'Nadie esperaba tanta soser¨ªa de los Cuadri', dice Manolo S¨¢nchez
'No hay manera. Esto es como si quebrase el Banco de Espa?a'. La fiesta de los toros es dada a las frases tremendas, a los gestos excesivos y a los apelativos grandilicuescentes, que dijo el poeta en estado de gracia. En pocas actividades humanas se ordenan los cometidos de forma tan escrupulosa: los flacos a pie y los gordos a caballo. Todos de punta en blanco, de oro, seda, plata y azabache. Y en medio, dos bo?igas. Para hacer justicia a semejante brillo, el verbo ha de ser entre circunflejo, zoro¨¢strico y abisal (dado el caso, hasta abisinio). Sale un torero de nombre Zotoluco seguido por S¨¢nchez y El Tato. En frente, unas criaturas zambombudas de cuernos finos, carnes prietas y p¨¦simas intenciones: los toros de Cuadri. Es decir, la emocionante emoci¨®n dispuesta a emocionar. Los tendidos buscan con denuedo un adjetivo esdr¨²julo para describir tanto. Y entonces... llegan las decepciones y, de su mano, el aburrimiento. Como dijo el espectador: 'El Banco Espa?a que quiebra'.
'Nadie esperaba que los toros de Cuadri resultaran tan sosos', dice Manolo S¨¢nchez para explicar el crash torista que se vivi¨® ayer en Las Ventas. 'Es muy dif¨ªcil torear cuando absolutamente toda la plaza est¨¢ en contra', contin¨²a el diestro de Valladolid que ayer cumpli¨® su primera y ¨²ltima (algunos dir¨¢n que ¨²nica) comparecencia en la feria en curso. 'Est¨¢ claro que cuando uno va a ver una corrida de Cuadri espera que los toros tiren a los caballos, que embistan, un tercio de varas espectacular y... nada de eso'. Pese a ello, S¨¢nchez dej¨® una buena parte de su actuaci¨®n en nadar a contracorriente: 'He querido hacer bien las cosas y torear muy templado. De hecho, los toros eran nobles, pero sin fuerza. As¨ª, en Las Ventas, y adem¨¢s con los toros de Cuadri, es imposible'.
Voltereta de El Tato
Y en la imposibilidad se quedan sus dos compa?eros. El Tato se queja del mal juego de su lote. Una voltereta cuando faenaba con su segundo da una idea del mal guisado y peor temple de sus enemigos. 'Con el segundo lo he intentado ¨²nicamente para ense?ar al p¨²blico lo malo que era el toro. Nada m¨¢s. No era que yo viera algo diferente del p¨²blico, simplemente no iba a coger la espada y matarlo'. Queda dicho. El Tato se va decepcionado y, puesto que tambi¨¦n contaba en la de ayer con su ¨²nica cita, hasta muy enfadado.
Toma la palabra Zotoluco y m¨¢s de lo mismo. 'Con mi primer toro he empezado entonado,con algunos muletazos de importancia, pero ha durado poco. Enseguida se ha venido todo abajo', dice. El mismo patr¨®n para su segundo toro: 'Hab¨ªa que darle los muletazos de dos en dos. El toro no ten¨ªa fuerza ninguna'. El mexicano no hace nada por ocultar una punta de negra melancolia (cabreo): 'En Madrid con toros con tan poca transmisi¨®n...'.
Y fue imposible. El espect¨¢culo no admiti¨® ni una esdr¨²jula. '?Ni del Banco de Espa?a, que hace los billetes, te puedes fiar!'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.