El abrazo de Iverson y Brown

Allen Iverson y su t¨¦cnico, Larry Brown, se fundieron en un abrazo tras el partido que ha devuelto a los Sixers de Filadelfia a la gran final de la NBA despu¨¦s de 18 a?os. Dos leyendas del equipo, Moses Malone y Julius Erving, estaban en las gradas. En el techo del First Union Center cuelga el estandarte que recuerda el t¨ªtulo que lograron en 1983 ante los Lakers de Los ?ngeles.

Ese gesto ha sido un s¨ªmbolo toda la temporada. Iverson se ha dirigido en los momentos m¨¢s felices a Brown para mostrarle su respeto. Cuando fue nombrado el m¨¢s valioso, le puso en sus rodillas y le rode¨® con sus brazos. Al ser elegido el mejor del All Stars, le dio las gracias p¨²blicamente. Por fin, han hablado el mismo idioma un entrenador empe?ado en que los suyos hicieran todo del modo correcto y un rebelde. 'Todos conoc¨¦is mis frustraciones, pero he aprendido a entender a Allen. A¨²n hay cosas de las que hace que no comprendo, pero, al menos, s¨¦ d¨®nde est¨¢ su coraz¨®n', confes¨® Brown nada m¨¢s terminar el encuentro ante los Bucks de Milwaukee (108-91) (cuatro victorias a tres).

Brown e Iverson alcanzan la final por primera vez. Tras 29 a?os como entrenador, 18 de ellos en la Liga profesional, el primero ha completado su temporada m¨¢s exitosa y ha sido elegido el mejor del a?o tras conseguir 56 victorias con su conjunto.

La inc¨®gnita es saber cu¨¢nto podr¨¢n hacer a partir de ma?ana, mi¨¦rcoles, los Sixers ante los Lakers, que llevan diez d¨ªas de descanso, que han ganado sus ¨²ltimos 19 partidos y que tienen una de las mejores parejas de la historia. Al otro lado, un cuadro que ha jugado la fase final a cara de perro, con listas de espera en la enfermer¨ªa y s¨®lo tres d¨ªas para preparar la final. Brown ya la ha calificado como la lucha entre David y Goliath.

Iverson sigue con sus problemas f¨ªsicos y nadie sabe hasta cu¨¢ndo podr¨¢ aguantar. Sal de higuera es el remedio que parece sostener el f¨ªsico de la estrella, sulfato de magnesio hidratado usado como antiinflamatorio. Se ha conocido en los ¨²ltimos d¨ªas que la dolencia se agrav¨® cuando su compa?ero Geiger le dio una palmada en el trasero en la presentaci¨®n del equipo antes del segundo partido con los Bucks.