Un cancionero infantil de Huelva (y 2)
Un primer acercamiento hicimos la semana pasada al Cancionero infantil de la provincia de Huelva, importante volumen de los profesores Garc¨ªa Gallardo y Arredondo P¨¦rez, de la Facultad de Ciencias de la Educaci¨®n. Importante tanto por el corpus (300 textos y partituras), como por la metodolog¨ªa empleada y la paciencia derrochada. Siete a?os recorriendo la provincia por sus cuatro puntos cardinales, m¨¢s un trabajo complementario de investigaci¨®n en los archivos, hasta dar con varias partituras de Garc¨ªa Matos y de Arcadio Larrea, de los a?os cuarenta, con canciones y juegos hoy pr¨¢cticamente desaparecidos.
Entre ellos, 'Un calderero me ronda / las tapias de mi corral. / Ay, mam¨¢ / qu¨¦ le dan a usted, / qu¨¦ le van a dar. / Y el p¨ªcaro calderero / tiene un ojo de cristal. / Si lo tiene o no lo tiene, / a usted no le importa n¨¢'. (Etc¨¦tera). ?Y saben d¨®nde estaban? En la secci¨®n de etnomusicolog¨ªa del CSIC de Barcelona. No pierdan el dato.
Clasifican los autores su material en: 1, Canciones de corro y rueda ('A la baranda del cielo / hay una dama sentada, s¨ª, s¨ª / vestida de azul y blanco / que Catalina se llama. El d¨ªa que yo me muera / que me encierren en un caj¨®n, / con la manita fuera / diciendo adi¨®s, adi¨®s'). 2, Para jugar en hileras. ('?D¨®nde vas, culona / moviendo el culo? / A la pescader¨ªa / por el besugo'. De mi cosecha, de la sierra de Huelva, esta otra variante: '?D¨®nde vas, t¨ªa culona, con ese culo? / Voy a la calle Betis / por el menudo. / El menudo est¨¢ en casa / so t¨ªa culona. / ?Qui¨¦n me lo ha dicho?'. La aludida saldr¨¢ corriendo en persecuci¨®n de otra ni?a, que tendr¨¢ que hacer de t¨ªa culona, meneando mucho el trasero por la calle, con la falda recogida entre las piernas).
3, Para jugar a la cuerda. ('A la una y a las dos / se cierran los conventos, / y las pobres monjas se quedan adentro. / Y los monaguillos / van a la cocina, / y hacen chocolate / para las vecinas'). 4, Palmas. ('Al conejo de la suerte / siempre haciendo reverencia / con la mano tiesa / t¨² besar¨¢s / al chico o a la chica / que te guste m¨¢s'). 5, Del el¨¢stico. ?stas suelen ser muy modernas, pues el juego apenas se remonta a los a?os sesenta, lo que dice mucho de la vitalidad del folclore. ('Ah¨ª vienen los pitufos. / ?Por d¨®nde, por d¨®nde? / Por la calle del conde. / ?Cu¨¢ntos son? / Uno, dos, tres, cuatro, cinco. / ?Y de qu¨¦ color? / Azules y blanquitos. / C¨®mo se llaman. Los pitufitos').
6, De echar suertes. ('San Juan de Villanaranja / lo bien que fuma, lo bien que canta. / Tiene la barriga llena / de vino tinto / de vino azul, te salvas t¨²'). 7, Burlas.('Manolito, huevo frito, / tortilla de bacalao. / Que tu novia no te quiere / porque est¨¢s medio chiflao'). 8, De columpio. ('Caballero, si ust¨¦ quiere / de mi hermosura gozar, / me ha de dar cuanto le pida / y en nada me ha de faltar'). 9, Prendas. ('Ant¨®n pirulero'). 10, Pelota. ('A la una mi aceituna'). 11, Nanas. Algunas con aire de fandango, como no pod¨ªa ser menos: 'Las mujeres de la sierra / para dormir a sus ni?os, / en vez de cantarle el coco / les cantan un fandanguillo'. 12, Para jugar con los ni?os peque?os. (Cinco lobitos, Pipiriga?a...). Y 13, Con otros juegos. (A la flor del Romero, A la sillita la reina, a la zapatilla color¨¢...).
Maravillosa antolog¨ªa, en fin, del disparate rimado, la p¨ªcara insinuaci¨®n, la ternura inacabable como los atardeceres de junio en la aldea. Ya s¨®lo falta el disco, y el buen ejemplo que cunda entre los maestros andaluces, grabadora en mano o, mejor, videoc¨¢mara, con la que registrar esos fen¨®menos completos: texto, m¨²sica y juego. D¨ªa llegar¨¢ en que tengan m¨¢s valor que el oro fino.
A. R. ALMOD?VAR
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