Un candidato arrinconado
La capacidad de resistencia de William Hague ha sido su mayor baza en una campa?a impopular

William Hague, de 40 a?os, irrumpi¨® en plena adolescencia en la escena pol¨ªtica brit¨¢nica asegur¨¢ndole a una sonriente Margaret Thatcher que, en dos d¨¦cadas, todos los conservadores que le escuchaban en el congreso donde le invitaron a hablar no estar¨ªan all¨ª, pero ¨¦l s¨ª. Cumplida s¨®lo a medias su predicci¨®n dada la reciedumbre de la ex primera ministra, el futuro del muchacho convertido hoy en l¨ªder tory est¨¢ en el aire.
Su primer trago largo de pol¨ªtica aut¨¦ntica puede convertirse en el ¨²ltimo si la derrota que hasta su partido presume es demasiado bochornosa. El problema es que el laborismo no ha ganado nunca dos elecciones legislativas seguidas en el Reino Unido y el entorno en el que se han movido hasta ahora Hague y los suyos es nuevo e imprevisible.
Dado que las diferencias internas del Partido Conservador, una herida abierta tras la marcha de Thatcher que acab¨® dejando exhausto a su sucesor, John Major, siguen lastrando a la oposici¨®n, el futuro de Hague depende de algo tan imprevisible como los votos que le separen de los laboristas.
Si su llamamiento al sentido com¨²n y al patriotismo m¨¢s pedestre de no rendir la libra a Bruselas a cambio del euro ha surtido alg¨²n efecto, y ha ara?ado alguno de los 179 esca?os de la mayor¨ªa laborista en el anterior Parlamento, no tendr¨¢ que buscar otro empleo. Para sus correligionarios, bastar¨ªa con dejarle al laborismo 100 esca?os para mantener alta la cabeza. Por debajo de esa cifra, Hague tendr¨¢ que resignarse a suplicar la confianza de sus colegas y permitir una lucha por el liderazgo que puede dejar muchos cad¨¢veres por el camino.
Una perspectiva nada apetecible que el todav¨ªa dirigente conservador no ignora, pero ha sabido torear con bastante gracia desde el principio y, en especial, durante la campa?a electoral. Rodeado de sus principales enemigos en caso de caer en desgracia, Michael Portillo, portavoz de Finanzas, y Ann Widdecombe, responsable de Interior, entre los m¨¢s visibles, Hague no ha dado muestras de fatiga. Mucho menos de temor al futuro. Ayudado en parte por la dieta a base de hidratos de carbono, vitaminas y judo preparada por su principal confidente, Sebastian Coe, antiguo atleta convertido hoy en lord por obra de su jefe, el candidato ha mostrado una forma y capacidad de encaje envidiables.
El d¨ªa que los sondeos le eran adversos, aseguraba no creer en ellos. Si por la noche le cos¨ªa a preguntas Jeremy Paxman, uno de los periodistas m¨¢s ¨¢cidos de la BBC que hasta le dijo en dos ocasiones que no calaba en el electorado, el rostro de Hague permanec¨ªa impasible. Nada de enfrentamientos baratos, como ¨¦l los llama. Los votantes son m¨¢s listos de lo que parece, las encuestas son una servidumbre necesaria y su labor consist¨ªa en recordarle a la ciudadan¨ªa que 's¨®lo las fuerzas conservadoras salvar¨ªan a la patria de la desintegraci¨®n moral y social en que la han sumido cuatro a?os de laborismo'.
Hague cree firmemente en s¨ª mismo y en el mensaje conservador que ha intentado transmitir, y es posible que tanta fortaleza le permita incluso ganarle a sus rivales m¨¢s poderosos, que tal vez no tengan su capacidad de resistencia en caso de disputarle el cargo en los pr¨®ximos d¨ªas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.