Muere a los 12 a?os la voz del sida en Sur¨¢frica
Muere a los 12 a?os el chaval que simboliz¨® la lucha contra el sida infantil en la castigada Sur¨¢frica
Nkosi Johnson muri¨® ayer de madrugada en su casa de Johanesburgo. Ten¨ªa 12 a?os y pesaba menos de 10 kilos. Su corta vida apenas mereci¨® tal nombre: naci¨® con sida en un pa¨ªs, Sur¨¢frica, donde ni la medicina ni la pol¨ªtica han sabido levantar una barrera digna contra ese virus. La imagen de su exiguo cuerpo vestido de domingo dio la vuelta al mundo el 9 de julio de 2000, subido al estrado de la 13? Conferencia Internacional sobre el Sida, que se celebraba en la ciudad surafricana de Durban, para pedir campa?as preventivas, sexo protegido, f¨¢rmacos antivirales. Para pedir clemencia.
Este a?o nacer¨¢n en Sur¨¢frica 70.000 ni?os como Nkosi Johnson. 70.000 ni?os con el mismo virus en su sangre, y con unas perspectivas a¨²n peores.
La conferencia de Durban, en la que Nkosi salt¨® a la fama, estuvo marcada por las insensatas declaraciones del presidente surafricano, Thabo Mbeki, que puso en duda que el virus del sida fuera la causa de esta enfermedad y despreci¨® la eficacia de los f¨¢rmacos antirretrovirales para contenerla. Resulta pat¨¦tico recordar que el uso adecuado de uno de estos f¨¢rmacos, el AZT, es capaz de evitar muchos casos de contagio de madre a hijo. Contagios como el que acaba de matar a Nkosi. En Durban, el ni?o mostr¨® mucha m¨¢s sensatez que su presidente.
Los prejuicios ignorantes que imperaban en Occidente a principios de los a?os ochenta siguen vigentes para gran parte de la sociedad surafricana. No es infrecuente, por ejemplo, la opini¨®n de que el sida puede contagiarse sin m¨¢s que tomar en brazos a un ni?o infectado. El estigma de apestados que deben soportar los seropositivos fue una de las causas que llevaron a la madre de Nkosi, Daphne, a abandonar al ni?o cuando ten¨ªa dos a?os.
La madre adoptiva de Nkosi, Gail Johnson, declar¨® ayer, tras la muerte del chaval: 'Estoy triste, pero es casi un alivio saber que mi ni?o ya no va a sufrir m¨¢s', informa Reuters.
'Es una gran pena que este joven nos haya dejado', dijo ayer el anterior presidente surafricano, Nelson Mandela. 'Mostr¨® de manera ejemplar c¨®mo se debe sobrellevar un desastre de esta naturaleza. Era muy valiente, y toc¨® el coraz¨®n de mucha gente'. Nkosi ha permanecido en un estado de semicoma desde enero, cuando una de las infecciones secundarias asociadas al sida atac¨® su cerebro.
De los 40 millones de habitantes de Sur¨¢frica, m¨¢s de cuatro millones son seropositivos. La perspectiva es que esa cifra aumente hasta siete millones en la pr¨®xima d¨¦cada.
'En su corta vida, Nkosi luch¨® con fuerza por la eliminaci¨®n del estigma y la discriminaci¨®n que tanta gente sufre como consecuencia de esta enfermedad; Nkosi ha demostrado que la actitud de una sola persona puede ser muy importante', declar¨® el jefe del programa sobre el sida de la ONU, Peter Piot. No es ret¨®rica. En 1997, la admisi¨®n de Nkosi en la escuela primaria de Melville, su barrio de Johanesburgo, contra la oposici¨®n de un grupo de padres temerosos, dio lugar a la actual regulaci¨®n educativa surafricana, que proh¨ªbe la discriminaci¨®n en la admisi¨®n de los ni?os seropositivos.
En 1991, los m¨¦dicos le dieron a Nkosi nueve meses de vida. Cinco a?os despu¨¦s, los mismos m¨¦dicos le otorgaron el honor de ser 'el ni?o nacido seropositivo que m¨¢s a?os ha logrado sobrevivir en Sur¨¢frica'. El a?o pasado, en la conferencia de Durban, Nkosi observ¨® con tristeza c¨®mo el presidente de su pa¨ªs, Thabo Mbeki, abandonaba la sala mientras ¨¦l se dirig¨ªa a la audiencia. La foto de Nkosi seguir¨¢ en la memoria del mundo mucho despu¨¦s de que Mbeki se haya ido.
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