancia. A un agente privado, al contrario que un soldado, no se le puede arrestar por dormirse en una guardia.
R. Por eso s¨®lo estamos pensando en implantarla en lugares como museos, archivos u hospitales, sin trascendencia operativa.
P. A ra¨ªz de este hecho, el general Gabeiras ha escrito que, por coherencia, en Alicante deber¨ªan desfilar majorettes.
R. El general Gabeiras es un veterano militar del Ej¨¦rcito de Tierra que ha sido su jefe de Estado Mayor y con quien tengo una antigua amistad y relaci¨®n.
Creo que ha tenido una espl¨¦ndida ocasi¨®n para callarse o informarse mejor y no contribuir a un episodio en el que el Ej¨¦rcito de Tierra y la Academia General Militar, a la que dice querer tanto y no lo dudo, pueden haber tenido un defecto de explicaci¨®n en lo que no es m¨¢s que una experiencia piloto guiada por la buena voluntad. As¨ª se lo he hecho saber a trav¨¦s del jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito.
P. ?Se va a generalizar el alquiler como forma de adquisici¨®n de los nuevos sistemas de armas?
R. Debo recordar que ya gobiernos anteriores optaron por el alquiler de los carros de combate Leopard. Y en el pasado hemos recurrido a los anticipos del Ministerio de Industria, hoy Ciencia y Tecnolog¨ªa, para acometer los grandes programas. Todo eso pone de manifiesto la necesidad de buscar f¨®rmulas que nos permitan financiar los proyectos a largo plazo, dentro de la transparencia y el control parlamentario.
P. ?Puede combatir un Ej¨¦rcito con armas que no son suyas? ?Y si el due?o le impone limitaciones a la hora de usarlas?
R. No existe ese peligro si las f¨®rmulas societarias garantizan su plena disponibilidad por parte del Estado, que es su ¨²nico poseedor y quien tiene el derecho exclusivo de uso.
P. ?C¨®mo? ?Mediante una empresa p¨²blica que compre las armas y las alquile al Ej¨¦rcito?
R. Es una de las f¨®rmulas que he comentado con mis colegas europeos y acaba de ser aprobada en Portugal. No faltan ofertas privadas [de alquiler o leasing], pero creo que en este terreno la empresa p¨²blica recupera su idoneidad.
P. ?No ser¨ªa m¨¢s l¨®gico incluir los fondos en el presupuesto y ped¨ªrselos al Parlamento?
R. Espa?a est¨¢ haciendo un esfuerzo sostenido en Defensa, que nos sit¨²a ya en torno al 1,5% del PIB. Creo que no debemos perder de vista el principal objetivo del Gobierno, que es el equilibrio presupuestario, si hay f¨®rmulas que permitan adaptar a las administraciones p¨²blicas lo que es un buen medio de financiaci¨®n para las empresas privadas. No hay por qu¨¦ pagar precipitadamente en cuatro a?os lo que podemos pagar en 20.
P. No parece muy ortodoxo.
R. Comprendo que choque, como chocan tantas cosas de unas Fuerzas Armadas que est¨¢n haciendo un gran esfuerzo para ponerse al d¨ªa. Pero, a¨²n con ciertas incomprensiones, es la ¨²nica v¨ªa y estamos decididos a seguir adelante. En ¨¦se y en otros puntos, como la externalizaci¨®n. ?sta es la carga que siempre pesa sobre quien impulsa unas reformas. Pasar de un Ej¨¦rcito de recluta forzosa a uno profesional es una transformaci¨®n que produce muchas incomprensiones, pero de la que estoy plenamente convencido. As¨ª lo ha decidido el Parlamento, con un respaldo muy amplio.
P. ?No hubo falta de previsi¨®n en la decisi¨®n de suprimir el servicio militar anunciada en 1996?
R. Se hizo una apuesta muy fuerte, que ning¨²n otro pa¨ªs europeo hab¨ªa adoptado, y menos en un tiempo r¨¦cord. Pero el resultado demuestra que fue adecuada. Yo estoy muy tranquilo al d¨ªa de hoy. Habr¨¢ que evaluar a finales de 2002 si ten¨ªan raz¨®n quienes defend¨ªan un objetivo de unos 70.000 u 80.000 soldados o quienes, como la mayor¨ªa, decidieron un m¨ªnimo de 102.000. Pero s¨®lo despu¨¦s de verificar cu¨¢les son los riesgos a los que deben aplicarse esas capacidades.
P. Usted ha anunciado que este a?o se iniciar¨¢ el reclutamiento de inmigrantes, limitado a determinadas unidades y empleos. ?No estaremos creando una casta inferior de soldados?
R. Al contrario. Creo que los miembros de la comunidad iberoamericana van a tener aqu¨ª la posibilidad de obtener con todo m¨¦rito y quiz¨¢ con m¨¢s flexibilidad la nacionalidad espa?ola.
P. ?Es posible dar a los iberoamericanos un trato m¨¢s favorable que a los propios europeos?
R. Estamos estudiando seriamente el asunto, pero le recuerdo que ning¨²n pa¨ªs de la UE ha abierto sus ej¨¦rcitos a ciudadanos de otros pa¨ªses de la Uni¨®n.
P. ?Qu¨¦ patriotismo cabe esperar de un soldado extranjero?
R. La Legi¨®n extranjera, y no s¨®lo en Espa?a, nunca ha tenido problemas de entendimiento de la defensa del pa¨ªs. Pero es verdad que, m¨¢s all¨¢ del reclutamiento de extranjeros, el nuevo modelo requiere reforzar ese valor elemental de todo ej¨¦rcito que es el patriotismo, porque podr¨ªa suceder que estuviera a¨²n m¨¢s distanciado de la sociedad. Estamos estudiando f¨®rmulas para que no se debilite el v¨ªnculo patri¨®tico.
P. El pr¨®ximo nombramiento de un civil al frente del Cesid ?ser¨¢ s¨®lo un cambio de imagen?
R. El general Calder¨®n ha cubierto una etapa en la que los servicios han actuado con eficacia y sin esc¨¢ndalo y creo que el tiempo har¨¢ que todo el mundo lo reconozca. Ahora hay que ir m¨¢s all¨¢ y nombrar a un civil dotado del rango y la ubicaci¨®n adecuada para que sea el coordinador de los Servicios de Inteligencia del Estado.
P. ?Es ¨²til el Cesid? Por ejemplo: ?le inform¨® del alcance real de la aver¨ªa del Tireless?
R. El Cesid complet¨® la informaci¨®n de los brit¨¢nicos y certific¨® su veracidad en t¨¦rminos que merecen el m¨¢ximo encomio.
P. Encargar la coordinaci¨®n al jefe del Cesid ?no generar¨¢ recelos en la Polic¨ªa o la Guardia Civil?
R. Lo importante es lograr que esos naturales celos no esterilicen el objetivo com¨²n, sino que sean un multiplicador de la eficacia. ?se ser¨¢ el gran reto del coordinador de los servicios de inteligencia del Estado.
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