Acuerdo entre el Gobierno colombiano y las FARC para liberar prisioneros
Intercambio de 142 soldados por 15 guerrilleros
'Llegar a acuerdos es posible; construir la paz es posible', dijo, lleno de optimismo, el Alto Comisionado de Paz, Camilo G¨®mez, luego de firmar el primer compromiso entre ambas partes tras dos a?os y cuatro meses de negociaci¨®n. 'Conforme hemos llegado a este acuerdo, podemos llegar a un segundo y a un tercero, hasta que logremos lo que estamos anhelando todos los colombianos', dijo, tambi¨¦n optimista, el l¨ªder rebelde Manuel Marulanda, Tirofijo, luego de que dos de sus hombres, Jorge Brice?o, el Mono Jojoy, y Joaqu¨ªn G¨®mez, firmaran en nombre de la organizaci¨®n guerrillera m¨¢s vieja y numerosa del pa¨ªs.
Para muchos, incluido el presidente Andr¨¦s Pastrana, el acuerdo, inspirado en las normas del derecho internacional humanitario, es 'trascendental', pues por primera vez las FARC aceptan las normas humanitarias -en este caso, las que tienen que ver con detenidos enfermos-, que siempre se hab¨ªan negado a adoptar.
Para los expertos en derecho internacional humanitario, a partir de ahora a las FARC les ser¨¢ muy dif¨ªcil negarse a tratar los temas humanitarios. Como gesto 'de buena voluntad' y de manera unilateral, esta organizaci¨®n liberar¨¢, adem¨¢s de los 42 enfermos, al menos a l00 uniformados m¨¢s.
El primero en recobrar su libertad ser¨¢ el coronel de la polic¨ªa ?lvaro Acosta, un hombre de 40 a?os que se hab¨ªa convertido en el s¨ªmbolo de este acuerdo. Su helic¨®ptero fue derribado por la guerrilla hace ya un a?o largo y desde entonces permanece retenido sin poder recibir asistencia m¨¦dica, a pesar de estar pr¨¢cticamente paralizado. Seg¨²n el presidente Pastrana, antes del martes ser¨¢ liberado.
Luego volver¨¢n a casa los otros 41 soldados enfermos y los 15 guerrilleros en la misma situaci¨®n tambi¨¦n saldr¨¢n de prisi¨®n, acompa?ados por la Cruz Roja Internacional. 'Dada su condici¨®n de enfermos', se?ala el acuerdo, ninguno de ellos 'participar¨¢ en el futuro en actos de hostilidad'. No habr¨¢ amnist¨ªa ni indulto para ellos y los procesos continuar¨¢n vigentes.
Quince d¨ªas despu¨¦s, al menos cien de los polic¨ªas y soldados que las FARC mantienen en barracas de madera cercadas con alambres de p¨²as volver¨¢n a sus casas. Aunque no se conocen a¨²n los nombres de los beneficiados, sus familias, que en estos largos a?os de dolor se han asociado y han participado con las fotos de sus hijos impresas en camisetas en marchas y protestas, recibieron la noticia con l¨¢grimas de felicidad: 'Internamente, en mi coraz¨®n, estoy muy contento', dijo Luis Pach¨®n, padre de un polic¨ªa secuestrado en 1998.
El acuerdo se logr¨® luego de un largo tira y afloja entre las partes. Desde el comienzo del proceso, Tirofijo hab¨ªa planteado el canje como algo prioritario. 'De eso se encarga mi persona', dijo varias veces. Lo que pretend¨ªan eran una ley de canje permanente. Luego de debates jur¨ªdicos, de intentos fallidos de sacar adelante una ley en el Congreso, todo deriv¨® hacia el intercambio humanitario.
Dos grandes temores se?alaron siempre sus m¨¢s decididos cr¨ªticos, entre ellos las Fuerzas Armadas colombianas: que diera status de beligerancia a las FARC y que guerrilleros acusados de delitos atroces salieran de prisi¨®n . Seg¨²n el documento suscrito el s¨¢bado, ninguna de estas dos cosas ocurrir¨¢. De lado y lado, las partes cedieron: las FARC buscaban la libertad de sus 487 detenidos; el Gobierno, la libertad de sus 500 hombres y la de todos los secuestrados civiles. Pero este acuerdo es el primer paso efectivo y, como opinaron muchos ayer, 'oxigenar¨¢' un proceso que ha marchado en el entredicho.
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